Capítulo 5 Diafruto de tu compania

comiendo algo por primera vez hoy y ahora todo lo que puedo hacer es sentir náuseas,

Entonces, ¿podemos tener esta conversación en otro momento? - Mentiras,

mentiras y mas mentiras Todas las mujeres mienten, ¿verdad?

Pero vine aquí con un propósito y no me iría hasta que me haya establecido.

mi problema, además de eso, lo único que tenía que hacer era tocar el nombre de Bianca y la vi

la cara se vuelve aún más pálida. Bia era la hija de mi padrino, que no era nada

más nada menos que uno de los jueces más infuyentes de Londres. EE.UU

sabía desde que era una niña y tenía bastante curiosidad por saber

cómo los dos se habían hecho amigos incluso porque la seguridad en la parte superior de la

Bianca no era pequeña ni discreta, entonces ¿por qué razón?

de aquellos hombres que trabajaron para tu padre

investigar un poco más sobre esta chica?

— ¡Mierda! Gruñí en el mismo momento en que vi su cuerpo caer,

a punto de tocar el suelo. ¿Qué fue ahora?

Preocupado, la llevé al sofá de su sala y la acosté cómodamente.

Al ver que parecía lejos de despertar, fui a la cocina, agarré un vaso

de agua y noté un tazón de sopa en el mostrador. Por lo menos eso

era cierto, había perturbado su comida. Con remordimiento, volví a la

habitación y la encontré en la misma posición en que la había dejado y, si es posible,

aún más blanco. ¿Debería llevarla al hospital?

— ¡Helena, Helena, despierta! Llamé.

- ¿Mmm? Murmuró con los ojos aún cerrados.

“Por favor, despierta y bebe un poco de agua, tómala.

— Mi cabeza se siente como si fuera a explotar, por favor apaga la luz —

ella susurró como un gemido y me maldije por tener que hacer

eso.

- Derecha. “Tan pronto como apagué la luz principal, encendí la pequeña

lámpara en el lado opuesto al de ella y volvió a su lado. Helena estaba ahora

sentada con la cabeza echada hacia atrás en el asiento del sofá y luciendo tan

indefenso y débil que me hizo sentir inútil porque no tenía la

ni idea de qué hacer con él.

"Por favor", gimió. — Hay una pequeña caja en mi habitación.

con unas pastillas en la mesita de noche, ¿me las podrías traer?

Su dolor debe haber sido bastante fuerte, porque su voz era prácticamente

inaudible.

"Por supuesto", respondí y me alejé.

Caminando por el pasillo me sorprendió aún más su

Departamento. Conociendo la región, sabía que no solo estaba bien ubicada

pero también debe costar una cantidad considerable. Era obvio que ella

Vivía sola y tan pronto como entré a su habitación, olí el perfume que usaba.

el día antes de rondar por el entorno. Su cama estaba deshecha y

con una manta gruesa encima. Eché un vistazo rápido y me di cuenta de que

no había fotos ni nada para referirse a amigos o familiares. Todos

sonaba un poco vacío, casi como si no perteneciera a nadie. Los colores,

muebles y objetos eran neutros. Nada tenía sentido, a pesar del lujo. O

eso fue raro.

Si había una cosa que supe desde el momento en que puse el

ojos en Helena, era que ella tenía una personalidad fuerte y era

extremadamente orgulloso

Rebusqué y encontré la caja de su medicina a su lado.

un pequeño diario de cuero. Curioso y sin entender muy bien por qué,

Terminé hojeándolo. Lo que encontré fueron tiempos bien

de sus programas y apellidos familiares, junto con

hoteles y preferencias detalladas. Sí, la chica defnitivamente era una

prostituta organizada e inteligente. Pasé algunas páginas más y esperé un momento...

¿Henry James? No podía creer que se follara a uno de los mejores.

clientes de la ofcina. Fui a las últimas páginas y encontré lo que

esperado, los clientes de esta semana, y el bastardo había estado con ella

el dia de ayer. Después de negarse a trabajar para mí, ¿dejó que la follara? —

¡Semen! Dejé caer el diario en la mesita de noche otra vez,

controlando mi ira. ¿Pagaría todo Londres por tener sexo con

¿Esta chica y yo acabamos de descubrir esto ahora?

Por fn tomé la cajita que contenía sus pastillas y antes

De vuelta en la sala de estar, hice una revisión rápida. Todos eran para la migraña y

me hizo temblar. Recuerdos de todo lo que pasé antes de perder mi

Amanda volvió fuerte, sus ataques de migraña también fueron fuertes

y sucedían casi todas las semanas, lo que ella insistió era normal.

No fue hasta tres años después, cuando ya estábamos casados, que descubrimos que

todos estos dolores y mareos se debían al pequeño tumor cerebral.

