Capítulo 9 EL EMPORIO DE UNA MUJER

Capítulo IX

El emporio de una mujer

En los centros de control de las diferentes empresas del emporio industrial de los Greene, se percataban de que un cambio a mejor estaba acaeciendo, pero ignoraban de quién provenía. Las manufacturas crecían en las exportaciones y se estaban construyendo seis polígonos industriales nuevos en Thailandia y España. Ahora tocaba restaurar el corazón y restañar las heridas además de resolver el misterio de las cartas que permanecía en la sombra.

-Harold no te lo dije porque estaba fuera de su ámbito era camarera, y eso demuestra a las claras que no quería el dinero de mis padres, siempre condicionado a hacer lo que ellos desean de mi. He vivido varios años libre de us dictados y en una buhardilla de doce metros cuadrados. Tengo poca ropa, barata y cobro una miseria.

-Yo debí escucharte como lo hago ahora, pero me sentí engañado sin razón, ¿podrás perdonarme algún día?

-No seas tonto no hay nada que perdonar solo algo que ya está olvidado. Pero-hizo un mohín-te castigaréeee

-Huyyy-se cubrió con las manos la cara Harold en un gesto de complicidad.

-Como castigo me llevarás a cenar todos los ´sábados y me besarás...cien veces al día -se echó a reír-

-Creo que voy a ser un niño muyyyy maloooo ja ja ja ja

-Margot supo entonces que estarían juntos para toda la vida a pesar de que no sabía de donde provenían las dos notas ni quien las habría escrito y enviado.

Unos hombres desconocidos para ellos tramaban un nuevo plan que sería la segunda fase de las cartas. La primera había sido un completo éxito y ahora cuando descabezasen el emporio de los Greene todo quedaría en su lugar para ellos se disponían a secuestrar a Margot.

Harold se puso rápidamente al día en las cuestiones económicas de las empresas y observó que eran excesivamente grandes amenazaban con quebrar al menos doce de ellas. Y así se lo hizo saber a Margot.

-Debemos deshacernos de tres al menos y contratar más obreros para el resto así aumentaremos la producción y reduciremos gastos.

-Vaya es una gran idea, lo cierto es que nunca se me hubiese ocurrido.

-Tengo experiencia en estos casos he visto como se derrumban empresas enormes por no reorganizarse a tiempo y es lo que le está sucediendo a las de tu familia. Si cerráis las de India y Reino Unido en Brinston, también obtendréis liquidez instantánea. Y aconsejaría adquirir acciones de seis empresas que cotizan en bolsa y están en alza, no hay riesgo real y aumentará el capital.

-Eso es muy interesante relajaría el tema económico y me aportaría tranquilidad.

-Pues nos pondremos a ello habrás de redactar los documentos y llama a un notario para darles carácter oficial y tu padre deberá firmarlos ¿crees que lo hará?

-Bueno me ha dado poderes creo que n o será necesario. Pero de serlo sí, está preocupado por el estado de nuestras finanzas. Cuando vea como he decidido hacerlo se sentirá orgulloso aunque no sea yo sino tú . MMm

-Y...¿si nos tomamos un día libre para nosotros?

-Bueno eso suena a premio gordo je je siii por mí encantado.

-Ven sígueme hay un sitio en el jardín del laberinto que te encantará yo solía ir cuando me sentía sola.

Margot le condujo por un laberinto de setos con formas animales hasta el centro mismo. Allí Margot había ordenado en secreto preparar un ágape para cenar. Champán francés y caviar, marisco abundante y vino blanco español. Era un cenador rodeado de columnas de piedra dóricas cubierto por una pétrea cúpula y al que se accedía por una escalinata corta de seis escalones. Unas guirnaldas de flores rojas y moradas adornaban todo en derredor. Harold se asombró ¿no era él quien debería organizar una cena así?, de todas formas estaba encantado.

-Veo que no sabes como reaccionar, soy una mujer empresaria una emprendedora, ¿no puedo preparar una buena cena para mi hombre?

-Cenemos esto parece exquisito, -evitó responder directamente. Eres una caja de sorpresas y me gusta que lo sepas. Harold se acercó a Margot la tomó suavemente por la cintura y acercó sus labios a los suyos. La besó tierna y largamente. Una música les llegó desde un lugar indeterminado. Bailaron con deliberada lentitud. El mundo semejaba haberse reducido a aquel pequeño cenador, por fin se unían sin obstáculo.

