Capítulo 10 10

Escucho ruidos en la habitación y supongo que se han levantado. Llamo a la puerta y no obtengo respuesta. Llamo de nuevo y sigo sin obtener respuesta.

"Su beta está en la habitación de al lado", ofrece el guardia.

"No, no necesito ver su beta", digo y llamo a la puerta de nuevo.

No hay respuesta durante unos segundos y cuando me doy la vuelta para irme, la puerta se abre para revelar a un Casper alfa muy enojado.

"Buenos días", digo y fuerzo una sonrisa.

"¿Qué quieres?", gruñe.

"Solo quería preguntar si tu hijo está despierto, no hay necesidad de enojarse", espeto.

Me mira, "no está despierto"

"Está bien", digo decidiendo no discutir con él en caso de que Javier esté realmente dormido y me doy la vuelta para irme.

"¿Ese es el desayuno papi?", escucho a Javier preguntar.

Me doy la vuelta para mirar a Alpha Casper, que tiene una expresión de mueca en su rostro por haber descubierto su mentira. "No, no es el desayuno. Es odetta - dijo." Grita y corre hacia la puerta. Pasa a través de las piernas de Alpha Casper y abraza mis piernas, enterrando su cara en mi muslo.

"Me desperté temprano y me bañé para poder ir a verte", dice y me da una sonrisa llena de dientes, "¿no huelo bien?"

Me río, "hueles como frutas"

"¿Qué vamos a hacer hoy?"

"Primero tienes que preguntarle a tu padre si puedes venir conmigo", le digo y miro a alfa Casper que tiene el ceño fruncido en su rostro.

Javier se da vuelta con las manos entrelazadas "papá, ¿puedo ir con ody?", ruega.

Alpha Casper levanta una ceja antes de romper el contacto visual conmigo y mira a su hijo. Sus ojos se suavizan y respira hondo.

"Ya tengo desayuno", tiro y Javier jadea, "¿papá por favor?"

Alpha Casper se frota la sien antes de dejar escapar un suspiro de derrota, "sí puedes...", le dice a Javier y me mira, "pero devuélvelo a las cinco de la tarde"

Asiento con la cabeza y tomo la mano de Javier en la mía, "no te preocupes, lo haré"

"Y si le pasa algo, serán problemas", amenaza.

"No hay necesidad de amenazas, yo me encargo de Javier", espeto y lo miro con los ojos entrecerrados.

"Vamos", jala Javier y yo me doy la vuelta.

...

Entramos en el comedor del ala oeste y hay dos platos de tocino, huevo, pan y salchicha uno frente al otro con una taza llena de contenido de color crema y en el medio un tazón mediano lleno de frutas.

"Por fin", gimió Javier y corrió hacia la mesa larga. Retiró una silla y luchó por trepar para sentarse. Solo negué con la cabeza con una suave sonrisa en mis labios y lo ayudé a sentarse en la silla.

"Gracias", murmuró con un sonrojo y tomó el tenedor y comenzó a comer. Caminé alrededor de la mesa y me senté frente a él.

Lo miré para verlo comer como si no hubiera comido conmigo anoche, "Javier", le dije y él hizo una pausa y me miró, "come despacio o te atragantas", continué. Me miró con la boca llena, lo que lo hacía parecer una ardilla listada, y masticó lentamente antes de tragar y asentir. Volvió a comer su comida, pero esta vez, más lento. Asentí con aprobación antes de continuar.

Tomo un pequeño sorbo del contenido cremoso en la taza y tarareo con deleite. Batido de plátano y miel, mi favorito absoluto.

"Pensé que no iba a pasar el día contigo", dice.

Lo miro, "¿y qué te hizo pensar eso?"

"Bueno, papá dijo que viniste antes por mí, pero yo todavía estaba durmiendo, así que te enojaste y te fuiste".

"Ese hijo de..." empiezo a decir y recuerdo que Javier sigue en la habitación. Toso y continúo mi oración de una manera amigable para los niños "...galleta"

Le doy un mordisco a mi tocino cuando se ríe, "no necesitas ocultarlo. Papá maldice mucho así que sé lo que ibas a decir, pero no le digas que lo sé"

Me atraganto con mi tocino y de inmediato bebo un vaso de agua, "¿ese hijo de...?", exclamo y me detengo de nuevo. Lo miro, pero está comiendo su comida luciendo tan inocente. ¿Qué clase de padre maldice delante de su hijo?

"¿Qué quería decir?" Decido probar en caso de que esté bromeando o fanfarroneando, pero niega con la cabeza.

"Es una mala palabra y no creo que la diosa de la luna esté feliz de escuchar esas cosas de mí. Todavía soy un chico puro"

"Es bueno saberlo, pero tu papá ha sido malo", murmuro.

"¿Necesita ser castigado?"

Esta vez me ahogo con la saliva. Me recupero rápidamente y su yo inocente sigue esperando una respuesta inocente de mi parte. Parece que soy tan malo como el alfa Casper, tal vez necesito ser castigado. Siete años sin sexo y esto es en lo que me he convertido... una mujer de veinticuatro años que malinterpreta cada cosa que se dice inocentemente... bien hecho albañil, me has roto oficialmente.

"No, él no necesita ser castigado"

"¿Quién diablos necesita que te castiguen, traviesa niña traviesa?", dice Noel mientras entra al comedor.

Obviamente no puede ver a Javier porque el respaldo de la silla es alto y lo oculta.

"Deberías callarte más la boca", le digo en un intento de callarlo, pero él sigue balbuceando.

"¿No quieres que sepa con quién estás practicando tu lado más morboso?", dice y viene a mi lado y es cuando ve a Javier.

"Mierda", exclama y luego se aclara la garganta "Quiero decir... broqueles espadachines"

Javier le sonríe con dientes "Soy Javier y tú también maldices mucho"

Noel recoge una manzana, "encantado de conocerte, pero debes olvidar todo lo que escuchaste en los últimos tres minutos porque tu papá me matará".

"Oh, no te preocupes, papá también maldice", Javier hace caso omiso del comentario de Noel y habla como si esta fuera una conversación normal para un niño de cinco años.

"Javier, este es Noel, mi hermano gemelo"