Mi Amor: No lo Mereces
img img Mi Amor: No lo Mereces img Capítulo 1 Renacimiento y divorcio
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Capítulo 8 Rachel es la dueña de la villa img
Capítulo 9 Secuestrada por intrusos img
Capítulo 10 Cambiar de parejas es divertido img
Capítulo 11 Te vas a arrepentir de esto img
Capítulo 12 Justicia para el señor Guzman img
Capítulo 13 Arrodíllate y pide perdón img
Capítulo 14 Casi sin servidumbre img
Capítulo 15 De rica a endeudada img
Capítulo 16 La caída del Grupo Bennet img
Capítulo 17 Una deuda de 9,99 millones de dólares img
Capítulo 18 La última salida img
Capítulo 19 La provocación de Alice img
Capítulo 20 Lo que no te pertenece jamás podrá ser tuyo img
Capítulo 21 Proteger a la familia Bennet y al Grupo Bennet img
Capítulo 22 Emboscada en el estacionamiento subterráneo img
Capítulo 23 Un trato para comprar el Grupo Bennet img
Capítulo 24 ¿Cómo podría haberme casado contigo si no hubiese sido una puta img
Capítulo 25 La condición de Victor img
Capítulo 26 El extraño director de proyectos img
Capítulo 27 King of Hearts img
Capítulo 28 El lacayo de Shelia img
Capítulo 29 Nunca he dudado de ti img
Capítulo 30 ¿Por qué no puedes confiar en mí por una vez img
Capítulo 31 La verdad img
Capítulo 32 Cumple lo prometido img
Capítulo 33 La entrevista img
Capítulo 34 La máxima puntuación img
Capítulo 35 Solo fue cuestión de suerte img
Capítulo 36 Pagarás el precio img
Capítulo 37 La elección es mía img
Capítulo 38 El archivo y la intimidación img
Capítulo 39 Vergüenza y preocupación img
Capítulo 40 Abby estaba siendo obligada a arrodillarse y disculparse img
Capítulo 41 Si siempre das pasos atrás, estarás al borde del abismo img
Capítulo 42 Rachel contraataca img
Capítulo 43 Una disculpa img
Capítulo 44 El pequeño secreto de Alice fue expuesto img
Capítulo 45 No eres más que una puta img
Capítulo 46 No finjas ser una mujer inocente y recatada img
Capítulo 47 ¿Estás embarazada img
Capítulo 48 Rachel estaba enferma img
Capítulo 49 Cuatro semanas de embarazo img
Capítulo 50 La hospitalidad de Rachel img
Capítulo 51 La vi hoy img
Capítulo 52 El bebé se queda img
Capítulo 53 Quiero quedarme con el bebé img
Capítulo 54 Ivy fue despedida img
Capítulo 55 Un examen físico con dos meses de anticipación img
Capítulo 56 El viaje y la fiesta de cumpleaños img
Capítulo 57 ¿Quiénes más estarán en la fiesta img
Capítulo 58 Quieres que lo seduzca, ¿no es así img
Capítulo 59 Soy la exesposa de Victor img
Capítulo 60 El hombre que quería ser el nuevo acompañante de Rachel img
Capítulo 61 Bailar con él img
Capítulo 62 Pruébame y verás si me atrevo o no img
Capítulo 63 Comportamiento infantil img
Capítulo 64 El plan de Caroline img
Capítulo 65 Defender a Abby img
Capítulo 66 Mi papá quiere verme img
Capítulo 67 Traficantes en la habitación 1206 img
Capítulo 68 Arteria femoral img
Capítulo 69 Está embarazada img
Capítulo 70 ¿Cómo te atreves img
Capítulo 71 Que se vaya al mismo lugar a donde se fue su bebé img
Capítulo 72 Confinamiento en el hospital img
Capítulo 73 De vuelta al Jardín Sue img
Capítulo 74 Gracias a ti, pequeño bebé img
Capítulo 75 Victor había decidido quedarse con el bebé img
Capítulo 76 No puedes irte si no comes img
Capítulo 77 El contrato img
Capítulo 78 Firma del acuerdo, pero con tres condiciones img
Capítulo 79 Solo estoy aquí para el espectáculo img
Capítulo 80 La zorra que sedujo al esposo de otra img
Capítulo 81 Cuando llegó la esposa legal img
Capítulo 82 Victor, deberías agradecerme img
Capítulo 83 La reputación de Alice se arruinó img
Capítulo 84 No somos un blanco fácil img
Capítulo 85 La visita de Jack img
Capítulo 86 La deuda img
Capítulo 87 Arrodillarse ante la tumba para disculparse img
Capítulo 88 El insulto de la criada img
Capítulo 89 La madre del sucesor del Grupo Sullivan img
Capítulo 90 Lukas dejó Jardín Sue img
Capítulo 91 Atrapada comiendo en secreto img
Capítulo 92 La amenaza de Victor img
Capítulo 93 El regreso de Roger img
Capítulo 94 El secreto de Clara img
Capítulo 95 Roger amaba a Rachel img
Capítulo 96 Una mujer embarazada no debería enfermarse img
Capítulo 97 Los hermanos Jimenez img
Capítulo 98 Un hombre impasible que busca a alguien bajo la lluvia img
Capítulo 99 La calumnia de Olivia img
Capítulo 100 Robo en Jardín Sue img
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Mi Amor: No lo Mereces

