Capítulo 4 Propiedad de su familia

Declan no pudo evitar mirar el rostro de Elena, quien tenía un asombroso parecido con el de su madre. Tenía unos rasgos delicados e hipnotizantes, pues sus ojos profundos y expresivos y su cutis naturalmente impecable irradiaban una belleza casi celestial a primera vista. Su carácter sereno y distante le recordaba mucho al de su madre biológica, Jolie Harper. Su impactante aspecto dejó a todos cautivados. Declan comentó para sus adentros que Elena era sin duda el reflejo más joven de Jolie.

A pesar de la obvia mirada fija del hombre, ella permaneció imperturbable, manteniendo su firmeza habitual.

Impresionado, Declan desvió la mirada. El temperamento de esa chica reflejaba perfectamente su linaje de Harper.

Pronto, el vehículo se detuvo frente a un avión privado. Declan salió y guio a la mujer a bordo.

Mientras Elena observaba el extravagante entorno, vio las lujosas alfombras, los ostentosos asientos de cuero, los jarrones antiguos, las lámparas de araña tachonadas de cristal e incluso, el techo diseñado para imitar un cielo estrellado. Cada vez estaba más claro que sus padres biológicos eran mucho más extraordinarios de lo que ella había imaginado.

Elena se volvió hacia la dirección en que volaban y de pronto habló: "Esta ruta lleva a Klathe, no a la villa Cloudstream".

Declan le aclaró rápidamente: "Oh, cierto, señorita Harper, su familia reside en Klathe. Las montañas de la villa Cloudstream son propiedad de ellos. Hace años, su padre estaba realizando allí una investigación medioambiental cuando su madre viajó a verlo. Pero inesperadamente entró en trabajo de parto al llegar a Foiclens. Tuvo que dar a luz en el hospital más cercano, donde se declaró un incendio. Le dijeron que su recién nacida no había sobrevivido, perdida entre las llamas. Pero ella juró haber oído los llantos de un bebé y nunca dejó de creer que su hija estaba viva. Desde entonces, sus padres han estado viajando entre Foiclens y Klathe buscándola. Cuando vieron los informes sobre la hija de la familia Reed y los errores pasados del hospital, su madre recordó el hospital donde la había perdido, y eso los condujo directamente a usted".

Klathe era el próspero centro de comercio y gobierno de la nación. Aunque Foiclens lindaba con este lugar, su economía no era ni de lejos tan poderosa. La familia Reed, aunque rica dentro de este último, con bienes que superaban los cien millones, apenas figuraba entre la élite de Klathe.

Ante eso, Elena levantó una ceja. ¿Así que sus padres biológicos no solo no vivían en la villa Cloudstream, sino que pertenecían al mismo mundo al que la familia Reed siempre había aspirado unirse?

Cuando el avión aterrizó, ella vio una imponente mansión de elegante arquitectura, cuyas paredes estaban cubiertas de vibrantes flores. "¿Es esto...?", dejó la frase inconclusa.

Que ella supiera, solo había una propiedad como esta en Klathe: la Mansión Hillside. Era tan prestigiosa que solo los personajes más influyentes de la ciudad podían poseerla.

Entonces Declan dijo respetuosamente: "Señorita Harper, esta es la Mansión Hillside. Es su hogar".

Cuando Elena salió del avión, un hombre y una mujer aparecieron a la vista.

Él tenía una presencia perfilada e imponente. A pesar de los rastros de la edad en su rostro, su fuerza seguía siendo evidente. Sujetaba a la mujer, que vestía con tonos suaves y llevaba el cabello largo recogido con elegancia. Aunque su expresión era distante, la preocupación y la expectación nublaban su mirada.

Cuando la señora vio a Elena, sus ojos brillaron con lágrimas no derramadas. Jolie, la mujer en cuestión, estudió el rostro desconocido de la joven, pero un inquebrantable vínculo maternal se agitó en su interior. Era su hija biológica.

"Elena, hija mía... soy tu madre...", dijo la señora, con la voz temblorosa mientras las lágrimas corrían por sus mejillas. Después de más de dos décadas de búsqueda, por fin tenía delante a la niña que tanto había deseado.

Alexander Harper, el marido de Jolie y padre de Elena, a pesar de su habitual actitud severa, tranquilizó a su esposa con dulzura. "Ahora que nuestra hija regresó, démosle la bienvenida con alegría, no con tristeza".

Elena miró a los dos que estaban ante ella, con una extraña sensación de familiaridad, especialmente por el hombre. Estaba casi segura de haber visto antes su cara en una revista.

Como ella permaneció en silencio, Alexander finalmente habló: "Somos tus verdaderos padres. Hemos pasado años recorriendo la villa Cloudstream sin darnos cuenta de que estabas en Foiclens. Lamentamos haber tardado tanto en encontrarte".

Ante eso, Elena preguntó, dudando: "¿Eres Alexander Harper?".