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Narra Martín
Después de haber visto de nuevo a Lisa, me removieron muchas cosas no pude dormir en toda la noche pensando en ella, no puedo creer que después de lo que me hizo tenga el cinismo de internar besarme.
(***)
Al escuchar que el papá de Lisa le dijo que su ex quería volver con ella, sentí rabia por dentro después del daño que le hizo, todavía tiene el cinismo de querer estar con ella, si como no, ¿Pero que me pasa? No me importa lo que pase con ella, si vuelve o no con su ex.
Al terminar de desayunar mi hermana y yo nos fuimos a nuestras recámaras, estaba acostado en la cama pensando en ella.
«Ya basta Martín, deja de pensar en ella» me regaño.
Al salir de mi habitación ví a mi hermana escondida en las escaleras, al verme se puso nerviosa y en cuanto escuchamos a los Santibáñez me di cuenta del porque estaba así.
-Pulga...
Michelle me mira con sus ojitos humedecidos.
-No puedo con esto Martín - me dice con su voz entre cortada.
-Tranquila hermanita. Vamos a bajar como si ellos no existieran- Mich asiente.
Bajamos como si nada, ignorándolos por completo, sentí la mirada de Lisa Fernanda pero ni la voltee a verla. Mi hermana y yo tomamos las llaves y nos salimos de la casa.
-Cuídate pulga -nos despedimos con un beso en la mejilla.
Al subir a mi carro, lo encendí y arranque a la dirección de Valentina. Al llegar a su departamento toque el timbre, escuché unos pasos que se acercaban a la puerta, en cuanto abrió pase, la tomé con fuerza, la puse contra la pared y la bese bruscamente.
Al separarnos ví la imagen de Lisa me sonreía tiernamente como antes lo hacía, acaricié suavemente su mejilla y la bese con ansias, la tomé de la cintura y camine hacia el sillón, la acosté en el, seguía besando sus suaves labios que tanto me encantan desde el primer día que la mire.
«Te amor mi Lisa, nunca he podido dejar de amarte» acaricie delicadamente su pierna.
Al abrir mis ojos para encontrarme con sus ojos azules, descubrí que solo era mi imaginación que con quién realmente estoy es con Valentina.
-Me fascinas -me dice con su voz agitada.
Nos quedamos mirando por un momento, me toma por la nuca y me besa con pasión.
-Hazme tuya, te deseo -me dijo mientras nos besamos.
Valentina, pone sus manos sobre mi playera, la quita rápidamente, baja hasta mi cinturón que lo desabrocha como si no hubiera un mañana y libera el botón del pantalón.
Me incline hacía ella, la bese con pasión, sus manos recorren mi torso desnudó, por alguna razón mi cuerpo no reacciona, comienzo a repartir besos por toda su mandíbula, abro mis ojos y me encuentro con el hermoso rostro de Lisa, acarició suavemente su cara, me inclino para besarla con mucha necesidad.
-Martín, mi Martín -escucho su dulce voz que se ha convertido en una muy sensual, trato de concentrarme mientras beso su cuello.
Nos sonreíamos.
De pronto salgo de mis pensamientos y me vuelvo a encontrar con el rostro de Valentina. «¡Carajo¡» exclamé en mis pensamientos. Valentina me besa con mucha pasión y le correspondo de la misma manera, quiero olvidar a Lisa Fernanda Santibáñez Castillo para siempre, quiero enamorarme de Valentina, tengo que lograrlo. Lisa me lastimo de la peor manera.
Pero por más que quería que mi cuerpo reaccionara, no podía. «¡Maldición! Que demonios me pasa» me separé de Valentina, al ver mi rostro me miró con el ceño fruncido.
-¿Estás bien?- interrogó confundida.
-Si.
Me puse la playera, le di un beso y trate de convencerla que todo estaba bien. Confirmé que pasaría por ella a las ocho, me despedí y salí de su departamento.
(***)
Llegué a la casa, y a la primera persona que veo es a ella, nos quedamos visualizando fijamente, me mira con mucha tristeza, sonrió con ironía al ver la forma en la que me está viendo, pongo los ojos en blanco y le pasó por un lado.
Llegó a mi recámara, me siento fatal con Valentina, no merecía que estuviera pensando en otra mientras estaba con ella.