MON
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Capítulo 1 Renacimiento y divorcio

"Rachel, me das asco. ¡Vete al infierno ahora!".

En la cama tamaño king, el rostro del hombre era una máscara de furia absoluta, y sus ojos negros estaban ardiendo de odio puro. Las venas sobresalían en su frente y sus brazos mientras seguía retorciendo el esbelto cuello de la mujer.

Esta última aún estaba medio dormida, pero podía sentir que algo andaba mal, dado que, ¡no podía respirar!

En ese momento, Rachel Bennet abrió los ojos de par en par, todavía algo atontada por el sueño. Entonces, sintió un par de manos en su cuello, las cuales la estaban asfixiando. Debido a ello, se sintió confundida y consumida por el miedo y el pánico.

Una vez que sus pulmones comenzaron a implorarle aire, su instinto de supervivencia se activó. De inmediato, se llevó las manos a la garganta, tratando de defenderse de su atacante.

Sin embargo, el hombre no se apartó ni un centímetro. En lugar de eso, él apretó el agarre en su cuello, haciendo que la cara de la mujer se pusiera de un rojo intenso, y su visión se nublara.

¡Bam!

De repente, la puerta se abrió de par en par y el mayordomo entró corriendo. Su rostro palideció ante la escena que se estaba desarrollando frente a él, pero no perdió un segundo. Se apresuró a acercarse a la cama y agarró el brazo del hombre, gritando: "¡Señor Sullivan! ¡Señor Sullivan! ¡Por favor, suéltela ahora! ¡La está matando!".

"¡Ella merece morir!", exclamó el hombre, quien tenía una mirada desquiciada en sus ojos y apretaba los dientes con odio.

El mayordomo sabía muy bien que él no era capaz de detener al hombre físicamente, así que se arrodilló junto a la cama y comenzó a rogar por la vida de Rachel. "Señor Sullivan, ¡por favor! Si realmente la mata, su abuela se revolcará en su tumba. ¡Ella no podrá descansar nunca en paz!".

¿Abuela?

Al escuchar las palabras del mayordomo, Victor Sullivan finalmente aflojó un poco su agarre.

Así, Rachel aprovechó la oportunidad para escapar de sus manos, y se alejó arrastrándose rápidamente. Su espalda golpeó con fuerza contra la cabecera y se quedó allí acurrucada, mirando a Victor con los ojos muy abiertos y temerosos.

El mayordomo tomó el cambio de actitud del hombre como una señal para seguir persuadiéndolo, así que le dijo: "Señor Sullivan, ¡debe tener paciencia! Hoy su divorcio finalmente se hará oficial, ¡por lo que nunca tendrá que volver a verla! Pero por ahora, perdone su vida por el bien de su madre, ya que fue ella quien salvó a su abuela en una oportunidad, ¿lo recuerda? ¡Por favor, debe tranquilizarse!".

