El amor puede construir un puente
img img El amor puede construir un puente img Capítulo 2 Qué tramas esta vez
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Capítulo 7 : No puedo detenerlo img
Capítulo 8 El contraataque img
Capítulo 9 Juego de apariencias img
Capítulo 10 : Una mujer mala img
Capítulo 11 ¿Me mandaste a seguir img
Capítulo 12 Un nuevo protagonista img
Capítulo 13 No es digno de ti img
Capítulo 14 La apuesta img
Capítulo 15 : Sí, la empujé img
Capítulo 16 Agua en el cerebro img
Capítulo 17 Treinta minutos img
Capítulo 18 Punto final img
Capítulo 19 Sigues viviendo en tu fantasía img
Capítulo 20 Nunca me has interesado img
Capítulo 21 No era para tanto img
Capítulo 22 El ojo del huracán img
Capítulo 23 Esperen la carta de mi abogado img
Capítulo 24 La jugada maestra img
Capítulo 25 : No estoy disponible img
Capítulo 26 No las conozco img
Capítulo 27 Un beso inesperado img
Capítulo 28 : Una jugada inesperada img
Capítulo 29 El valor de un momento img
Capítulo 30 El precio de la osadía img
Capítulo 31 : Una lección de astucia img
Capítulo 32 No vale la pena img
Capítulo 33 Un acuerdo de divorcio img
Capítulo 34 Refuse To Take It img
Capítulo 35 Un contrato inesperado img
Capítulo 36 Ven a la ceremonia de premiación img
Capítulo 37 : Miedo a él img
Capítulo 38 : Cuestión de orgullo img
Capítulo 39 No me importa img
Capítulo 40 Cuentas por saldar img
Capítulo 41 Más que suficiente img
Capítulo 42 El centro de atención img
Capítulo 43 : No tiene nada que ver conmigo img
Capítulo 44 : Cálculos equivocados img
Capítulo 45 La trampa está tendida img
Capítulo 46 Un rostro del pasado img
Capítulo 47 : ¿Cómo te atreves a meterte con ella img
Capítulo 48 : No somos familia img
Capítulo 49 : No vuelvas a decepcionarme img
Capítulo 50 ¿Te arrepientes img
Capítulo 51 : Juego de poder img
Capítulo 52 El Veredicto img
Capítulo 53 Que lo intente img
Capítulo 54 Nunca la había visto así img
Capítulo 55 Puedo darte otra img
Capítulo 56 La pareja perfecta img
Capítulo 57 Una envidia honesta img
Capítulo 58 : Eso era antes img
Capítulo 59 Marcas indelebles img
Capítulo 60 : La ofensa a una amiga img
Capítulo 61 Ese patán img
Capítulo 62 El hombre de al lado img
Capítulo 63 Noche de revelaciones img
Capítulo 64 La puerta cerrada img
Capítulo 65 Demasiado tarde img
Capítulo 66 Una alianza de conveniencia img
Capítulo 67 Juego de apariencias img
Capítulo 68 Un jarrón de tres millones img
Capítulo 69 La caída img
Capítulo 70 El deseo de recuperarla img
Capítulo 71 : Soy una persona rencorosa img
Capítulo 72 Subestimar al enemigo img
Capítulo 73 : Una lección de generosidad img
Capítulo 74 Palabras al viento img
Capítulo 75 Mi propósito es ganar dinero img
Capítulo 76 Palabras devueltas img
Capítulo 77 Confío en Vanessa img
Capítulo 78 Fragmentos de una mentira img
Capítulo 79 El veredicto img
Capítulo 80 Solo quieres mi fortuna img
Capítulo 81 : El perdón es asunto mío img
Capítulo 82 : Solo un extraño img
Capítulo 83 La pequeña actuación de Ashley img
Capítulo 84 : Ella no lo quiere img
Capítulo 85 Soy una persona de principios img
Capítulo 86 Entonces, esperemos a ver img
Capítulo 87 El arte de ser la víctima img
Capítulo 88 Jugada maestra img
Capítulo 89 : El límite es Vanessa img
Capítulo 90 Ojalá te hubieras casado con mi hermano img
Capítulo 91 Flores para mi diosa img
Capítulo 92 Ajuste de cuentas img
Capítulo 93 : Fui yo quien dejó a Killian img
Capítulo 94 Los mismos trucos de siempre img
Capítulo 95 Un encuentro inesperado img
Capítulo 96 : Ahora es tu turno img
Capítulo 97 : Te envidio img
Capítulo 98 Tal como lo dije img
Capítulo 99 : Puedo protegerme sola img
Capítulo 100 Un cuadro desolador img
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Capítulo 2 Qué tramas esta vez

Killian guardó silencio. La atmósfera en la oficina era tan opresiva que costaba respirar.

Después de un tenso silencio, Vanessa se encogió de hombros. "De acuerdo. No te molesto más", dijo, y añadió: "Nos vemos en el juzgado el lunes a las nueve". Luego, se acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja. "Felicidades, Killian. Ya eres libre. Por fin te deshiciste de mí, la mujer descarada".

Vanessa lo miró y esbozó una sonrisa llena de autodesprecio.

"¿Qué tramas esta vez?", preguntó Killian al fin, con su crueldad habitual.

"No te preocupes. Esta vez es en serio. Es tu única oportunidad para librarte de mí, así que más te vale no desperdiciarla".

Sintió que las lágrimas le nublaban la vista, pero no quería humillarse llorando frente a él. Se dio la vuelta y salió con la espalda recta y el paso firme.

