MARCADA POR EL DESTINO
img img MARCADA POR EL DESTINO img Capítulo 4 Las reglas de Gabriel
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Capítulo 6 La huida y el castigo img
Capítulo 7 Su esposa img
Capítulo 8 La entrega img
Capítulo 9 Su primera vez, su error img
Capítulo 10 La Bestia y la Tentación img
Capítulo 11 Posesión img
Capítulo 12 Un trato peligroso img
Capítulo 13 Entre la pasión y la traición img
Capítulo 14 Una mentira peligrosa img
Capítulo 15 Sospechas y juegos peligrosos img
Capítulo 16 Escape y un nuevo comienzo img
Capítulo 17 Sombras del pasado img
Capítulo 18 Entre el deseo y la obsesión img
Capítulo 19 Marcada para siempre img
Capítulo 20 Marcada y sometida img
Capítulo 21 La rendición de Isabela img
Capítulo 22 Reflejos de deseo img
Capítulo 23 Un beso ante todos img
Capítulo 24 Sin escapatoria en la noche img
Capítulo 25 La obsesión de Gabriel img
Capítulo 26 Reclamándola sin límites img
Capítulo 27 FURIA Y CASTIGO img
Capítulo 28 REFLEJO DE PLACER img
Capítulo 29 Confesiones de Placer y Sumisión img
Capítulo 30 Entre el Deseo y la Huida img
Capítulo 31 La Bestia Enamorada img
Capítulo 32 Verdades y un Futuro Incierto img
Capítulo 33 La Confesión Más Íntima img
Capítulo 34 Sin Vuelta Atrás img
Capítulo 35 El golpe del destino img
Capítulo 36 Renacer en el dolor img
Capítulo 37 Un nuevo comienzo img
Capítulo 38 La entrega total img
Capítulo 39 La felicidad dura poco img
Capítulo 40 La verdad oculta img
Capítulo 41 El encuentro con Ricci img
Capítulo 42 El precio del orgullo img
Capítulo 43 Sombras del pasado img
Capítulo 44 Sombras en la oscuridad img
Capítulo 45 Enfrentando los demonios img
Capítulo 46 Confesiones del alma img
Capítulo 47 Reconstruyendo los pedazos img
Capítulo 48 Pasos hacia la luz img
Capítulo 49 El deseo contenido img
Capítulo 50 Volviendo a empezar img
Capítulo 51 Renacer en sus brazos img
Capítulo 52 El fuego que renace img
Capítulo 53 Bajo el dominio del placer img
Capítulo 54 La sombra del enemigo img
Capítulo 55 Traición y castigo img
Capítulo 56 Rendición total img
Capítulo 57 El precio de la libertad img
Capítulo 58 La jugada maestra img
Capítulo 59 Dominio y celos img
Capítulo 60 Solo mío img
Capítulo 61 En las garras del infierno img
Capítulo 62 Justicia para Isabela img
Capítulo 63 El fin de Ricci img
Capítulo 64 Una nueva vida img
Capítulo 65 Reconstruyendo los pedazos img
Capítulo 66 Aprendiendo a vivir de nuevo img
Capítulo 67 Redescubriéndose img
Capítulo 68 Entre sombras y caricias img
Capítulo 69 Marcada por su amor img
Capítulo 70 Un nuevo latido de esperanza img
Capítulo 71 Tentación prohibida img
Capítulo 72 El control de Gabriel img
Capítulo 73 Volviendo a arder img
Capítulo 74 Lo que me enamoró de ti img
Capítulo 75 Aceptando la verdad img
Capítulo 76 La espera img
Capítulo 77 El nacimiento de su hijo img
Capítulo 78 Entre la vida y la muerte img
Capítulo 79 – De vuelta a casa img
Capítulo 80 Un nombre y un padrino img
Capítulo 81 Un nuevo comienzo img
Capítulo 82 La sombra de la venganza img
Capítulo 83 – El Juego de las Sombras img
Capítulo 84 El Rapto img
Capítulo 85 El rescate img
Capítulo 86 La justicia de la ley img
Capítulo 87 Redescubriendo el amor img
Capítulo 88 Reclamándola de nuevo img
Capítulo 89 Un despertar inolvidable img
Capítulo 90 Un Nuevo Comienzo-FINAL- img
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Capítulo 4 Las reglas de Gabriel

Capítulo 4: Las reglas de Gabriel

Las lágrimas caían silenciosas por el rostro de Isabela mientras sostenía la pluma entre sus dedos temblorosos. Su destino estaba sellado.