Victor pareció ver la razón que tenían las palabras de su mayordomo, pues de inmediato se levantó de la cama y se puso el pijama en silencio. Apenas terminó de hacerlo, se dio la vuelta y habló, con una voz tan fría como el hielo.

"Le diré a Ivan que traiga los papeles del divorcio hasta aquí. Fírmalos, y después de eso, lárgate. No quiero volver a ver tu cara nunca más en mi vida".

Así, con una última mirada llena de odio, salió de la habitación, seguido por el mayordomo.

Al instante, la puerta se cerró de golpe detrás de él, y el sonido lastimó los oídos de Rachel. Ella se cubrió con las sábanas, todavía en completo estado de impacto. Su rostro se encontraba mortalmente pálido, y su corazón latía con mucha fuerza en su pecho.

Entonces, bajó la cabeza y miró su cuerpo. De esa manera, se dio cuenta de que estaba completamente desnuda y moretones oscuros estropeaban su piel, la cual solía ser impecable.

La adrenalina que corría por sus venas había logrado mitigar el dolor hasta ese momento, pero cuando ya lo peor había pasado, Rachel sintió que le dolía todo el cuerpo. Tenía heridas por todas partes.

Ella no pudo encontrar ninguna ropa de mujer en el armario. Este contenía tan solo camisas de hombre y trajes negros.

Sin pensarlo más, ella tomó una camisa, junto con un par de pantalones de traje y se los puso. Los pantalones eran, en realidad, ridículamente grandes para ella, y se arrastraban por el piso.

Además de todo el malestar que ya tenía, podía sentir que se avecinaba un terrible dolor de cabeza. Luego, gimiendo, caminó hacia el sofá y se sentó. Una vez allí, inclinó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos. De inmediato, recuerdos que no le pertenecían comenzaron a inundar sus sentidos.

Unos segundos después, abrió los ojos de nuevo. Aquellos recuerdos le pertenecían a la antigua dueña de ese cuerpo, la mujer llamada Rachel. Después de ordenar las cosas en su mente, en completo silencio, finalmente llegó a dos conclusiones.

La primera era que había renacido, de Shelia Davis a Rachel Bennet.

Y la segunda fue quien había habitado ese cuerpo antes de ella era una chica cobarde que estaba locamente enamorada de Victor. Su madre se había enfermado y muerto algún tiempo atrás, y su padre no era más que un patético imbécil.

De repente, se escuchó un golpe en la puerta.

El sonido logró sacar a Rachel de su ensimismamiento. Entonces, una voz fría resonó del otro lado de la puerta. "¿Puedo pasar?", preguntó él.

Rápidamente, ella se subió la parte inferior de los pantalones y se apresuró a abrir la puerta. Allí se encontraba un hombre alto con una expresión indiferente, sosteniendo una pila de papeles en la mano.

'Ivan'. Rachel buscó en sus recuerdos lo más rápido que pudo y recuperó el nombre del hombre.

Con rostro totalmente inexpresivo, Ivan Chavez le entregó los documentos y un bolígrafo, al tiempo que le decía: "El señor Sullivan me pidió que me quede con usted hasta que se vaya, lo cual debe ser tan pronto como firme los papeles del divorcio".

Tras ello, la mujer miró los documentos y recordó lo que el mayordomo había dicho antes. Ese día era el segundo aniversario de boda de Victor y Rachel, pero también sería el final de su matrimonio.

¿De verdad se había preparado el acuerdo de divorcio en menos de una hora? Se podía notar que Victor realmente debía de odiar a Rachel.

Al instante, ella tomó el acuerdo y comenzó a pasar las páginas, firmando "Rachel Bennet", de manera decidida, donde era necesario. Así, terminó en menos de treinta segundos.

"Ya está listo", dijo ella, mientras le devolvía los papeles al hombre y hacía clic con el bolígrafo.

