Despertar en el Juego
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Capítulo 1

En el año 2038, el juego de realidad virtual "El Sueño del Guerrero" era más que un simple pasatiempo, se había convertido en una segunda vida para millones de personas. La tecnología de inmersión total permitía a los jugadores sentir el viento en su piel y el peso de una espada en su mano, creando un mundo tan real como el que dejaban atrás al ponerse el casco.

Dentro de este universo digital, existía un tema que encendía los foros y las discusiones en cada rincón del juego, una controversia que giraba en torno al jugador número uno, el invencible "Guerrero de Fuego", y su misteriosa pareja. La gente no podía entender por qué un hombre con su poder, fama y un avatar esculpido a la perfección, elegiría como compañera a "Puente del Sur de Bambú", una jugadora cuyo rostro estaba configurado con la belleza al -100%. Era un tema de burla constante, un chisme que nunca moría.

Yo era esa jugadora, yo era Puente del Sur de Bambú. Mi nombre real es Sofía.

En la vida real, me ganaba la vida como ilustradora independiente, trabajaba desde mi pequeño departamento y rara vez salía. La gente que me conocía en persona, los pocos que lo hacían, decían que era hermosa, pero yo no podía verlo. Cada vez que me miraba en el espejo, solo veía defectos, una colección de imperfecciones que me generaban una ansiedad paralizante. Por eso, en "El Sueño del Guerrero", elegí la fealdad. Quería que la gente me viera por mis habilidades, por mi lealtad, no por una cara que yo misma despreciaba. Quería un refugio, no otro escenario para mi inseguridad.

Llevaba tres años junto a Guerrero de Fuego, o Héctor, como se llamaba en el mundo real. Tres años de misiones, de batallas codo a codo, de noches enteras conversando bajo lunas digitales. Creía que teníamos algo real, algo que trascendía las apariencias. Pero últimamente, Héctor estaba distante. Sus mensajes eran cortos, sus respuestas tardías. Una sensación de frío se instalaba en mi pecho cada vez que su nombre aparecía en mi pantalla, una premonición de que algo andaba mal.

Ignoré esa sensación y me concentré en mi trabajo. Justamente, mi cliente más importante era una empresa de tecnología de punta, y el proyecto actual era diseñar la interfaz para su nuevo dispositivo. Era un trabajo enorme, un contrato que podía asegurar mi estabilidad por un buen tiempo. Me sumergí en el diseño, trabajando día y noche, puliendo cada detalle para la presentación final, una presentación que tendría con el CEO de la empresa, un hombre llamado Héctor.

Esa noche, mientras terminaba los últimos retoques del diseño, una notificación masiva sacudió el mundo de "El Sueño del Guerrero". Un anuncio en letras doradas cruzó el cielo de la capital del juego, visible para todos los jugadores. "La Princesa Dulce ha regresado". Un escalofrío recorrió mi espalda. Princesa Dulce, la exnovia de Héctor, la leyenda femenina del juego, la única mujer que todos consideraban digna de estar a su lado, había vuelto. Y en el chat del gremio, vi un mensaje de Héctor dirigido a ella, un mensaje que no era para mí. "Te he estado esperando".

            
            

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