Capítulo 4 Tenemos una pista.

Llego a Dublín cerca de las diez de la noche, mi teléfono no ha parado de sonar con las incontables llamadas de mi padre y de mi hermano. Ahora sí podían llamarme ¿no?

¡Dios! ¿Qué mierda le dijeron Erin y su padre al mío?

Pero como era un tozudo, igual a mi padre al final no me quedó de otra viajé a Dublín. Necesitaba confrontarlo, pero no de esa forma. Ahora, era yo el que no quería hablar por teléfono, así que lo apagué, era preferible tener esta conversación con mi padre frente a frente.

Una vez que bajé del avión y tomé mis pertenencias, salí del aeropuerto y me subí al primer taxi que encontré para que me llevara a la cueva del diablo, o sea a la casa de mi padre.

El camino se hizo extremadamente corto y aunque quería prolongar este momento, ya no había caso de hacerlo más. No podía ser tan pendejo.

«Eres un adulto, asume tus actos»

Me bajé del auto y pagué al conductor. Respiré hondo y me paré en frente del porche de la casa de mi padre. Estaba apesadumbrado y en cierta forma molesto. Volví a respirar llenando mis pulmones y toqué el timbre.

Loren, nuestro mayordomo, abrió la puerta y con su aire de solemnidad me saludó.

-Buenas noches, Joven James, su padre lo espera en su despacho.

Su tono, solemne, casi en un regaño, me recordó mi niñez y todo lo que viví aquí hasta que mi madre nos dejo, sonreí y le entregué mis cosas. Tomó mi maleta y me indicó ese camino que ya sabía desde que era un niño, enfilé mis pasos hacia esa habitación que tanto odiaba y di tres golpes en la puerta.

-Adelante...

-Padre yo...

-Si vienes a justificarte por el hecho de pedirle a la chica que aborte te entiendo hijo, pero es un O'Connor. Además, son novios, James. Es normal que el sexo ocurra entre la pareja - me dice serio sin mirarme a los ojos y preocupado de los planos que tiene frente a él, yo lo escucho, aún procesando lo que me dice y se me cae la cara de la impresión -. Lo mejor es que se casen pronto y ese niño no nazca en el pecado.

-Pero ¿de qué diablos estás hablando, padre?- estoy en shock y grito como animal envenenando.

-¿No era de eso de lo que me querías hablar?- carraspeo y me acerco a él, me dejo caer en la silla frente a su escritorio colocando mis manos en la cara de la frustración, volví a respirar y después de ordenar mi chaqueta y mis pensamientos me dispongo a hablar.

-Padre, no sé que te dijo Erin, pero ese hijo que lleva en su vientre no es mío y ahora entiendo muchas cosas...

-¿De que hablas Junior?- por fin me mira a los ojos y veo ese rastro de duda, aunque le costara disimularlo.

-¡Qué yo no me he acostado con esa puta barata, padre!- eran pocas las personas con las cuales explotaba y perdía los estribos y, ahora, una de ellas, estaba frente a mí. Me imagino que la otra está tras esa puerta cerrada, escuchando.

Estoy viendo negro, rojo y hasta lucecitas de colores de lo furioso que estoy, necesito calmarme ya o todo será peor.

-Esto es una broma de mal gusto, Junior. Deja de decir estupideces.

-No es ninguna broma y mucho menos una estupidez lo que te estoy diciendo, padre- retomo la conversación y hablo soltando respiraciones lentas y pausadas-, es más, estoy seguro que ese bastardo que lleva en su vientre no es mío.

-Pero si llevan casi un año juntos, esto no puede ser cierto.

-Pues lo es padre y gracias a dios que la tecnología ha avanzado en estos tiempos -digo, colocándome en el peor de los escenarios-¿Cuántos meses dice tener?

-A penas un mes de embarazo y nos dijo a John y a mí que la habías echado de tu casa cuando te lo contó.