Horas más tarde bajo, veo a Lisa sola en la sala con su celular, al cruzar nuestras miradas no puedo evitar verla con frialdad, la odio pero al mismo tiempo la amo, ¿Por qué me hizo eso? ¿Por qué me lastimó de esa manera? Si ella era todo para mí. Ya no importa, ahora estoy con Valentina y en ella debo de pensar, «voy a sacarte de mi mente y de mi corazón Lisa Fernanda» veo que se levanta del sillón, pasa por mi lado ignorándome, toma una silla del comedor y se sienta.
En eso baja Héctor nos visualizamos, le dedico una mirada de odio por el daño que le hizo a mi hermana, luego de que el imbécil de Héctor se sienta a lado de su hermana, veo bajar a mi hermano y a mí cuñada con las niñas, me acomodo en mi lugar, Manuel me dedica una mirada seria por la forma en la que veo a los hermanos Santibáñez.
-Lisa, ¿Al rato podemos ir a jugar?- le pregunta Ximena.
-Claro que si hermosa.
Las niñas se ponen felices.
Kenia y Nancy nos trajeron la comida, estuvimos comiendo en total silencio hasta que le sonó el celular a Lisa Fernanda.
-Disculpen es Rebeca -se levanta y se va al jardín, luego de unos minutos regresa y se sienta.
-¿Qué pasó? ¿Todo bien?- la cuestiona Héctor.
-Si, solo para decirme que ya me compró el vestido para el evento del sábado -le responde.
-¿Tienes foto?- preguntaron las niñas.
-Si -toma su móvil, busca la foto y se las enseña.
Mis sobrinitas ponen cara de emoción.
-Te vas a ver preciosa con el -dicen mis sobrinas con una sonrisa.
-Muchas gracias preciosas -le dedica una tierna sonrisa.
-¿Podemos ir a la fiesta?- inquiere Aimé.
Lisa voltea a ver a Sonia con una sonrisa nerviosa.
-Mis niñas, a esa fiesta no pueden ir niños, nosotros tampoco iremos, pero iremos a pasear al centro comercial -le dice mi cuñada.
Terminamos de almorzar, me levanto y me voy para mí recámara, ya no quiero estar un minuto más aquí, llegó a mi habitación, me acuesto boca arriba. Cierro los ojos por un momento y se me vienen imágenes de Lisa en mi cama, acariciando y besando su lindo cuerpo desnudo, sus manos recorren mi espalda desnuda, nos besamos con demasiada pasión, me dice que me ama mientras sus labios besan mi cuello y va bajando a besar mi pecho, se siente tan rico sus húmedos labios en mi cuerpo.
Abro mis ojos, me siento acalorado y veo mi miembro dilatado, decido ir a darme un baño con agua fría para tranquilizarme. Al salir tomo ropa del armario, al terminar de vestirme salgo y veo a Lisa sentada en el sillón de la sala de tv, me le quedo mirando, se ve tan hermosa, que ganas de besarla la deseo tanto, la deseó desde que volvió a esta casa.
Cruzamos miradas, le dedico una mirada de antipatía, demostrándole todo mi desprecio.
Bajo y me encuentro con Manuel que va entrando.
-En la noche los quiero a ti y a Michelle en mi despacho -me dijo tajante.
-¿Para qué?- le pregunté secamente.
-Ya lo sabrán -responde con seriedad.
-No se a que hora llegue, porque saldré a cenar con mi novia -le informo.
-A la hora que llegues, así sea media noche los quiero en mi estudio, ya dije -pasa a mi lado subiendo por las escaleras.
Salgo de la casa y me voy al restaurant. Al llegar me encuentro con Aarón.
-Hey amigo, ¿Cómo estás?- pregunta.
-Mal.
-¿Y eso?- inquiere confundido.
-Lisa regreso anoche -solté de golpe.
Aarón me miró muy sorprendido, no sé esperaba que le dijera eso.
-No lo puedo creer. ¿Y que pasó? ¿Sentiste algo al volver a verla?
-A ti no te puedo mentir, la verdad si sentí cosas -le respondí mientras me sirvo un vaso de whisky.
Me lo tomo de golpe, luego dejó caer el vaso con fuerza en la barra.
-La odio, la desprecio por todo el daño y él dolor que me causó - refunfuño con rabia.
Aarón niega con la cabeza.
Luego de estar un buen rato con Aarón me voy al departamento de Valentina. Al llegar tocó el timbre, me abre de inmediato, al verla me siento mal por lo que pasó a medio día.
-¿Cariño estás bien?- inquiere confusa.