Gabriel seguía sujetándola del cabello, su agarre firme, dominante. Sus ojos oscuros no mostraban compasión.

-Fírmalo -repitió, su voz baja y amenazante.

Isabela tragó saliva con dificultad. Sus labios temblaron al abrir la boca, pero no pudo emitir ningún sonido. Sabía que no tenía opción.

Con un último suspiro tembloroso, deslizó la pluma sobre el papel y firmó su nombre. Apenas terminó, Gabriel le arrebató el documento y lo revisó con una expresión de satisfacción.

-Bien -murmuró, dejando el contrato sobre el escritorio.

Isabela sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Algo en su mirada oscura le advirtió que lo peor aún no había llegado.

Gabriel se cruzó de brazos y la miró fijamente.

-A partir de ahora, hay tres reglas que vas a seguir al pie de la letra -dijo con tono firme-. Y más te vale no desobedecerme.

Isabela permaneció en silencio, sin apartar la mirada de él.

-Primero -comenzó-, no saldrás de esta mansión sin mi permiso.

El estómago de Isabela se revolvió. La estaba encerrando.

-Segundo, no hablarás con otros hombres.

Su pulso se aceleró.

-¿Ni siquiera con los empleados? -se atrevió a preguntar, su voz apenas un hilo de sonido.

Gabriel sonrió con frialdad.

-No. Eres mía. No necesito que otros hombres te miren.

Isabela sintió náuseas. Lo que más le aterraba no era la regla en sí, sino la seguridad con la que él la decía. Como si realmente creyera que la poseía.

Pero lo peor vino después.

-Y tercero... -su mirada se oscureció mientras se acercaba a ella-. Si quiero tocarte, lo haré. No importa el lugar ni el momento.

Isabela retrocedió un paso, su respiración agitada.

-No puedes...

-Puedo -la interrumpió con una sonrisa torcida.

Antes de que pudiera reaccionar, Gabriel deslizó una mano por su cintura, acariciándola con lentitud. Isabela se estremeció y apretó los labios, negándose a darle la satisfacción de una respuesta.

Pero cuando su mano descendió y apretó con firmeza su trasero, sintió cómo la furia la invadía.

Sin pensarlo, levantó la mano y le propinó una bofetada.

El sonido resonó en la habitación.

Gabriel giró el rostro por el impacto. Su mejilla enrojecida fue lo único que delató el golpe, pero su expresión se mantuvo fría... hasta que su mandíbula se tensó con furia.

Isabela sintió el miedo recorrer su columna. Tal vez no debió hacer eso.

Con un movimiento brusco, Gabriel la sujetó del cabello y la obligó a mirarlo. Sus ojos eran puro fuego oscuro.

-Veo que necesitas aprender una lección.

Antes de que pudiera protestar, la arrastró por el pasillo. Isabela gritó, pataleó, pero él era demasiado fuerte.

Cuando llegaron a una habitación, Gabriel abrió la puerta de un golpe y la empujó dentro.

-Vas a quedarte aquí hasta que aprendas a comportarte -espetó.

Isabela se tambaleó y se giró justo cuando él cerraba la puerta con llave.

Antes de alejarse, Gabriel le dirigió una última mirada.

-Más te vale reflexionar antes de que te atrevas otra vez a levantarme la mano.

Y con esas palabras, la dejó encerrada en su nueva prisión.

            
            

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