Capítulo 8 Venda una herida

"No importa. No tienes que pagar por ello. Si te quitas los zapatos y caminas descalzo, no debes preocuparte por ensuciar el piso, ¿verdad? "

"¡Tienes razón!" Yana se quitó los zapatos y se acercó a él descalzo. Ella se paró frente a él, muy avergonzada.

"Toma asiento. Si te preocupa manchar mi sofá y te haré pagar, ¡puedes quitarte toda la ropa y sentarte aquí! No me importa "

La cara de Yana se oscureció. "Me importa. "?!

Al mirar su rostro colorido, no pudo evitar reírse y dijo: "Bueno, ya no me burlaré de ti. Toma asiento. No te dejaré pagar por ello ".

Al escuchar eso, Yana se sintió aliviada y se sentó. Luego le entregó el vaso de agua. "¿Quieres dinero para el agua? "Preguntó con el ceño fruncido

"¡No te preocupes! ¡Hay mucha agua embotellada en mi casa! "

"Bueno." Yana tomó el vaso, pero Albert agarró su mano antes de que pudiera alcanzarlo. "¿Qué deseas? " Ella exclamo

Señalando la herida en su mano, dijo: "¿Por qué no me dijiste cuando te trataron así? ¡Qué estúpido eres! "

"Me encargaré de eso cuando llegue a casa. Después de todo, no hay nada para curar la herida aquí ".

"¡Claro que tengo! ¡Sin dinero! "Suspiró mientras se levantaba y caminaba hacia el gabinete, buscando una botella de yodo y algunos medicamentos antiinflamatorios, así como un vendaje. Él sostuvo su mano suavemente y comenzó a aplicarle medicina con cuidado. Aplicó yodo para eliminar el yodo y le aplicó el medicamento antiinflamatorio en la mano. Luego le envolvió la mano con el vendaje de manera profesional.

Yana miró su rostro serio y preguntó: "¿Eres médico? "

"No no soy. Mi segundo hermano mayor es ... "

"¡Puedo ver que eres bastante hábil para vendar! ¿Sueles hacer estas cosas? "

"No soy un cerdo", respondió

Yana se quedó sin palabras. Ella no era un cerdo, ¡sino demasiado descuidada!

Después de un rato, Albert terminó de vendar la herida. Él dijo: "Está bien. Ten mas cuidado la próxima vez. "

"Entendido." Mirando su mano bien envuelta, Yana asintió con satisfacción. Felizmente, giró la cabeza para mirar la lonchera. Frunciendo el ceño, lo abrió y miró la comida dentro. Él se rió, "has crecido. ¿Cómo puedes recordar traerme algo de comida deliciosa? ¡HMM, los platos saben bien! "Luego recogió los palillos y comenzó a comer.

Yana abrió la boca para detenerlo, pero mientras comía con buen apetito, se sintió avergonzada. Por su ignorancia, Yana decidió tomar esta comida como un regalo. Después de todo, no valía nada.

De repente, una voz de celos y contradicción se interpuso entre ellos. Frunciendo el ceño, miró a Yana y luego la miró a la barriga y le preguntó: "¿No has comido nada? ¿Comí tu cena? "

"Bueno, yo ... "

Su rostro se oscureció y dijo: "¡No me digas que has tenido hambre todo el día!"

"Bueno, yo ... "

La miró con disgusto y dijo: "¡No me vuelvas a hablar con esa mierda como voz!"

"YO..."

"Olvídalo. Hoy estoy de buen humor, así que compartiré el desayuno contigo. ¡Ven y come! "Luego le entregó un par de palillos a Yana, quien se lamió los labios y se los comió. De todos modos, ella cocinaba para ella. Ella no tenía ninguna razón para devolverle un solo mordisco a este hombre, ¿verdad?

"Oye, me comeré los calamares. ¡No compitas conmigo! "

"¡Venga! ¡No es mi culpa! Eso es tan injusto! "

"¡Quiero bacalao! Bacalao Bacalao! "