Marc no preguntó cómo me había ido en los últimos cinco años, por qué salí de la cárcel antes de tiempo, ni por qué lucía tan desaliñada.
Simplemente me preguntó, con severidad y frialdad: "¿Qué planeas hacerle a Leanna ahora que has salido antes de tiempo?".
Asumió directamente que había regresado por venganza.
Leanna apareció detrás de él con una expresión lastimera. Temblaba ligeramente, mostrando su miedo perfectamente. "Marc, tengo miedo. Sus ojos son aterradores".
¡Qué espectáculo!
Los invitados a nuestro alrededor comenzaron a señalarme y a murmurar.
"¿Ella es Valerie? Escuché que fue a prisión por fraude corporativo. Realmente es una vergüenza para la familia Wheeler".
"Mírala. Parece que ha pasado por un calvario. ¡Qué mala suerte habérnosla encontrado aquí!".
Antes de que yo pudiera hablar, una figura salió corriendo y se colocó frente a Marc y Leanna.
Era Ian.
Extendió los brazos y protegió a Leanna como si fuera una joya preciosa. Luego me miró con una mezcla de ira y desdén.
"No te atrevas a hacerle daño a mi hermana", me dijo.
Luego se volvió hacia hacia la mujer detrás de él y, con un tono lleno de dependencia, le dijo: "No tengas miedo, Leanna. Yo te protegeré".
Así que él veía a esa mujer como su hermana.
Sentí como si mi corazón estuviera siendo atravesado, y el dolor era tan intenso que apenas podía respirar.
Además, lo vi sacar una pequeña caja de música desgastada de su bolsillo, la cual luego agarró con fuerza.
Antes de ir a prisión, había ahorrado y buscado durante medio mes en toda la ciudad para encontrarle esa caja de música.
Me dijo que le gustaba y que solo su música lo ayudaba a dormir en paz.
Pero en ese momento, usaba la preciada caja de música para proteger a mi enemiga.
Era una cruel ironía.
Recordé cuando era un niño, lo sostenía y le prometía una y otra vez al oído: "Ian, no tengas miedo. Yo siempre estaré a tu lado para cuidarte".
Esas palabras resonaban en mis oídos, pero él había cambiado.
Frente al asedio de esa "familia perfecta" y las acusaciones de la multitud, no perdí el control como en mi vida anterior.
Mi voz no era fuerte, pero lo suficientemente clara como para llegar a cada rincón del salón. Le dije: "Marc Wheeler. He venido para exigir una reunión de emergencia de los accionistas para resolver mis bienes cuando estábamos casados".
El silencio cayó sobre el salón y todos me miraron como si estuviera loca.
Marc estaba atónito, y la incredulidad se reflejaba en su rostro.
"¡Tonterías!". Una voz femenina y autoritaria resonó. Era Emily Wheeler, la madre de Marc.
Se acercó rápidamente y me miró con disgusto y desprecio. "Valerie, ¿sabes de qué estás hablando? ¿Acaso sabes qué se celebra hoy? No has traído más que deshonra a la familia Wheeler".
Se adelantó apresuradamente e intentó usar la reputación de la familia y la conexión pasada para presionarme y controlar la situación. "Has estado en la cárcel por cinco años. Marc ha estado muy preocupado por ti todo este tiempo. Ahora que finalmente has salido, no vengas a hacer escándalos".
¿Estaba haciendo escándalos?
Me reí hasta que casi me pongo a llorar.
Recordé cómo habían desestimado mis luchas como simples berrinches en mi vida pasada, cuando me llevaron al límite.
En ese momento, me volví aún más firme. Miré al hombre frente a mí y declaré públicamente, palabra por palabra: "He venido hoy para hablar solo de dinero, no de amor".