Capítulo 30 Suíte y un champán

- ¡No es el padre de control, eres tú el que es un mal jugador! - Él

se rió, su risa se apoderó de todo el interior de la habitación. Papá.

Rápidamente lo miré con una sonrisa de satisfacción en mis labios. papa y

hijo, eso éramos, un lazo eterno que duraría para siempre.

CAPITULO 34 - OLIVER

Sábado. Por fn había llegado el gran día.

            
            

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