-Erin es una maldita arpía que creyó que tenía todo fríamente calculado, padre. Se debe haber embarazado de uno de sus tantos amantes que tiene por ahí y por eso trató de meterse en mi cama, ya era tan asfixiante la situación que la última vez la eché de mi departamento y ella me advirtió que se las pagaría.

-Pero John es mi amigo. No puedo creer que ambos lo hayan tramado. Somos socios desde que ustedes eran niños y por eso decidimos que un compromiso entre ustedes era la mejor forma de unirnos. Recuerda que Erin siempre estuvo enamorada de ti.

-Caras vemos, corazones no sabemos, padre. Pero me gustaría comprobar con hechos todo lo que te estoy diciendo, hagamos como que me mandaste a llamar para enrielarme y descubramos que traman padre e hija.

-Si de verdad me estás diciendo todo esto es porque es cierto-dice acercándose a mí y toma con fuerza mi hombro, esa era la señal de que sí me creía y que fue lo mejor venir aquí y enfrentarlo, puede que mi padre sea un tipo sin sentimientos, pero el honor y la verdad para él eran primordiales en la vida, a costa de reprimendas y castigos entendí y obviamente que me estuviera tocando y dando ese espaldarazo valía la pena, pero lo que me dijo después me dejó boquiabierto.

» Hijo, te creeré y por lo mismo haré lo que me pides, palabra de O'Connor- volvió a su escritorio y tomó unos documentos que me entregó-. A propósito, te tengo buenas noticias de la hija de tu tío Leonel.

-¿La encontraste?

-No aún, pero tenemos una pista certera de ella. Mira lo que te entregué. El investigador que fue a Chile encontró su rastro y ahora va camino a México siguiendo esa pista.

-Espero y no sea una pista falsa como tantas otras que hemos perseguido, padre.

-Sea lo que sea, se lo prometí a tu madre en su lecho de muerte y cumpliré con mi promesa.

-Lo sé y te entiendo, pero llevamos tantos años buscándola y hasta ahora todas las pistas llevan a nada-digo, un tanto apesadumbrado.

-No cesaré de hacerlo hasta mi último aliento, se lo debo a Stella y a Leonel.

-Está bien, te apoyaré.

-Ahora, me explicas ¿cómo vas a comprobar lo que me has dicho de Erin?

-No te preocupes, papá. Yo veré eso- me levanté de la silla para salir de este lugar, aún me asfixiaba estar en él, después de tantos años, pero me detuvo con sus palabras.

-Hay otro tema que quiero hablar contigo-dice serio y en mi interior pienso ¿otro más?

-¿De qué se trata?- me acomodé nuevamente y lo miré cauteloso.

-He decidido expandir la constructora y en unos meses más viajaré a Nueva York, ya he hecho algunos contactos con viejos conocidos y espero que todo funcione.

-Si es lo que deseas, no soy quién para negarme. Es tu empresa.

-Nuestra, es de la familia. Cuando la creamos con Leonel y Stella era nuestro sueño para dejarlo a nuestros hijos y en este momento creo que es tiempo de dar este gran paso con la expansión.

-Christian será un buen Ceo.

-¿Y tú no lo serías? Eres el mayor y yo pensé que después de tu doctorado...

-No lo sé, papá. Mis ideas son distintas de las tuyas y no creo que esté lo suficientemente preparado para tomar el control de la empresa- o sea lo quiero, pero creo que no es el momento, ni yo me entendía la respuesta. Esto era mi sueño, pero había algo que me hacía acobardar y no creo que sea el tema de Erin.

-Piénsalo bien, ya lo hemos hablado con Christian y él está de acuerdo.

-Pues, gracias por informarle al que más le complica primero-digo en tono molesto-. Mira, papá. En estos momentos no quiero decirte nada que tenga que ver con la empresa. Déjame solucionar mi tema con Erin y su padre y después veremos, padre.

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