MARCADA POR EL DESTINO
img img MARCADA POR EL DESTINO img Capítulo 5 Tentación prohibida
5
Capítulo 6 La huida y el castigo img
Capítulo 7 Su esposa img
Capítulo 8 La entrega img
Capítulo 9 Su primera vez, su error img
Capítulo 10 La Bestia y la Tentación img
Capítulo 11 Posesión img
Capítulo 12 Un trato peligroso img
Capítulo 13 Entre la pasión y la traición img
Capítulo 14 Una mentira peligrosa img
Capítulo 15 Sospechas y juegos peligrosos img
Capítulo 16 Escape y un nuevo comienzo img
Capítulo 17 Sombras del pasado img
Capítulo 18 Entre el deseo y la obsesión img
Capítulo 19 Marcada para siempre img
Capítulo 20 Marcada y sometida img
Capítulo 21 La rendición de Isabela img
Capítulo 22 Reflejos de deseo img
Capítulo 23 Un beso ante todos img
Capítulo 24 Sin escapatoria en la noche img
Capítulo 25 La obsesión de Gabriel img
Capítulo 26 Reclamándola sin límites img
Capítulo 27 FURIA Y CASTIGO img
Capítulo 28 REFLEJO DE PLACER img
Capítulo 29 Confesiones de Placer y Sumisión img
Capítulo 30 Entre el Deseo y la Huida img
Capítulo 31 La Bestia Enamorada img
Capítulo 32 Verdades y un Futuro Incierto img
Capítulo 33 La Confesión Más Íntima img
Capítulo 34 Sin Vuelta Atrás img
Capítulo 35 El golpe del destino img
Capítulo 36 Renacer en el dolor img
Capítulo 37 Un nuevo comienzo img
Capítulo 38 La entrega total img
Capítulo 39 La felicidad dura poco img
Capítulo 40 La verdad oculta img
Capítulo 41 El encuentro con Ricci img
Capítulo 42 El precio del orgullo img
Capítulo 43 Sombras del pasado img
Capítulo 44 Sombras en la oscuridad img
Capítulo 45 Enfrentando los demonios img
Capítulo 46 Confesiones del alma img
Capítulo 47 Reconstruyendo los pedazos img
Capítulo 48 Pasos hacia la luz img
Capítulo 49 El deseo contenido img
Capítulo 50 Volviendo a empezar img
Capítulo 51 Renacer en sus brazos img
Capítulo 52 El fuego que renace img
Capítulo 53 Bajo el dominio del placer img
Capítulo 54 La sombra del enemigo img
Capítulo 55 Traición y castigo img
Capítulo 56 Rendición total img
Capítulo 57 El precio de la libertad img
Capítulo 58 La jugada maestra img
Capítulo 59 Dominio y celos img
Capítulo 60 Solo mío img
Capítulo 61 En las garras del infierno img
Capítulo 62 Justicia para Isabela img
Capítulo 63 El fin de Ricci img
Capítulo 64 Una nueva vida img
Capítulo 65 Reconstruyendo los pedazos img
Capítulo 66 Aprendiendo a vivir de nuevo img
Capítulo 67 Redescubriéndose img
Capítulo 68 Entre sombras y caricias img
Capítulo 69 Marcada por su amor img
Capítulo 70 Un nuevo latido de esperanza img
Capítulo 71 Tentación prohibida img
Capítulo 72 El control de Gabriel img
Capítulo 73 Volviendo a arder img
Capítulo 74 Lo que me enamoró de ti img
Capítulo 75 Aceptando la verdad img
Capítulo 76 La espera img
Capítulo 77 El nacimiento de su hijo img
Capítulo 78 Entre la vida y la muerte img
Capítulo 79 – De vuelta a casa img
Capítulo 80 Un nombre y un padrino img
Capítulo 81 Un nuevo comienzo img
Capítulo 82 La sombra de la venganza img
Capítulo 83 – El Juego de las Sombras img
Capítulo 84 El Rapto img
Capítulo 85 El rescate img
Capítulo 86 La justicia de la ley img
Capítulo 87 Redescubriendo el amor img
Capítulo 88 Reclamándola de nuevo img
Capítulo 89 Un despertar inolvidable img
Capítulo 90 Un Nuevo Comienzo-FINAL- img
img
  /  1
img

Capítulo 5 Tentación prohibida

Capítulo 5: Tentación prohibida

Gabriel Montenegro se apoyó contra la barandilla del balcón, observando los jardines de la mansión con el ceño fruncido. La noche anterior, había encerrado a Isabela en la habitación con la intención de castigarla, de enseñarle que no debía desafiarlo. Pero algo dentro de él no dejaba de molestarle.

