Capítulo 6 Grandes noticias

En la pantalla de Melanie apareció una dirección, seguida de un breve mensaje de Greyson: "Múdate a esta villa".

La orden la dejó atónita.

¿Acaso Greyson planeaba tenerla como su amante secreta, un objeto que podía usar a su antojo?

El pavor se le anudó en el estómago.

En su situación, resistirse era imposible.

Sintió una punzada de arrepentimiento: acercarse a Greyson había parecido un simple intercambio, pero ahora se daba cuenta de que todo estaba fuera de su control. Su única esperanza de escapar dependía por completo de que él estuviera dispuesto a soltarla.

¿Qué opción tenía ahora?

Su teléfono vibró de nuevo y la sacó de sus cavilaciones.

En la pantalla apareció un número internacional desconocido.

Melanie se quedó inmóvil, con el corazón desbocado.

Tenía que ser Colby Hewitt.

Llevaban tres años de relación hasta que, la semana anterior, lo descubrió en una videollamada, sin el menor pudor, con otra mujer.

¿Cómo se atrevía a llamarla ahora?

Furiosa, Melanie colgó. Sin embargo, él volvió a llamar de inmediato, con insistencia.

Al borde de la frustración, finalmente contestó.

Al otro lado de la línea, el tono de Colby era suave y suplicante. "Melanie, por favor, solo escúchame. Te juro que no fue nada, solo el ensayo de una obra. Lo entendiste todo mal".

"¿Un ensayo? ¿Ambos desnudos? Colby Hewitt, ¿me crees tonta o ciega? No vuelvas a llamar a este número".

Colgó y, sin dudarlo, lo bloqueó.

Mientras tanto, al otro lado del océano, en un desordenado apartamento de soltero, los amigos de Colby estallaron en risas al escuchar el tono inconfundible de la llamada cortada.

"¿No presumías de tenerla en la palma de tu mano? Suena bastante furiosa, amigo. Llevas una semana intentándolo y todavía no logras que vuelva contigo. Mejor ten cuidado o alguien más te la va a quitar".

Otro intervino, agitando una cerveza: "Solo estamos desahogándonos en esta fiesta. Tu chica es demasiado estirada para este ambiente. Colby, dijiste que la traerías para que todos nos divirtiéramos con ella. No te eches para atrás ahora".

La expresión de Colby se agrió ante las burlas y perdió su compostura habitual.

"Tranquilos. Cuando vuelva a la ciudad, me encargaré de eso".

...

Cuando por fin se recompuso, Melanie entreabrió la puerta y se sobresaltó al encontrar al mayordomo esperándola justo afuera.

La mirada del hombre se posó en ella un instante más de lo normal antes de hacer una respetuosa inclinación.

"Por aquí, señorita Dale".

La luz del día inundaba el pasillo y Melanie se estremeció ante la idea de cruzarse con otros miembros de la familia Blake. Caminó en silencio detrás de él.

Atravesaron el impecable jardín y salieron por la puerta trasera, a solo unos pasos de la Villa Esmeralda.

Melanie se volvió hacia el mayordomo, le agradeció educadamente y se obligó a caminar con paso firme.

Aun así, sentía la mirada fija en su espalda, lo que la hizo sentir incómoda.

Detrás de ella, varias preguntas giraban en la mente del mayordomo. ¿Colby Hewitt? ¿No era ese el nombre que usaba el hijo de Rhys?

John recordaba que, antes de que Colby se fuera al extranjero, se le había prohibido usar el apellido Blake para evitar que un escándalo manchara la reputación de la familia. Por esa razón, el joven había adoptado el apellido de su madre. Pero ¿qué asunto podría tener con la hija de Lorna? ¿Sería posible que Melanie estuviera hablando con otro hombre que también se llamara Colby Hewitt?

Melanie no tenía idea de lo que rondaba por la mente del mayordomo.

En lugar de regresar directamente a la Villa Esmeralda, se alejó de la propiedad de los Blake, compró algunos artículos de primera necesidad en el pueblo y solo entonces volvió a casa.

En cuanto entró, encontró a Lorna esperándola en el sofá, con los ojos enrojecidos por el desvelo.

"Melanie, ¿dónde pasaste la noche? ¿Y esa ropa? ¡No es la misma con la que saliste!".

Dejando las bolsas, Melanie se apresuró a explicar: "Mamá, no te preocupes tanto. Pasé por nuestro antiguo apartamento a buscar unas cosas, pero me llamaron de la oficina para hacer horas extra. Apenas pude dormir, y me cambié porque esta mañana tenía una reunión con un cliente".

Lorna, que nunca se había acostumbrado a la vida de la ciudad y solía mantenerse al margen cuando estaba con Leland, le creyó sin dudar.

"Me tenías muy preocupada. Eres todo lo que me queda, así que, por favor, cuídate".

Melanie asintió para tranquilizarla, recordando en silencio el acuerdo que había hecho con Greyson.

"Mamá, el trabajo se ha puesto más intenso. La empresa ofrece un bono por horas extra, y quiero aprovechar para ahorrar. Así que es probable que pase mucho tiempo en la oficina. Si necesitas algo, solo llámame. No te desveles por mí".

"¿Pero no se supone que la familia Blake nos ayudaría con esas deudas?". La ansiedad de Lorna regresó con fuerza.

Guiándola con suavidad, Melanie la hizo sentarse en el sofá.

"Yo me encargaré de arreglar las cosas con la familia Blake. Tú solo preocúpate por tu salud. Con Greyson respaldándote, nadie se atreverá a molestarte. No estoy trabajando solo para saldar nuestras deudas; quiero construir un futuro para nosotras, especialmente cuando llegue el bebé. Tener un colchón de seguridad es lo que de verdad importa".

...

Una vez que Lorna se tranquilizó, Melanie se quedó pensativa. Decidió pasar por la oficina antes de ocuparse de cualquier otra cosa.

La mudanza al nuevo lugar tendría que esperar hasta que pudiera hablar cara a cara con Greyson.

Pero en cuanto entró al edificio, Stella Graham, una de sus compañeras de trabajo, la tomó del brazo.

"Melanie, ¡no lo vas a creer! ¡Hay grandes noticias! ¡Un gigante corporativo acaba de comprar la empresa!".