Una diosa disfrazada: divorcio, matrimonio y dominación
img img Una diosa disfrazada: divorcio, matrimonio y dominación img Capítulo 4 ¿Me crees
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Capítulo 10 Soluciona esto de inmediato img
Capítulo 11 Suficiente para acabar con todo un árbol genealógico img
Capítulo 12 ¿La llamó Wally img
Capítulo 13 El pago eres tú img
Capítulo 14 Cisne Negro img
Capítulo 15 Pulgar hacia abajo img
Capítulo 16 ¿Quién es el afortunado img
Capítulo 17 No pensaste en serio que iba a besarte img
Capítulo 18 No significa que perderé img
Capítulo 19 Sé que tú y Waylon tienen historia img
Capítulo 20 Roger tuvo un accidente automovilístico img
Capítulo 21 Mezquino e intrigante img
Capítulo 22 Un golpe de suerte img
Capítulo 23 Waylon realmente había cambiado img
Capítulo 24 La mujer al lado de Waylon era Alexia img
Capítulo 25 Tener una velada maravillosa img
Capítulo 26 Bienvenida de regreso img
Capítulo 27 Yo decido img
Capítulo 28 No le pongas un dedo encima img
Capítulo 29 Las licencias para las apuestas img
Capítulo 30 Los resultados fueron decididos img
Capítulo 31 Eso es una calumnia img
Capítulo 32 Inteligente elección, señor Mason img
Capítulo 33 El corazón de Adán img
Capítulo 34 Presenciando una ceremonia real img
Capítulo 35 La salvación de Roger img
Capítulo 36 Luchar hasta el final img
Capítulo 37 No da más que problemas img
Capítulo 38 Enfadado img
Capítulo 39 Una disculpa img
Capítulo 40 Tiempo planeando su regreso img
Capítulo 41 Amor de familia img
Capítulo 42 Quiero a esta mujer img
Capítulo 43 El verdadero problema apenas comienza img
Capítulo 44 Bloqueado img
Capítulo 45 Tú y Waylon tienen una relación img
Capítulo 46 La legendaria Luna img
Capítulo 47 Waylon claramente estaba intentando conquistar a Alexia img
Capítulo 48 Cocinando para él img
Capítulo 49 Ahora somos amigos img
Capítulo 50 ¿Te estás burlando de mí otra vez img
Capítulo 51 Irse sin nada img
Capítulo 52 Tres bofetadas img
Capítulo 53 Luna entra en acción img
Capítulo 54 Los rivales se enfrentan img
Capítulo 55 Odio orquestado en Internet img
Capítulo 56 ¿No deberían los débiles ser eliminados gradualmente img
Capítulo 57 La sabiduría de Alexia img
Capítulo 58 Ella claramente está tratando de destruirte img
Capítulo 59 A nadie más le recuerda a Marilee img
Capítulo 60 Contraataque img
Capítulo 61 Cambios en la opinión pública img
Capítulo 62 Una crisis de reputación img
Capítulo 63 ¿Nos estás declarando la guerra img
Capítulo 64 La victoria de Alexia en las relaciones públicas img
Capítulo 65 Si ella lograra levantarse de nuevo img
Capítulo 66 Mi novio podría encargarse img
Capítulo 67 El dilema de Serena img
Capítulo 68 Cómo podía ser un cumplido img
Capítulo 69 Amenazas Sucias img
Capítulo 70 Una disculpa img
Capítulo 71 Secuestro img
Capítulo 72 Luchando img
Capítulo 73 El momento fatal img
Capítulo 74 Su abrazo img
Capítulo 75 Negarse a inclinar la cabeza img
Capítulo 76 Esperando una explicación img
Capítulo 77 No necesitas disculparte img
Capítulo 78 Quiero complacerte a ti img
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Capítulo 4 ¿Me crees

Alexia apenas había terminado la llamada cuando el suave clic de la puerta la hizo levantar la cabeza de golpe. En el umbral se encontraba Waylon, tan alto que proyectaba una sombra. Mantuvo una expresión impasible mientras la miraba fijamente.

Ninguno de los dos había anticipado esa clase de encuentro.

Ella acababa de salir de la ducha, con el cabello húmedo pegado a las mejillas y los ojos nublados por el calor. Además, la bata que llevaba era demasiado grande y dejaba al descubierto su suave piel, ligeramente sonrojada, mostrando más de lo que ella quería. El aire estaba impregnado con el tenue aroma de su champú, dulce e inconfundible.

Waylon la observó de arriba abajo, deteniéndose el tiempo suficiente para sonrojarla, antes de desviar la mirada hacia otro lado y decir: "Prepárate. El desayuno está listo".

Pocos minutos después, Alexia salió vestida y fue recibida por el olor de un desayuno perfectamente servido. El hambre se impuso sobre su orgullo, y sin pensarlo mucho, se sentó y se devoró casi toda la comida antes de detenerse para respirar. Casi no habló con Waylon, quien la dejo comer en paz, y no rompió el silencio hasta que ella prácticamente se terminó su plato.

