La Hacienda de los Secretos Muertos
img img La Hacienda de los Secretos Muertos img Capítulo 2
3
Capítulo 4 img
Capítulo 5 img
Capítulo 6 img
Capítulo 7 img
Capítulo 8 img
Capítulo 9 img
Capítulo 10 img
img
  /  1
img

Capítulo 2

El funeral de Lupita fue un espectáculo grotesco.

Toda la alta sociedad estaba allí, susurrando condolencias vacías mientras me miraban con una mezcla de lástima y curiosidad.

Yo estaba de pie junto al pequeño ataúd blanco, incapaz de llorar. Mis lágrimas se habían secado en el sótano.

Mateo no estaba a mi lado.

Estaba al otro lado de la capilla, consolando a Camila.

Ella lloraba aparatosamente en sus brazos, su cuerpo temblando de un dolor fingido.

"Oh, Mateo", sollozaba para que todos la oyeran. "Me siento tan culpable. Si no te hubiera regalado esa Virgen, la pequeña Lupita seguiría con nosotros."

Mateo la abrazaba con fuerza, acariciando su cabello.

"No digas eso, mi ángel. No es tu culpa. Fue una prueba de Dios, y tú eres la única que me da fuerzas."

La gente los miraba con admiración. Veían a un hombre devoto consolando a su prima piadosa en un momento de tragedia.

Nadie veía la verdad.

Nadie veía al monstruo que dejó morir a su hija y a la manipuladora que se alimentaba de su obsesión.

Sentí las miradas sobre mí. La esposa fría, la madre sin lágrimas.

Me juzgaban.

Dejé que lo hicieran. Su juicio no era nada comparado con el infierno que estaba viviendo.

Después del entierro, en el mausoleo familiar, Mateo se acercó a mí por primera vez en todo el día.

"Camila está destrozada", dijo, su tono era una acusación. "Deberías mostrar algo de compasión. Ella quería mucho a Lupita."

Miré la lápida de mármol con el nombre de mi hija grabado.

"La única persona que necesita compasión está aquí dentro, Mateo. Y tú se la negaste."

Él frunció el ceño, impaciente.

"No empieces con tus dramas, Isabela. Ya es bastante difícil para todos."

Se dio la vuelta y regresó al lado de Camila, ofreciéndole su brazo para que se apoyara.

Los vi alejarse juntos, una pareja perfecta en su luto compartido.

Yo me quedé sola con mi hija muerta.

Esa misma tarde, llamé a mi abogado.

"Inicia los trámites de divorcio inmediatamente", le dije, mi voz firme. "Y empieza a liquidar todos mis bienes. Quiero irme de aquí."

No había vuelta atrás.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022