Capítulo 7 Regreso a esa habitación

"Señorita, ¿todavía está ahí?", preguntó el personal.

"Eh, sí, sí", respondió Emilee distraídamente. "Lo siento, y gracias por tu ayuda. Lo manejaré yo misma".

Terminó la llamada, sus dedos temblaban visiblemente mientras marcaba el número de la recepción del hotel.

El celular sonó varias veces antes de conectar.

"Hola, quería saber si alguien encontró una memoria USB mientras limpiaban la habitación 9881 en el último piso".

Emilee apretó el celular con más fuerza, sintiendo la palma de su mano empapada en sudor mientras esperaba una respuesta.

"Lo siento, pero el huésped de esa habitación aún no ha hecho el check-out y ha rechazado los servicios de limpieza, así que no hemos entrado para revisar," explicó el recepcionista.

El corazón de Emilee dio un vuelco. ¿Jonny todavía estaba allí?

¿Podría ser que no tuviera otro lugar a donde ir después de regresar al país?

¿O acaso estaba esperándola?

Emilee rápidamente desechó el pensamiento; eso no podía ser cierto.

La voz en el celular habló de nuevo: "Disculpe, ¿fue usted la huésped que se quedó con él anoche? ¿Deberíamos contactarlo en su nombre?".

"No, eso no es necesario, debo estar equivocada. Lo siento", rechazó Emilee de inmediato.

Esta mañana, Jonny había instruido a su asistente para investigar a la mujer de la noche anterior. Si el recepcionista iba a preguntarle sobre ello, Emilee quedaría expuesta.

Aferrándose a su celular, sintió una lucha interna.

Revelar que ella era la mujer que había pasado la noche con Jonny no era una opción.

Pero tampoco podía arriesgarse a las consecuencias de divulgar secretos corporativos.

Después de luchar con sus pensamientos, Emilee agarró su bolso y salió de la oficina decididamente.

La noche ya había caído por completo, y la brisa otoñal, desprovista del calor del verano, le mordía el cuello, haciéndola estremecer.

No se detuvo, y rápidamente tomó un taxi hacia el hotel.

Emilee entró al vestíbulo del hotel y subió al ascensor. Estaba a punto de presionar el botón cuando se dio cuenta, para su consternación, de que el último piso requería una tarjeta VIP para acceder.

Su prolongada inactividad en el ascensor llamó la atención del personal del hotel.

Justo cuando Emilee se preguntaba qué hacer a continuación, levantó la vista y vio acercarse a un hombre elegante con gafas.

Era el asistente de Jonny.

Reconociendo una oportunidad, Emilee le saludó: "Hola, necesito ver al señor Owens. Dejé algo en su habitación. Soy Emilee Bates, secretaria de Xastin".

Al escuchar su presentación, el asistente tocó su auricular Bluetooth y dijo: "Señor Owens, Emilee Bates está aquí para verlo".

Mientras el asistente transmitía su mensaje, el corazón de Emilee latía con fuerza. Esperaba que Jonny recordara su nombre.

Su ansiedad era palpable, pero momentos después, el asistente le dio un asentimiento tranquilizador. "Señorita Bates, el señor Owens me ha pedido que la acompañe arriba".

Al llegar al último piso, el asistente escoltó a Emilee solo hasta la puerta de la suite y se detuvo allí.

Emilee tuvo que entrar sola.

La iluminación dentro de la suite era tenue. Al entrar, sus tacones bajos resonaron contra el suelo de mármol.

La noche anterior había estado nublada de mente. Ahora, notaba la amplitud de la suite y su decoración lujosa, que recordaba a un apartamento de lujo.

Solo unas pocas luces suaves y ambientales estaban encendidas, dejando las luces principales apagadas.

Cuando las luces de la habitación se encendieron abruptamente, Emilee saltó de sorpresa.

En el elegante sofá de cuero negro de la sala de estar, estaba sentado un hombre alto y apuesto, mirándola sin moverse.

Jonny vestía una bata gris, el escote abierto dejaba al descubierto sus clavículas y una cadena de plata colgando de su cuello.

Su cabello, aún húmedo por una ducha reciente, se pegaba a su frente.

Bajo la luz blanca intensa, sus rasgos afilados le recordaban a un felino acechando en la oscuridad.

El corazón de Emilee se aceleró, y rápidamente desvió la mirada.

"¿Qué quieres?". Jonny se inclinó ligeramente hacia adelante, sus labios delgados curvándose.

Emilee jugueteó con sus dedos. "Señor Owens..., ¿por casualidad encontró una memoria USB?".

Jonny arqueó una ceja. "¿Una memoria USB?".

"Sí, una blanca. Creo que podría haberla dejado aquí anoche".

Su mirada era inescrutable. "¿Por qué tu memoria USB terminaría en mi habitación?".