Observó el rostro de Lucía, un rostro que alguna vez le causó miedo, y ahora solo le provocaba una fría lástima.
Con una calma deliberada, le extendió el amuleto que Isabella le había dado y las flores que Mateo intentó ponerle.
"¡No te preocupes! Los regalos de Mateo los guardé especialmente para ti, escuché todo lo que me dijiste".
La sinceridad en la voz de Sofía era tan desconcertante que Lucía frunció el ceño, confundida.
"No te preocupes", continuó Sofía, su voz suave y persuasiva. "Te ayudaré a conquistarlo, después de la audición te ayudaré a invitarlo a salir".
La expresión sombría de Lucía se suavizó un poco, una sonrisa fría y arrogante se dibujó en sus labios mientras tomaba los objetos.
"Qué bien que eres sensata, más te vale".
Le dio un fuerte empujón a Sofía contra los casilleros.
"Recuerda, una nerd como tú no merece estar con el chico popular, de ahora en adelante, cuando lo veas, desaparece".
El dolor en su mejilla se intensificó con el golpe, pero Sofía no dijo nada, solo la vio alejarse, admirando el amuleto y las flores con una sonrisa triunfante.
Si la minoría de edad era un escudo para estas personas malvadas, entonces Sofía usaría sus propios métodos oscuros para vengarse.
...
Al finalizar la primera parte de la audición, la prueba teórica, los pasillos se llenaron de lamentos y quejas.
Los estudiantes salían del auditorio con rostros pálidos y derrotados.
"¡Ay, qué voy a hacer, esta primera audición me dejó en blanco, ni ganas tengo de la de la tarde!".
"¡Sí, sí, las preguntas de teoría musical también fueron súper difíciles, siento que todas las opciones eran correctas, fue una masacre!".
Solo una persona en medio de la multitud sonreía con confianza, una chica que destacaba no por su belleza, sino por el aura de superioridad que la rodeaba.
"No fue para tanto, la verdad, lo hice muy bien".
Sofía levantó la vista y sus miradas se encontraron.
Camila, la chica becada.
Alguna vez fue conocida por su extrema pobreza, una chica tímida y estudiosa a la que la propia Sofía había apadrinado y ayudado, pero su vida cambió drásticamente después de acercarse a Isabella y Ricardo.
Sofía vio el collar de diamantes que brillaba en su cuello, un destello que le resultó dolorosamente familiar.
Era el collar que sus padres le habían regalado por su cumpleaños hacía un mes, una pieza exclusiva que costaba más de seiscientos mil pesos y que había desaparecido misteriosamente de su habitación hacía unas semanas.
Quizás al sentir su mirada fija, Camila escondió discretamente el collar bajo el cuello de su blusa, pero ya era tarde.
Los estudiantes a su alrededor la colmaban de halagos.
"¡Camila, eres la mejor! ¡Siempre entre las primeras, eres un genio del canto! ¡Hasta en esto te fue increíble!".
Sofía casi se ríe a carcajadas.
¿Lo hizo bien? ¿Con Lucía, la acosadora, sentada a su lado y pasándole una hoja con respuestas garabateadas al azar?
Sabía perfectamente que Lucía era pésima en teoría musical.
Quizás irritada por el desdén inconfundible en los ojos de Sofía, Camila apretó los puños, su sonrisa se desvaneció y fue reemplazada por una mueca de desafío.
La miró fijamente y subió el tono de voz, asegurándose de que todos la escucharan.
"¡Esta audición la ganaré yo! ¡Haré que todos los que me despreciaron se limpien los ojos y me miren de rodillas!".
La declaración resonó en el pasillo, llena de una arrogancia que solo podía provenir de alguien que creía tener la victoria asegurada, sin importar los medios.
Sofía simplemente se dio la vuelta, una sonrisa fría jugando en sus labios.
La caída de Camila sería aún más espectacular.