-Margot tendremos que desentrañar en algún momento la razón y la identidad de quien ideó esas notas y nos las envió.

-Ah,ah dijimos esta noche sería para nosotros...-le regañó dulcemente.

-Tienes razón amor esta noche solo estamos nosotros dos en el universo. Que este momento dure para siempre, no quiero que se termine.

Los besos se fueron sucediendo y terminaron echados en el suelo recubierto de pieles de tigre. Se fueron desnudando lentamente hasta que solo sus pieles se tocaron. Sintieron uno el calor de la del otro y rodaron abrazados sin que deseasen separarse. Las estrellas eran su único manto y la luna su única testigo. El amor se consumaba entre aquellos dos seres que apenas eran una motita de polvo en el universo y sin embargo eran lo único que existía. Las empresas, los documentos los deberes, incluso los padres quedaban en segundo plano respecto de su incipiente amor.

Un par de sedanes grises se acercaban a la mansión, no pertenecían a ninguno de los miembros del servicio de seguridad. De ellos se bajaron tres hombres vestidos de negro y se pusieron pasamontañas del mismo color pegándose al muro que ¡rodeaba la propiedad. Los dos autos salieron suavemente en dirección contraria a la que trajesen y los tres hombres de negro subieron por el muro hasta saltar al otro lado. Corrieron por el césped recién cortado y unos ladridos les anunciaron la presencia de perros guardianes. Tres dóberman llegaron a la carrera. Uno d ellos intrusos sacó un bote de spray y les roció en los hocicos los canes murieron en el acto. Siguieron tras estar detenidos y en silencio unos minutos para asegurarse de que nadie los habían prestado atención. Sacaron una herramienta para cortar cristales y hicieron un hueco en la puerta del jardín por la que uno de ellos introdujo la mano y abrió con al picaporte por dentro. Una vez dentro teclearon la clave de seguridad y la alarma no sonó. Comprendieron al poco tiempo que no estaban en el interior. Pero cuando iba a abandonar la casa Margot llegó para ir al baño. Unas manos de cuero taparon su boca y el cloroformo hizo el resto. Salieron por donde habían llegado y u no d ellos sedanes les esperaba ya afuera. Nadie había visto ni oído nada. Harold se alarmó al ver que no regresaba y fue a la casa. Sus padres estaban de viaje y ella no aparecía por lado alguno. Llamó a su teléfono móvil y sonó cerca a la entrada del aseo de la planta baja. Llamó a la policía y ésta llegó en tres minutos. Sospecharon en principio de él mismo y se lo, llevaron a la comisaría tras avisar a sus padres, no llegarían hasta dos días después estaban en el extranjero. Una vez en la comisaría Harold relató la estrambótica historia de su relación y les sonó a ciencia ficción. LO detuvieron bajo sospecha de secuestro y lo encerraron. Margot por su aparte estaba despertando de su sopor y se encontraba en el maletero del sedán gris atada de manos y amordazada. El terror hizo presa en ella deberían haber dilucidado quien les envió las notas como sugirió Harold pero no le hizo caso y su romanticismo iba a costarle la vida. Respiraba con cierta dificultad pero trataba de mantener la calma. Comenzó a removerse para intentar liberarse de las ataduras pero estaban bien fuertes. El conductor frenaba en ese instante y se dirigía al maletero, Margot se hizo la inconsciente y dejó que la sacase afuera. Había logrado aflojar las ataduras de los pies y en un descuido del secuestrador echó a correr como alma perdida en un averno infernal. Él fue tras ella con toda la potencia y rapidez que sus piernas le prestaban pero era de noche y Margot se perdió entre los arboles dejándose caer entre la maleza para desatarse las manos. Se quedó muy quieta y el perseguidor pensó que se había alejado demasiado al no escuchar la rotura de ramas ni ruido alguno. Se metió en el coche y salió a toda mecha del lugar. Margot se quedó un rato más quiete por si era una trampa para que se delatase. Cuando estuvo segura se arrastró hasta la carretera y allí detuvo am un coche que sabía sería particular. El conductor le preguntó que le ocurría y ella le dijo que había roto con su pareja y la había abandonado sola allí.

-Que desalmado ya no hay caballeros menos mal que me paró de lo contrario podría morir de hipotermia. Póngase mi abrigo está en el asiento trasero.

Margot agradeció el abrigo estaba helada, más por los nervios que por la temperatura.

                         

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