Renacida: Mi Revancha Ahora
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Capítulo 3

Los días siguientes se convirtieron en un estudio cuidadoso de contrastes.

Yo me sumergía en los libros, repasando cada tema, cada fórmula, cada concepto con una dedicación que rayaba en la obsesión. Mi cuarto era un santuario de conocimiento, con notas adhesivas cubriendo las paredes y el olor a café recién hecho flotando en el aire. Mis padres, ambos maestros, me miraban con orgullo, felices de ver mi disciplina.

"Ese esfuerzo siempre rinde frutos, hija", decía mi padre, y en mi vida pasada, esas palabras se habían sentido como una mentira cruel. Ahora, eran mi mantra.

Daniela, por otro lado, vivía en un mundo de ocio calculado.

La veía en la escuela, bostezando en clase, garabateando en su cuaderno en lugar de tomar apuntes. Sus tardes consistían en ir de compras, salir con amigos o simplemente holgazanear en casa viendo series. Cuando le preguntaban por los exámenes, suspiraba dramáticamente.

"Ay, ni me digan. Yo no nací para esto. Sofi es la del cerebro, yo solo estoy aquí de adorno".

Lo decía con una sonrisa, como si fuera una broma, pero yo sabía que en el fondo de esa autocompasión había una profunda y corrosiva pereza. Ella no quería trabajar por el éxito, quería que le fuera entregado en una bandeja de plata.

Recordé innumerables ocasiones en mi vida anterior en las que intenté ayudarla. Le explicaba pacientemente, le hacía resúmenes, incluso le preparaba guías de estudio. Pero cualquier gesto de ayuda, por más genuino que fuera, ella lo interpretaba de dos maneras: o como un acto de condescendencia que la hacía sentir estúpida, o como una obligación mía por ser "la amiga inteligente".

Su sensibilidad era una trampa. Su complejo de inferioridad era un arma que usaba para manipular a los demás. Se ofendía si no le ofrecías ayuda, y se ofendía si se la ofrecías porque "la hacías sentir menos". Era un juego sin salida diseñado para que yo siempre me sintiera en deuda.

Y en el centro de todo estaba su secreto.

El "Sistema de Intercambio".

Ahora que conocía su existencia, podía ver las señales. Cada vez que ella deseaba algo que yo tenía, se volvía extrañamente pegajosa, casi servil. Me traía pequeños regalos sin valor, un dulce, una pulsera barata, y luego, de la nada, hacía su petición al "sistema".

"Quisiera tener la suerte de Sofi en el examen", pensaría o susurraría para sí misma.

Y el sistema, esa entidad parasitaria, tomaba mi resultado, forjado con noches de estudio, y se lo transfería a ella. A cambio, yo recibía su fracaso, su calificación mediocre, su mala suerte. Era un robo limpio, sin testigos, sin pruebas. Un crimen perfecto.

Mientras estudiaba en la quietud de mi habitación, el odio hervía a fuego lento dentro de mí.

Era un odio frío, lúcido.

Odiaba su pereza, su victimismo, su forma de retorcer la bondad hasta convertirla en un arma. Odiaba cómo me había hecho dudar de mí misma, cómo me había convencido de que mis fracasos eran mi culpa, de que yo no era lo suficientemente buena.

Me robó más que calificaciones y ascensos. Me robó la confianza, la alegría, la vida.

Mi primer impulso fue confrontarla. Gritarle en la cara que sabía su sucio secreto.

Pero me detuve.

¿Qué conseguiría con eso? Ella lo negaría. Me llamaría loca, paranoica. No tenía pruebas. El sistema era invisible, intangible. Acusarla directamente solo la pondría en alerta y haría mi venganza más difícil.

No. La fuerza bruta no funcionaría aquí.

Necesitaba ser más inteligente que ella. Necesitaba ser más calculadora.

Tenía que construir una trampa tan atractiva, tan irresistible, que ella misma saltara dentro sin dudarlo. Tenía que hacerle desear tanto robarme algo, que no se diera cuenta de que lo que estaba a punto de tomar era veneno puro.

Miré el calendario. Faltaba poco más de una semana para el examen final. La pieza central de mi plan.

Esta vez, no le daría mi diez.

Le daría algo mucho más valioso para mi venganza: un fracaso tan espectacular y público que su reputación entera se haría añicos.

Y yo estaría allí para verlo, con una sonrisa en los labios.

            
            

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