Capítulo 4 Contactando a su subordinado

Maren fulminó a Wilbur con la mirada y le dio una advertencia contundente: "Aléjate. Te arrepentirás si me tocas otra vez".

Su tono indiferente hacía parecer insignificante para ella la amenaza de violencia.

Ignoró las expresiones atónitas de los demás y siguió caminando.

Ninguno de ellos se atrevió a detenerla, ya que todos estaban paralizados por la sorpresa de su reacción.

Wilbur permaneció en el mismo lugar, viéndola alejarse. Fue entonces cuando notó el profundo cambio en ella. ¿Se debía a sus nuevas habilidades de combate?

Nadia observó la intensa mirada de Wilbur hacia Maren y se acercó para agarrarlo gentilmente del brazo. "Maren realmente cruzó la línea", señaló con un tono tranquilizador. "No puedo creer que hiciera algo así para llamar tu atención".

Aunque ella estaba intentando consolarlo, sus palabras reforzaron una idea en la mente de este.

¡Tenía razón! Ese movimiento inesperado había sido muy extraño. Maren tenía que haber empleado un truco para humillarlo públicamente. ¿Cómo era posible que alguien de su nivel lo superara?

"Esa maldita mujer recurrió a artimañas. Es la única explicación de por qué mi brazo quedó entumecido", murmuró Wilbur, consolándose con esa conclusión. Ahora todo tenía sentido, ya que alguien como ella no podía haber cambiado tan rápido. Quizás le estaba dando demasiadas vueltas al asunto.

"No puedo creer que te rebajes tanto solo para llamar mi atención, Maren", susurró. "Bueno, ya veremos cuánto tiempo podrás mantener esa farsa. No esperes misericordia ni una segunda mirada de mi parte, incluso si vienes suplicando perdón".

...

Pero Maren no le daba importancia a lo que Wilbur pensara de ella.

Desde que recuperó sus recuerdos, él había pasado a ser un conocido más.

Ahora su principal prioridad era descubrir quién estaba al mando actualmente del Inframundo Soberano.

Estaba decidida a recuperar lo que era suyo y a enfrentarse a los traidores que habían intentado eliminarla.

Tal vez, para ellos, Maren ya había quedado en el olvido, presuntamente muerta tras su desaparición.

Una chispa de resolución se encendió en sus ojos.

Maren entró a un cibercafé y encendió una computadora.

Sus manos se movieron rápido sobre el teclado, navegando con destreza hacia un sitio seguro y accediendo a su cuenta confidencial.

Localizó rápidamente a alguien conocido como "Halcón Azul" en su lista de contactos.

Maren escribió su mensaje y presionó enviar.

Casi de inmediato, él respondió: "Maren, ¿de verdad eres tú? ¿Sigues viva?".

Ella se sintió reconfortada ante el característico entusiasmo de Halcón Azul. Tenía el mismo espíritu vibrante de antes.

El Inframundo Soberano probablemente había experimentado muchos cambios durante esos dos años que perdió la memoria.

Podía suceder de todo en ese tiempo.

Aunque quería conocer la situación actual dentro del Inframundo Soberano, Maren dudaba en contactar con sus antiguos aliados.

Había escapado apenas de un intento de asesinato, así que dudaba que estuviera segura...

Halcón Azul era una de las pocas personas en las que confiaba lo suficiente como para comunicarse con ella. Era un externo al Inframundo Soberano, así que Nikolas no lo conocía.

Le daba suficiente tranquilidad por ahora.

Sin embargo, incluso habiéndose preparado mentalmente, Maren se sorprendió por el siguiente mensaje de Halcón Azul:

"¿Qué te pasó en estos dos años? Hubo un conflicto interno en del Inframundo Soberano. Te buscamos por todas partes, pero no pudimos encontrarte. Temíamos que estuvieras muerta. Es un alivio saber que estás con vida".

¿Un conflicto interno en el Inframundo Soberano? Tal y como sospechaba, esos traidores no se habían quedado de brazos cruzados después de intentar acabar con ella.

Maren tecleó rápido su mensaje y lo envió.

"Escucha, necesito mantenerme oculta por ahora. Por favor, envíame un informe detallado de todo lo que ha sucedido dentro del Inframundo Soberano en este tiempo".

...

Al salir del cibercafé, Maren caminó hacia su casa bajo un cielo oscuro, pero sus pensamientos se volvían sombríos con cada paso.

No podía dejar de pensar en los detalles que Halcón Azul le había proporcionado.

Pocos días después de que escapara de la muerte en ese campo minado, hubo una lucha violenta en el Inframundo Soberano.

En el caos que no dejaba de aumentar, algunos incluso conspiraron con entidades externas para tomar el poder.

Fue ese día que Nikolas desapareció.

Sus antiguos aliados, Alatemible, Víbora y Garratormenta, encontraron crueles finales. Algunos estaban muertos y otros habían huido.

Y luego estaba Isla Walsh.

Isla era el faro de esperanza que Maren había encontrado en sus primeros días en ese oscuro lugar. La trataba como su familia.

Pero ahora los nuevos gobernantes del Inframundo Soberano la tenían capturada. La sometían a torturas tan inhumanas y bárbaras que ella solo deseaba la muerte.

Maren sabía que debía actuar rápido.

Sin embargo, primero debía encontrar a Garratormenta.

Halcón Azul le informó que Garratormenta había logrado escapar del Inframundo Soberano y se escondía en una academia militar.

Maren tuvo que contener su rabia. No podía buscar venganza por su cuenta, sobre todo porque ya no contaba con sus antiguos aliados.

Necesitaría reunir todos sus recursos para encontrar a Nikolas y liberar a Isla.

Entre las sombras de la noche, Maren regresó a casa.

...

Pero ella no sabía que unos eventos inesperados se desarrollarían esa misma noche.

Cuando el amanecer estaba cerca, un avión aterrizó silenciosamente en el aeropuerto.

Había una fila de vehículos negros junto a la carretera del aeropuerto, rodeada de guardaespaldas altamente capacitados y alertas.

Un hombre con un abrigo negro salió del aeropuerto. De inmediato, el equipo de seguridad lo saludó respetuosamente.

"Bienvenido de vuelta, señor".

El hombre de abrigo negro no dijo nada. Simplemente sacó con cuidado una foto de su bolsillo y su mirada severa se volvió gentil por un momento.

"¿De verdad ella está aquí?", preguntó sin emoción.

Su asistente le dio un documento sin dudarlo. "Señor, hace dos años la familia Morgan se reunió con su hija perdida. Tanto su físico como su nombre coinciden exactamente con Maren. Esta vez estamos seguros".

Mientras comparaba la foto que tenía en la mano con los detalles del documento, una sonrisa autoritaria e intrigante se extendió por el rostro del hombre.

"Maren, finalmente te he encontrado", susurró. "Ahora no volverás a escaparte de mí".