Ante eso, Ivan la miró completamente asombrado, con las cejas levantadas. La verdad era que él no esperaba que fuera tan fácil. Cuando Victor le pidió que le llevara el acuerdo, le había dicho que Rachel no quería firmarlo, por lo que quizás él podría tener que usar la fuerza.

"¿Acaso no quiere leerlo primero?", cuestionó el hombre, todavía sin estirar la mano para tomar los papeles.

Al escucharlo, Rachel levantó las cejas y respondió rotundamente: "No".

"¿Realmente no tiene curiosidad acerca de lo que está sacando de este divorcio?", preguntó él, con el ceño fruncido, luciendo cada vez más confundido.

Debido a esas palabras, la mujer levantó las cejas mientras se subía los pantalones. Luego, le dedicó una sonrisa a Ivan. "En realidad, no hay necesidad de leerlo. Sé muy bien que tan solo hay dos resultados posibles. Uno es que me encuentro sumergida en un montón de deudas y quebraré pronto, y el otro es que tengo que dejar este matrimonio sin un solo centavo. Estoy bastante segura de que Victor reunió a un equipo de abogados excepcionales para trabajar en la mejor opción para él", declaró ella.

Al escuchar eso, los ojos de Ivan se oscurecieron. De inmediato, tomó los papeles del divorcio y dijo: "Lo único que el señor Sullivan quiere es que usted se vaya sin obtener ninguno de sus activos".

"Bueno, asegúrate bien de darle las gracias en mi nombre", replicó ella, pues realmente le importaba una mierda. Era la antigua ocupante de ese cuerpo quien amaba a Victor, no ella. A ella ni siquiera le importaba si ese hombre vivía o moría.

Lo cierto era que no quería a un hombre violento como él por esposo. Un hombre que sería capaz de estrangular a su propia esposa hasta la muerte. En ese momento, ella tenía otra oportunidad de vivir y su única intención era aprovecharla al máximo.

Tras escuchar esas últimas palabras, los ojos de Ivan se posaron en el cuello de Rachel.

"¿Quiere que llame a un médico para usted?", indagó él.

La mujer estuvo perdida por un momento con esa pregunta. Luego, recordó los moretones que tenía alrededor de su cuello y levantó la mano para tocarlos. De esa manera, la sensación de asfixia volvió a ella y tuvo que sacudir la cabeza para deshacerse de eso.

"No, no, gracias. Estoy perfectamente bien. No es nada tan grave", respondió ella, encogiéndose de hombros.

"Entonces, por favor, vaya a empacar sus cosas", indicó el hombre, y su tono volvió a la normalidad: frío y serio.

Al instante, ella asintió y salió de la habitación de Victor descalza, todavía subiéndose los pantalones. Pero tenía un largo camino por recorrer para llegar a su propio dormitorio. Victor odiaba tanto a Rachel que ni siquiera quería tropezarse con ella en el pasillo en ningún momento, así que su habitación estaba al otro lado de la enorme casa.

Debido a ello, le tomó minutos llegar al lugar.

Su dormitorio había sido originalmente un trastero, pero poco después de la boda, Rachel se mudó allí. Al llegar, empujó la puerta para abrirla y caminó ágilmente a través de la estrecha entrada.

La habitación era realmente bastante pequeña. Todo lo que contenía era una cama y un tocador, los muebles estaban tan juntos que casi no había espacio para caminar.

La verdad era que ella no tenía mucho que empacar. A excepción de sus cosméticos esparcidos por todo el tocador y algunas prendas, no tenía mucho más. Rápidamente, la mujer se cambió de ropa y metió el resto de sus cosas en una maleta.

"Está bien, ya tengo todo empacado. Me voy ahora mismo. ¡Espero no tener que volver a verte, Ivan! ¡Adiós!", sentenció Rachel con una voz totalmente fría y despreocupada, mientras arrastraba su maleta por el pasillo.

"Rachel, ¿adónde crees que vas?". De repente, las puertas del ascensor se abrieron, revelando a una mujer que estaba vestida con un traje de negocios. Sus tacones altos resonaron en el piso de mármol. El sonido era bastante nítido y seco, coincidiendo perfectamente con su aguda voz.

            
            

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