Capítulo 1 ¡Señor Wallace, déjeme ir!

El amanecer casi llegaba a Bridta.

Sin embargo, el Club Sunrise aún brillaba intensamente con luces, su vibrante atmósfera intacta. Dentro de una sala VIP privada, la opulencia reinaba suprema, y Lena Yates estaba sentada en un sofá lujoso. Más de una vez había considerado hacer una salida discreta.

Después de una semana de espera, Lena se había resignado a la idea de que el equipo de filmación con el que había entrevistado había seguido adelante sin ella. Sin embargo, hace apenas una hora, su teléfono sonó, y el productor le dio una noticia inesperada. Al parecer, el codiciado puesto de asistente de dirección sería suyo, siempre y cuando pudiera asegurar un inversor.

"Lena... ¡Lena!" alguien llamó con urgencia, sacándola de su momentánea ensoñación y dándole un empujón en el brazo.

Se volvió para encontrar al productor gesticulando frenéticamente hacia ella. "¿En qué demonios estás soñando? ¡El Sr. Wallace te está haciendo una pregunta!"

Lena luchó por recomponerse, pero su mirada vacía delataba el hecho de que no había escuchado una palabra de lo que Josh Wallace había dicho.

Algo exasperado, Josh cuestionó: "¿Es así como se comportan típicamente tus subordinados, Sr. Higgins? Estoy empezando a replantearme mi inversión-"

"Por favor, Sr. Wallace. Usted es una persona de gran estatura, mientras que esta señorita todavía está aprendiendo. Por favor, perdónela," intercedió Timothy Higgins con una sonrisa conciliadora. Luego se volvió hacia Lena y añadió, "Lena, discúlpate con el Sr. Wallace."

Lena no pudo evitar echar un vistazo furtivo a la excesivamente brillante frente de Josh, y una oleada de repulsión la invadió. No obstante, reemplazó su expresión por una sonrisa acogedora. "Lamento mucho, Sr. Wallace. Por favor acepte mis disculpas sinceras. Usted es el estimado magnate empresarial de nuestra ciudad, y debo decir que me quedé un poco impresionada, lo que me hizo perder el hilo."

Se estremeció por dentro por el tono coquetón que había adoptado momentáneamente. Luego, tomó una copa de vino y reprimió su impulso de arcadas. "Permítame enmendarme con un trago. Sr. Wallace, por favor acepte mis disculpas."

Mientras el vino tinto deslizaba por su garganta, la incomodidad persistía como un intruso.

"No es suficiente." Timothy colocó una botella de vino en la mano de Lena y continuó, "Lena, ¿por qué no sirves una copa al Sr. Wallace? Ya que no ha traído compañía femenina esta noche, puedes hacerle compañía."

Al escuchar esto, Lena luchó por mantener su sonrisa.

Ya se había corrido la voz sobre la inflexible obsesión de Josh con Lena. A pesar de que Roderick Barton, el ex de Lena, la había protegido de los avances de Josh en el pasado, Josh se mantenía imperturbable.

Después de ser una cobarde durante tanto tiempo, Lena finalmente comenzaba a enfrentar la realidad.

Roderick la había dejado.

"Sr. Higgins, no me siento bien. Quizás deberías encontrar a otra persona para acompañar al Sr. Wallace," sugirió Lena, con un leve dolor en el corazón ante la repentina realización. Dejó la botella de vino y la copa en la mesa y alcanzó su bolso en el sofá.

Antes de venir aquí, no tenía idea de que el importante inversor que iba a conocer esta noche resultaba ser Josh. Y tampoco estaba al tanto de las intenciones que tenían para ella.

La mirada de Lena se desvió a un rincón sombrío de la sala, pero no tenía el lujo de detenerse en ello. De repente, el agarre de Timothy se apretó alrededor de su brazo, y preguntó, "Oye, ¿a dónde vas? ¿No quieres ser la asistente de dirección?"

"Yo..." "¡Sr. Higgins! No sea tan descortés con una dama tan hermosa," intervino Josh.

El brazo de Lena fue liberado del agarre de Timothy cuando Josh se insertó en la situación. Con intenciones lejos de ser nobles, insinuó, "Entonces, ¿aspiras a ser la asistente de dirección? Si es así, acompáñame esta noche, y yo invertiré en el proyecto de inmediato. Olvídate del puesto de asistente de dirección. ¿Quizás prefieras ser la protagonista? Ten la seguridad de que nadie se atreverá a oponerse a mi elección."

Lena esquivó hábilmente la mano de Josh, que se había aventurado hacia su cintura, y luchó por liberar su brazo de su agarre. "¡Sr. Wallace, déjeme ir!"

Su resistencia dejó a Josh algo humillado.

"Lena, sería prudente que cooperaras mientras todavía soy generoso," advirtió en un tono bajo y amenazante. "Ya que estás aquí, bien podrías cumplir todas mis expectativas. ¿De verdad crees que Roderick todavía te ama?"