Su médico le aclaró que en su caso el tamaño no mejoró

nada, y que necesitaría cirugía de todos modos. pero amanda

Se negó con vehemencia a someterse a ningún tratamiento. ella se dio por vencida

vivir y prolongar su dolor durante meses, dejándome verla sufrir y morir en

pocos. Era como si en el fondo solo quisiera castigarme por todo lo que había hecho.

Lo logré.

Respiré hondo, ignorando el dolor sofocante, todo lo que tenía que hacer

hacer era salir de allí en ese momento y olvidarse de todo: este viaje, el

Amanda y sobre todo toda la mierda que he hecho para mantener a la mujer

que amé a mi lado. Inquieto, salí de esa habitación y regresé solo a la habitación.

encontrar a Helena en la misma posición. Ella se quejó cuando yo

se acercó y le preguntó qué medicina quería, porque al menos tenía

cinco tipos diferentes de migraña y me asustó.

— Tome los dos en la caja azul, por favor. - Ella mezcló estos

¿cosas? Estoy bastante seguro de que la drogaría.

— ¿Estás segura de que puedes mezclar, Helena? Toma solo uno y

luego...

"No, por favor dame los dos", me interrumpió. - Este dolor

es insoportable, tomé uno antes y no ayudó. por favor solo quiero

dormir unas horas sin sentir dolor. — Te escuché pedir por favor

tan bajita, me hizo tener una reacción muy diferente a lo que esperaba ver

alguien que se enferma. Me emocioné y me pregunté cómo sería tenerla.

rogándome que lo tome. ¿Era un hombre tan jodido?

¿así?

- Te daré los dos, pero necesito que llames a alguien para

hacer compañía. Es posible que tenga alguna reacción y no será bueno si

Estoy solo en este apartamento. "Y por mucho que me sintiera mal.

por dejarla, toda esta situación me estaba arruinando demasiado para mí.

quería tenerme cerca.

— Mira, esta no es la primera vez que mezclo, ¿de acuerdo? siempre estuve bien

prueba de eso es que estoy vivo, así que por favor vete y me daré la vuelta

aquí”, respondió nerviosa mientras se acurrucaba en el sofá.

“No voy a dejarte aquí sola así.

"Así que toma mi teléfono celular, por favor?" le pediré a Bianca que venga

cuidar de mi.

"Ni siquiera pienses en tal cosa, ¿me entiendes?" Yo no

Los quiero a los dos juntos. "Me aseguré de dejar eso claro, no lo hice.

dejaría que siguiera aprovechándose de Bianca o de la hospitalidad de los

Hélio porque era obvio que la mayoría de sus clientes formaban parte de la

ambiente en el que viví y podría apostar que fue por esta amistad

entre los dos. "Quiero que te alejes de ella lo antes posible, y eso es

solo una advertencia…” gruñí, sin importarme lo callada que estaba.

se quedó de repente.

Helena no respondió, y el sonido de un suave grito me hizo

Dudo si la dejo llamar o no. El hecho de haber visto crecer a Bianca,

signifcaba que la conocía, y me preguntaba si sería capaz de

cruzar la ciudad para cuidar a un amigo enfermo.

Tomé su celular de la mesa y antes de dárselo,

Me alejé y llamé a Bianca desde mi propio teléfono. no dolería

ninguno investiga un poco más y descubre qué tipo de relación tienen los dos.

tenían entre sí.

- ¿Quien habla? preguntó cuando contestó.

— ¿De dónde conoces a Helena, Bianca? - Fui directo al grano.

cuidando que Helena no me escuchara desde la sala.

- ¿David? siseó con la voz chillona común entre los adolescentes.

Pero considerando que los dos eran amigos, ella debería haber sido

Acercándose a la misma edad que Helena. - ¿Porque usted quiere saber?

"No tengo tiempo para conversar, solo respóndeme". — Blanca

tardó unos segundos en responder.

"Nos conocimos en la universidad, pero...

"¿Y qué sabes de ella?" pregunté con impaciencia.

“Bueno, lo que sí sé es que vive sola. tus padres estan de viaje

y ella es divertida Disfruto de tu compañía... Pero ¿por qué esto ahora?

"Para nada, solo tengo que arreglar algunos asuntos", terminé el

conversación y colgué mi teléfono. Cuando regresé a la habitación, encontré

Helena impaciente y se arqueó hacia adelante, con las manos en las rodillas.

- ¿Mejorado? Pregunté sosteniendo su celular en la mano. tal vez ella

ya no necesita llamar a su amiga.

- ¿Donde esta mi telefono? — preguntó, evadiendo mi pregunta.

"Voy a preguntar de nuevo, ¿ha mejorado?"

- ¡No! Murmuró irritada y cedí. Lo importante era salir de esta

Departamento. Entonces yo me encargaría de estos dos.