/0/5353/coverbig.jpg?v=c23ab01ec02741cb6d722c31d94660e1)
Me recuesto del marco de la puerta, observando a la mujer vestida de negro. Paseando sus finos dedos por las teclas del piano, su pelo cae en cascadas sobre su espalda y luce tan calmada como si no estuviera aquí, si no al lugar donde las notas la llevan.
Me acerco despacio y me siento a su lado, medio voltea y sonríe al notar mi presencia. Tan hermosa que me atrevería a jurar que no hay mujer con una belleza tan exquisita como la suya. Puedes perderte en su iris sin saber que te está llevando al lugar más oscuro que hallas presenciado y una ves que entras jamás podrás salir.
Termina de tocar las últimas notas y se vuelve hacia mi con una hermosa sonrisa en su rostro.-hermano te he extrañado-. Tomo su cara entre mis manos y la beso en la coronilla. Me aparto y la dejo que acomode su cabeza en mi hombro derecho mientras le acaricio dulcemente su cabellera.-También te he extrañado 'Moya malen'kaya koroleva-.
•My pequeña Reyna•
-Como estás? Cómo va todo!.- Pregunta apartándose un poco para mirarme a los ojos. -Todo está bien- le digo dándole una sonrisa de boca cerrada. -eso es bueno-. Dice levantándose y encaminándose hacia el hall.
La sigo y en cuanto cruzo el umbral observo venir directo hacia nosotros a la mujer de unos 60 años. Con una amplia sonrisa dibujada en su rostro. Su pelo blanco cortado hasta sus hombros y unas cuantas arrugas adornan su cara. Luce un vestido Blanco con algunas rayas negras. Hacia tiempo no la veía y luce bastante cansada. Se apresura hacia mi pasando sus brazos por mi cintura y abrazándome. -mi niño cuanto te he extraño-. Besó su cabecera sonriéndole y pasó mi pulgar por su cara limpiando la lágrima que se habían derramo por sus mejillas.
También las he echado de menos, se aparta tomando mis manos entre las suyas. -Vamos te daré tu postre favorito-.
La sigo atravesando el enorme salón de un color blanco marfil. La decoración de dorado, blanco y negro le da un tono delicado conjunto a los sillones del mismo color. Una gran lámpara de cristal en color oro con diamantes cuelga en medio, Ligeras cortinas negras cubren los ventanales que dan vista al jardín y una escalera en forma de L reposa del lado derecho.
Llegamos a la cocina y me posiciono en el comedor. Sonrió al ver lo que saca del horno y pone encima de la mesa, Toma un cuchillo y corta una porción que pone frente a mi "Pastel de chocolate" mi favorito, como un niño ansioso por comer su golosina preferida tomo la cuchara llevando un trozo a mi boca. Y no puedo evitar cerrar los ojos deleitándome con el sabor y continuo comiéndolo como si mi vida dependiera de ello.
Cuando estoy por terminar con el último trozo de pastel, Ella entra a la cocina y se sienta a mi lado. Frunce el entrecejo cuando ve lo que estoy comiendo y...
-Nana te dije que no le dieras de mi pastel-. Dice con indignación entrecerrando los ojos hacia mi.
No puedo evitar soltar una carcajada y nana rosse ríe conmigo- No es gracioso-. Se queja cruzándose de brazos cual niña haciendo una rabieta.
-Vamos si solo me dio un pequeño trozo- digo atrayéndola hacia mi y abrazándola. Pensé que me amabas y compartías con tu querido hermano.
-Eso que tiene que ver conque le haigas dado mi pastel-. Habla dirigiéndose a mi nana. Ignorándome cómo si no estuviera aquí.
Sonrió al verla haciendo rabietas en verdad la extrañaba. Y me tranquiliza el saber que pronto la tendré a mi lado nuevamente.
-Cariño sólo le di un poco-. Habla nana sonriéndole. Te haré otro solo para ti y mucho más grande.
Ella sonríe mostrando su perfecta y blanca dentadura.