Capítulo 5 Una de las familia más ricas de Klathe

Elena recordó de repente que el hombre frente a ella, Alexander, era una de las tres personas más ricas de Klathe. Aunque la familia Harper había construido originalmente su imperio a través del sector inmobiliario, con el tiempo sus empresas se expandieron a las energías renovables, los nanomateriales avanzados, la joyería de lujo y el sector del entretenimiento.

De acuerdo con cálculos de la prensa conservadora, la riqueza del hombre había sobrepasado varios cuatrillones.

Los ojos de Jolie brillaban de emoción. "Elena, ¿conocías a tu padre antes?".

La susodicha respondió con tranquilidad: "He visto su nombre en artículos".

Su madre se secó las lágrimas y luego se sacó una tarjeta bancaria del bolsillo. "Has sufrido mucho. Hay diez millones en ella, es mi regalo para ti".

Alexander también le entregó otra tarjeta. "Esto es de mi parte, otros diez millones".

No conformándose con eso, Jolie le mostró un pequeño estuche de terciopelo que contenía una exquisita colección de joyas de esmeraldas: un collar, unos zarcillos, un brazalete y un colgante de jade, todos ellos intrincadamente diseñados. Solo este conjunto estaba valorado en no menos de cincuenta millones.

Elena se quedó atónita por un momento. Sus padres biológicos le estaban ofreciendo regalos extravagantes la primera vez que se veían, mientras que la familia Reed siempre la había despreciado y nunca le había comprado ni una simple baratija.

Emocionada, Jolie abrazó fuertemente a la muchacha. "¡Mi amor, por fin estás en casa! Llevo años anhelando este momento...".

La calidez del abrazo confundió a Elena. ¿Era así como se suponía que debían ser los padres? El apretón de su madre era tan reconfortante, algo que Cecily nunca le había dado. Le quedó claro que sus padres biológicos no se parecían en nada a los Reed...

Aunque estaba igual de entusiasmado, Alexander logró contener sus emociones. "Primero entremos".

Cuando los tres ingresaron en la magnífica propiedad, Elena se fijó en una joven de más o menos su edad. Esta, cuyo nombre era Elyse Harper, frunció ligeramente el ceño al verla y su mirada brilló con una emoción indescifrable. Había deseado ese juego de joyas de esmeraldas durante mucho tiempo, sin embargo, se lo habían entregado a Elena en cuanto llegó.

Desde el instante en que Elyse vio los rasgos llamativos de la otra chica, se sintió decepcionada.

Con todo, en cuanto Alexander la miró, ella cambió rápidamente su expresión por una sonrisa acogedora.

Esta adoptó un comportamiento amable y le dijo a la joven: "Tú debes de ser Elena, ¿verdad? Yo soy Elyse Harper. Esta propiedad es inmensa, así que si alguna vez necesitas algo o te sientes perdida, no dudes en preguntarme. No necesitas ser formal, también es tu casa".

Elena se sintió molesta de inmediato. ¿Por qué necesitaba ser formal con ella? Este era su hogar legítimo. Había notado que la expresión anterior de Elyse era todo menos amable, y sus palabras tenían el mismo tono insincero que las de Sylvia.

"No será necesario", declinó amablemente la susodicha, pues ya conocía el lugar.

Jolie apretó suavemente la mano de la chica. "Elena, Elyse es la hija de tu tía. Sus padres fallecieron cuando era pequeña, así que la acogimos. Aparte de ella, tienes tres hermanos mayores que están ansiosos por conocerte. Pronto te los presentaré. Pero por ahora, debes de tener hambre. No estaba segura de lo que te gusta, así que te preparé una variedad de platos".

La mujer no exageraba: la mesa del comedor estaba repleta de una amplia selección de cocina internacional.

Durante toda la comida, Alexander y Jolie no dejaron de llenar el plato de Elena. Esta miró la cantidad, cada vez mayor, sintiendo la innegable sinceridad en sus gestos. Era demasiado, mucho más de lo que ella solía comer, pero afortunadamente, su rápido metabolismo se encargaría de ello.

Después de cenar, Jolie llevó a Elena a un dormitorio. "Arreglé este lugar personalmente para ti. Espero que sea de tu gusto, pero si no es así, dímelo y haré que lo rediseñen inmediatamente...".

Un calor se extendió en el pecho de Elena. Los Reed nunca habían preparado una habitación adecuada para ella. Durante sus años difíciles, ella se había quedado con una anciana. Incluso después de que se enriquecieran, no le habían dado más que una habitación pequeña y nada especial.

Jolie se fijó en la única mochila que Elena había llevado. "Ven. Vamos a comprarte algunas cosas que te encantarán".

En el Centro comercial de Uchison, Jolie agarró a Elena de la mano y la llevó directamente a la joyería del quinto piso. Era la única tienda exclusiva de Helena Jewelry en el país.

"El juego de esmeraldas que te di antes fue un regalo de mi madre para mí". El tono de Jolie era amable. "Quizás no te agrade el diseño, así que busquemos algo que se adapte a tus gustos".

La mujer no podía dejar de pensar en lo poco con lo que había llegado Elena: una simple mochila. La idea de que su hija hubiera sufrido dificultades durante veintitrés años la llenaba de pesar. Quería darle lo mejor de todo.

Cuando entraron en la joyería, Jolie señaló varias piezas. "¿Te gusta alguna de estas?".

La joven las examinó: eran sus propios diseños más recientes. "Sí, me gustan", respondió. Eran algunas de sus mejores creaciones.

Jolie le pidió inmediatamente al personal que las sacara. "Si te gustan, pruébatelas".

Justo en ese momento, Cecily entró en la tienda con Sylvia, cuyos ojos se entrecerraron en cuanto vio a Elena. ¿Qué hacía esa desgraciada ahí? ¡Se suponía que debía estar pudriéndose en el campo!