-Claro, lo que pasa es que te ves muy guapa con ese vestido rojo -mentí.
Valentina me sonrió feliz, le dedique una pequeña sonrisa.
Salimos del departamento y nos fuimos a un restaurante japonés.
Llegamos al restaurant, el mesero nos pasó a una mesa para dos. Me estuvo contando algo que la verdad no entendí, no puedo dejar de pensar en ella, nunca he sentido lo mismo con Valentina, será que a ella no la amo, solo me atrae. Llevo un año con ella y no ha logrado sacarme a Lisa de mi mente y corazón, a ella jamás podré amarla, porque el amor de mi vida es y siempre será Lisa Fernanda.
-La cena estuvo riquísima, me gustó mucho -me comenta.
-Si a mi también me gustó -le boto una sonrisa.
Regresamos al departamento.
-¿Y si te quedas está noche? ¿Y terminamos lo que empezamos- propone con picardía.
-Valentina, lo siento pero hoy no puedo, Manuel quiere hablar con Michelle y conmigo -le explico.
Suelta un largo suspiro.
-Esta bien, nos vemos mañana, haber si tú hermano te deja -dijo con desdén.
Le doy un beso en la frente, vi su cara de confusión, tenía el ceño fruncido.
-Nos vemos Val -me despido con cariño.
Llegué a la casa y todo esta en total silencio, prendo la luz, tomo un vaso, le pongo unos cuantos hielos y le hecho whisky, me lo tomé de un solo tirón.
Veo bajar a mi hermana.
-Hermanita -la llamé
-Hermano, ¿Sabes para qué nos quiere Manuel en su despacho?- cuestiona confusa.
-La verdad no -respondí.
Escuchamos una voz conocida detrás de nosotros.
-Que bueno que ya están aquí -dice mi hermano. -Pasemos al despacho.
Mich y yo vamos tras él. Al llegar nos sentamos en uno de los sillones.
-Okey ya estamos aquí -dice Michelle con vos seria.
-Esperen, aun no estamos todos -comenta.
En eso llegan Héctor y Lisa al estudio.
Suelto un suspiro pesado.
-¿Que significa esto? ¿Qué hacen ellos aquí?- interrogo con molestia.
Manuel me ignora y les pide que tomen asiento frente a nosotros precisamente.
-Ahora si estamos todos -contesta Manuel mirándome.
-Sabemos que no quieren saber nada de nosotros, por lo que pasó hace tres años atrás -empieza a hablar Lisa Fernanda.
-Pero todo lo que pasó tiene una justificación -continua Héctor.
Mi hermana y yo solo nos miramos y soltamos una risa irónica.
-Al día siguiente de navidad, cuando salí a buscar mi chamarra al carro -Lisa paro un segundo para poder continuar. -Denisse me secuestro, me dijo que si no eras de ella tampoco serías mío -sus ojos se cristalizaron. -Al día siguiente del secuestro logré salir de su casa, pero me agarró y me dijo que te haría daño, que no iba a permitir que fuéramos felices, yo le suplique que no te hiciera daño que sería capas de alejarme de ti con tal de que no te lastimará, delante de ella te marque y le te dije esas cosas horribles que estaban muy lejos de sentir -yo estaba en shock por todo esto, pero no justifica el hecho de que me haya lastimado de esa manera.
Lisa sólo lloraba, la miraba con seriedad.
-La razón por la que yo te dije esas cosas mi Mich, fue por qué el hermano de Óscar, me amenazó con hacerles daño, me dijo que iba a pagar muy caro por la muerte de su hermano, yo tenía que protegerlos, si te hubiera puesto una mano encima no lo hubiera aguantado, eres todo para mí te amo con toda mi vida -Héctor tenía la voz entre cortada.
Héctor trató de acercarse a mi hermana, pero ella lo rechazó.
-Aléjate de mí, no te me acerques -espeto Mich con desprecio.
-Mi Mich.
-No me digas así - espeta mi hermana con furia. -Que fácil venir y decirnos todo esto, después de todo lo que lloramos por ustedes, no saben cómo nos destrozaron la vida -espeto con pesar.
-Mi hermana tiene razón -espete.
-¡Lo hicimos para protegerlos!- exclamaron con desesperó.
-Nosotros no les hubiéramos hecho eso, hubiéramos luchado juntos, en vez de huir -digo con dolor.