No era culpa. No era arrepentimiento. Era un maldito fastidio.

Se pasó una mano por el cabello, frustrado. Isabela era un problema. No solo porque lo desafiaba cuando nadie más se atrevía, sino porque su presencia lo alteraba de una forma que no podía explicar.

Era hermosa. Imposible no notarlo. Su piel morena y suave, esos ojos azules que brillaban como cristales... Era un imán, y eso lo irritaba. No la quería, pero su cuerpo lo llamaba.

Con un suspiro, tomó una decisión.

-Ana -llamó a una de las sirvientas.

Una mujer de mediana edad apareció con la cabeza baja.

-Señor.

-Abre la habitación de Isabela -ordenó con sequedad-. Llévala a la habitación de invitados del segundo piso, al lado de la mía.

Ana levantó la mirada con sorpresa, pero no preguntó nada. Solo asintió y salió en silencio.

---

Cuando Isabela despertó, la puerta de su prisión estaba abierta. Se levantó de golpe, sorprendida, y vio a una mujer esperándola con expresión neutral.

-Señorita, el señor Gabriel me pidió que la lleve a su nueva habitación -informó Ana.

Isabela dudó. No entendía qué estaba pasando.

-¿Por qué me deja salir?

-No lo sé, solo cumplo órdenes.

Isabela frunció los labios. Gabriel era un enigma. Pero no iba a quedarse en esa habitación más tiempo, así que la siguió sin discutir.

Al llegar a su nueva habitación, se sorprendió. Era enorme. Tenía una gran cama con sábanas suaves, un vestidor lleno de ropa nueva y un ventanal con vista a los jardines.

Pero lo que más la inquietó fue la proximidad con la habitación de Gabriel. Demasiado cerca.

---

Esa noche, Isabela intentó conciliar el sueño, pero el insomnio la dominaba. Todo se sentía extraño.

Y entonces, la puerta se abrió con un leve chirrido.

Su cuerpo se tensó cuando una sombra se deslizó dentro.

Gabriel.

-¿Qué haces aquí? -susurró, sentándose en la cama con la respiración agitada.

Él no respondió de inmediato. Caminó lentamente hasta la orilla de su cama y, sin pedir permiso, se sentó.

-No podía dormir -murmuró, con una sonrisa arrogante.

Antes de que ella pudiera reaccionar, su mano se alzó y empezó a jugar con su cabello, enredando sus dedos en los mechones oscuros.

Isabela se quedó inmóvil. No esperaba esa cercanía.

-Eres terca -dijo Gabriel, con voz baja-. Pero también eres... Bella.

El apodo la hizo estremecer. Era la primera vez que él la llamaba así.

Ella apartó la mirada, nerviosa, pero Gabriel no se movió. Al contrario, dejó caer sus dedos sobre su brazo desnudo, recorriéndolo con lentitud.

Isabela sintió un escalofrío.

-No hagas eso... -susurró.

Gabriel sonrió levemente.

-¿Por qué?

-Porque no quiero.

Su mano siguió bajando, deslizándose por su cintura. Era un roce ligero, pero cargado de intenciones.

-No te voy a forzar, Bella -murmuró, acercando su rostro al de ella-. Pero tampoco me voy a apartar si no me das una buena razón.

Isabela tragó saliva. Sabía que él estaba jugando con ella. Pero lo peor era que su propio cuerpo respondía.

Con un esfuerzo, levantó las manos y lo empujó suavemente.

Gabriel la miró fijamente. No se apartó de inmediato, pero tampoco insistió.

Finalmente, suspiró y se levantó.

-Duerme, Bella -susurró antes de salir de la habitación.

Cuando la puerta se cerró, Isabela soltó un suspiro entrecortado.

Gabriel Montenegro era peligroso. Y no estaba segura de cuánto tiempo podría resistirse a él.

                         

COPYRIGHT(©) 2022