"¿Necesitas un abogado?".

"Así que escuchaste", respondió la mujer, dejando la taza de café y mirándolo directamente a los ojos.

"¿Hay alguien que no lo sepa?", replicó él con una sonrisa ligera, aunque sin una pizca de felicidad en su rostro.

Alexia saboreó la amargura del café e hizo una mueca, aunque rápidamente recuperó la compostura y contestó: "Puedo manejarlo".

En ese instante, se dio cuenta de que él podría pensar que era demasiado terca para aceptar su ayuda. Después de todo, para la mayoría de la gente, las mujeres abandonadas eran patéticas.

"¿Me crees cuando te digo eso?", preguntó, desafiándolo con la mirada.

"¿Por qué no lo haría? Alexia, él es quien debería estar destrozado por la separación", respondió Waylon con una sonrisa juguetona, mientras un destello de complicidad aparecía en sus ojos entrecerrados.

Ella se quedó inmóvil antes esa firme mirada, pero logró devolverle una pequeña y genuina sonrisa, y responder: "Siempre has sabido cómo animar a la gente".

Después del desayuno, Alexia se preparó para irse. Al llegar a la puerta, se detuvo y miró hacia atrás. "Gracias," dijo en voz baja, pero que dejaba en claro su gratitud.

No había forma de que olvidara su amabilidad.

...

Habían pasado diez minutos de la hora acordada, y Roger comenzaba a perder la paciencia. Estaba con Marilee en un club privado, esperando a que Alexia llegara.

"¿Por qué todavía no está aquí? ¿Es que se niega a divorciarse de ti?", preguntó Marilee en un tono dulce, acercándosele más y haciendo un puchero. "No te has olvidado de nuestros planes después de esto, ¿verdad? Prometiste que me comprarías un vestido nuevo".

Roger respondió con un murmullo. El banquete del fin de semana organizado por la Cámara de Comercio sería el escenario perfecto para presentar a Marilee; de hecho, no podría haber regresado en un mejor momento. Todas las personas influyentes de la ciudad estarían presentes, pues la anticipación por el regreso de Waylon era palpable.

Con solo pensar en él, un destello de inquietud cruzó por el rostro de Roger. El apoyo abierto de la Cámara de Comercio a Waylon, justo antes de la elección de su nuevo presidente, no era exactamente una buena noticia para la familia Gibson.

De repente, un alboroto en la puerta captó la atención de Roger. Él giró la cabeza y sintió que en ese momento la atmósfera del lugar cambiaba. Todos se enfocaron en una figura que avanzaba con gracia.

Alexia entró, con un vestido rojo que resaltaba cada una de sus curvas, repiqueteando sus tacones contra el suelo pulido. Cada uno de sus movimientos irradiaba tranquilidad y confianza. Entre el rojo escarlata y el brillo inconfundible de su rostro, parecía el amanecer encarnado.

Con cada paso de Alexia, Marilee tensaba más su sonrisa, hasta que finalmente la perdió cuando su rival se sentó frente a ellos.

Roger tampoco pudo ocultar su sorpresa: no podía apartar la mirada del rostro de su esposa, quien llevaba las facciones artísticamente maquilladas.

"Tú...", comenzó, pero se atragantó con las palabras y tragó saliva nerviosamente.

Ninguno de los presentes podía creer que esa mujer fuera la misma de la noche anterior: ya no llevaba los lentes pasados de moda, la camisa holgada de cuadros ni el pelo empapado. De hecho, la chica lamentable de ayer había sido reemplazada por una completamente diferente, que se mostraba segura e irreconocible.

Alexia no se inmutó ante su sorpresa. Su belleza no era nada nuevo para ella. Simplemente había decidido no mostrarla. Las lecciones que recibió en la infancia siempre enfatizaban la modestia, mantenerse fuera de los reflectores y no llamar demasiado la atención.

Y su matrimonio solo había ajustado aún más esa correa. Pasó años cuidando de la abuela de Roger y soportando la desaprobación de una suegra que había oído historias sobre su supuesta juventud "salvaje".

Ni siquiera su cabello ni el color de su ropa escaparon al escrutinio: se eliminó cada detalle de su personalidad, hasta que ella no tuvo más opción que someterse a la monotonía.

A su armario nunca llegaron vestidos de colores vivos, solo opciones holgadas y de tonos apagados llenaban sus cajones. Sin embargo, ese capítulo de su vida ya estaba oficialmente cerrado.

Con confianza, Alexia llamó a un camarero, ordenó un tequila y comenzó a hojear el acuerdo de divorcio, sin inmutarse por la atención.

Marilee fue la primera en recuperar la compostura y, mostrando una dulce sonrisa, comentó: "Espero que estés bien después de lo de ayer. Los reporteros nos tomaron a todos por sorpresa. Alguien me dijo que te resbalaste en la lluvia. Debiste sentirte muy miserable".

            
            

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