-No deben de ser así de injustos, ustedes los aman, están enamorados de ellos -comenta Manuel abrazando a Lisa que no para de sollozar.
-Estas muy equivocado hermanito -dijo mi hermana con arrogancia. -La única persona que merece mis sentimientos es el hombre con quién voy a casarme - comento Michelle alzando su mano donde reposaba su anillo de compromiso-, estás enterrado y olvidado para mí, Héctor.
-Tú sabes que eso es una vil mentira -declaro Héctor con seguridad. -Podrás intentar engañarte a ti misma con esas palabras, pero no puedes engañarme a mi, te conozco y se que sigues sintiéndote mía, así como yo sigo sintiéndome tuyo, nos pertenecemos y aunque digas mil palabras, nada cambiará ese hecho.
Nos quedamos viéndonos, Lisa lloraba desconsoladamente, quisiera ir abrazarla, pero no, no puedo, lo que hizo me dolió bastante, me hundí en depresión, no tenía ganas de nada, me sentía muerto por dentro.
-Mi amor, mi Martín -dijo entre llantos. -Entiende que lo hice por amor, a mí me dolió muchísimo todo esto, pero no tenía de otra -me decía sollozando. -Te amo, eres todo para mí. Hemos regresado por ustedes, porque los amamos más que a nada en el mundo -Lisa se levantó y se me acercó, pero cuando iba a abrazarme la rechace.
Me miró con sus ojitos llenos de lágrimas que caían como cascadas. Pero no puedo perdonarla.
-No puedo perdonarte Lisa Fernanda, me lastimaste mucho, la verdad yo ya no siento nada por ti, ya no te amo. -Lisa me miraba con demasiada tristeza.
-No te creo nada -alzo la voz con la voz entre cortada. -Tú me amas, me amas tanto como yo ti -me decía llorando con desesperación.
-Ya no los amamos, a quienes amamos son a nuestras parejas, Braian y Valentina -declaro Michelle. -Les pedimos que nos dejen en paz, vamos a vivir en el mismo techo -dijo Mich mientras veía a su alrededor, -hagan cómo que no existimos.
Manuel tomó a Lisa y la refugio en sus brazos, nos miró con reprobación.
-Me han decepcionado mucho, yo jamás los hubiera tratado de esa manera -nos dijo molesto. -Con Sonia y conmigo no cuentes, no voy a entregarte el día de tu boda - iba a salir pero se regresó y miro a mi hermana. -¡Ah! Y olvídate de la herencia de mis padres, no verás un peso de ese dinero, no permitiré que el bueno para nada de tu noviecito toque un peso de esa herencia -Mich se levanta furiosa del sillón.
-No puedes hacerme eso -refunfuño mi hermana.
-Claro que puedo -contesto Manuel con firmeza.
-Ellos ni siquiera son nada tuyo Manuel, tu familia somos Martín, Sonia las niñas y yo -le dice con desdén.
-No puedes hacerle eso a nuestra hermana -reproche.
-Ya dije lo que va a pasar -Manuel sale del despacho con Héctor y Lisa.
Mi hermana se queda furiosa.
-Manuel se volvió loco, no puede hacerme eso -espeta fúrica.
Minutos después de que Michelle dejo de quejarse de nuestro hermano, entramos a la casa, vemos a Manuel y a Sonia con las niñas, Sonia nos dedica una mirada de desilusión.
Entro a mi cuarto, me desvisto quedando, me pongo una camisa blanca y un pants gris. Luego de haberme lavado los dientes me meto a la cama, trato de dormir pero no lo consigo. Salgo de la recámara, bajo las escaleras para ir a la cocina, todo está medio oscuro.
La escucho llorar a ella, a Lisa Fernanda.
-Martín, mi amor, ¿Por qué no puedes entender que lo que hicimos fue por su bien?- dice llorando abrazando un portarretrato con mi foto.
Me duele verla llorar de esa manera, pero yo también sufrí por su culpa, yo también lloré, yo no hubiera hecho lo que ella hizo, hubiera luchado por estar con ella, enfrentar a quien sea por defender nuestro amor, pero ella prefirió huir con su hermano y causarnos este dolor.
Subí para irme a mi habitación, al entrar me tire en la cama con frustración. Escuché unos pasos unos pasos cerca del cuarto, minutos después escuché abrir y cerrar la puerta de la habitación de Lisa Fernanda, se escuchaba que estaba sollozando, escucharla llorar me parte el alma, pero tengo que fingir que no me causa nada.