Killian esperó a perderla de vista para tomar el acuerdo de divorcio que había preparado el abogado de Vanessa. El documento estipulaba que ella no se quedaría con ninguna de sus propiedades.

No le sorprendía que ella quisiera el divorcio. Después de todo, en los últimos tres años, él jamás la había tratado como su esposa. Sin embargo, jamás imaginó que se marcharía sin exigirle absolutamente nada.

Vanessa era una mujer codiciosa. Cuando la familia Bates le preguntó qué quería a cambio de salvar a su madre, tuvo la audacia de responder que quería casarse con él.

Lo que esa mujer no sabía era que él ya había protegido su patrimonio ante notario antes del matrimonio. Su plan siempre había sido deshacerse de ella en cuanto se hartara, sin tener que enfrentar una disputa por sus bienes.

Estaba convencido de que ella intentaba alguna nueva artimaña. Con una sonrisa burlona, arrojó el acuerdo a un lado, sin darle la menor importancia.

Cuando Vanessa salió del edificio, el llamativo deportivo de Nicole ya la esperaba.

Apenas se acercó, su amiga le abrió la puerta del copiloto. "¿Cómo te fue? ¿Lo firmó?", preguntó Nicole.

"No", respondió ella mientras subía al auto.

"Qué extraño. Louise ya regresó. ¿No debería estar él ansioso por divorciarse?".

Tras abrocharse el cinturón de seguridad, Vanessa le lanzó una mirada fulminante. "¿Estás diciendo eso a propósito, Nicole?".

Si no fuera por sus veinte años de amistad, ella ya la habría abofeteado por ese comentario.

Nicole se frotó la punta de la nariz, con aire culpable. "Bueno, es que nunca he visto a nadie tan emocionada por divorciarse. Solo quiero saber si de verdad terminaste con él o si es solo un berrinche".

"¡Cállate, Nicole!".

Sin ganas de seguir discutiendo con su amiga, Vanessa cerró los ojos para aislarse del mundo.

Media hora más tarde, el deportivo se detuvo. "Gracias", dijo ella mientras se desabrochaba el cinturón.

Bajó del auto y fue a la cajuela a buscar su maleta.

Desde el asiento del conductor, Nicole le lanzó dos besos al aire. "¡No te pongas a llorar a escondidas, Vane! ¡Te quiero mucho!".

Acto seguido, el deportivo rojo se alejó a toda velocidad.

Vanessa negó con la cabeza, pensando con una sonrisa resignada en lo incorregible que era su amiga.

El personal de limpieza ya había dejado la villa impecable. "Nica, abre la puerta", ordenó Vanessa. Al instante, la puerta de sándalo frente a ella se abrió y una voz robótica resonó desde el interior. "Bienvenida a casa, señora".

"Nica, enciende el aire acondicionado".

Subió la maleta al dormitorio principal del segundo piso. Después de desempacar, se sirvió un vaso de agua tibia y bebió la mitad.

Estaba perdida en sus pensamientos cuando las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. Al recordar las palabras de Nicole, no pudo evitar sentir una punzada de autodesprecio.

Ahora que estaba sola, ya no pudo contenerse y rompió a llorar sobre la mesa. Había amado a Killian durante diez años. Y al final, aparte de un matrimonio humillante y tortuoso de tres años, ¿qué había conseguido?

No estaba resignada, pero sabía que no había nada que pudiera hacer. Killian nunca la había amado, ni siquiera un poco.

Tras abandonar la residencia de los Bates, Vanessa pasó los dos días siguientes sumida en la tristeza. Dormía durante horas, pero el verdadero descanso la eludía; en su lugar, la asaltaban sueños extraños.

Soñó con el año en que cumplió quince. Ingenuamente, pensó que la anciana necesitaba ayuda, sin sospechar que para esa mujer no era más que una presa. Cuando aquellas personas intentaron arrastrarla hacia un auto, el terror la invadió. Pero ese tipo de tragedias ocurrían a menudo en aquel callejón angosto y oscuro.

Nadie vendría a salvarla; nadie se atrevería.

Justo cuando se daba por vencida y dejaba de luchar, un joven pateó a los secuestradores, la tomó de la mano y huyó con ella de aquel lugar.

No supo por cuánto tiempo corrieron; solo se detuvo cuando él lo hizo. Durante la frenética huida no pudo verle el rostro, y no fue hasta que se detuvieron que notó lo atractivo que era.

Sus ojos, negros como la tinta, eran profundamente cautivadores. Le bastó una sola mirada para quedar prendada de él.

Apenas a salvo, preguntó con una mezcla de esperanza y nerviosismo: "¿Cómo te llamas?".

"Killian Bates".

Su voz era tan fascinante como sus ojos. Fue la primera vez que ella sintió su corazón latir de esa manera. "Gracias por salvarme".

"Ya estás a salvo. Adiós". Él le soltó la mano y se dio la vuelta para marcharse.

Instintivamente, ella corrió para alcanzarlo. "Killian, ¿puedo...?".

Pero al instante siguiente, el joven se transformó en el hombre que era hoy y la miró con frialdad. "¿Qué tramas esta vez, Vanessa?".

Despertó de golpe. El despertador de la mesita de noche seguía sonando. Frunció el ceño y se tocó el rabillo de los ojos; estaban húmedos. "Nica, apaga el despertador".

En cuanto el despertador se silenció, la habitación volvió a quedar en calma. Tomó su teléfono y vio un mensaje de ánimo que Nicole le había enviado media hora antes.

Sí, era lunes. El día en que se suponía que iba a divorciarse de Killian.

            
            

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