Capítulo 2 BEBIENDO LA NOCHE

Han pasado 17 meses de que no tengo ninguna interacción profunda con alguna persona del sexo opuesto y casi 24 meses de no tener una mujer en mi departamento. Su presencia en mi entorno se ha llevado mis palabras, son las 2 de la mañana y el día aún no termina. Ella miraba en todas direcciones, parecía que le gustaba la decoración o quizás no, no soy especialista en diseño de interiores, mi madre me ayudó con la decoración cuando dejé de vivir con ella.

- ¿Qué pasa?, te has quedado mudo. ¿Quieres que me vaya? - Dijo rompiendo el silencio incómodo, y de alguna manera lo agradecí sin decirlo.

- Es lo último que quiero. - Ella sonrió dulcemente, comenzaba a amar sus gestos que eran muy refinados y hermosos. Gracias a la luz de la sala podía admirar en su totalidad cada una de sus facciones, intentando grabarlas en mi memoria como si fuera un mapa. Su cara era delgada y alargada, las cejas perfectamente delineadas haciendo juego con sus pestañas largas y ojos ligeramente rasgados. Gran parte del maquillaje se quedó en el pañuelo, pero aun así lucia hermosa. No sé si admire su belleza durante minutos o segundos, elle pareció incomodarse un poco, dio un par de pasos hasta el centro de la sala. - Por favor siéntate, ¿quieres algo de tomar?.- Pregunte apenado por la situación.

- Muero por una copa de vino. - Dijo con voz entusiasta.

- ¿Para un corazón herido? - Conteste.

- O para un corazón dispuesto a sanar, mejor dicho. Dejemos de hablar por un momento de cosas tristes. - Afortunadamente tengo una pequeña cava de vinos, suelo disfrutar beber una copa de vino por la tarde o noche, mirando por la ventana el movimiento de la ciudad de México con música de Joaquín Sabina de fondo. Cuestionando mis actos y mis pensamientos, siempre preguntándome si el rumbo de mi vida es el correcto o debo cambiar de dirección, el problema es que no siempre encuentro la respuesta.

- Prefieres vino tinto, chardonnay, prosecco o también tengo un moscato. - Por cortesía pregunte lo que deseaba tomar, aunque ya sabía la respuesta. Por lo regular las mujeres disfrutan más las bebidas dulces.

- El moscato estaría perfecto. - Tome la botella para retirar el corcho con ese clásico sonido explosivo por la concentración de gas, serví dos copas y deje la botella en la mesa de centro, en caso de que quisiera más. Para mi sorpresa bebió toda la copa de golpe, como si se tratara de agua y la volvió a llenar con desesperación. - Tranquila, no llevamos prisa. - Dije con un tono de voz suave y con un toque de humor.

-Quizás tu no, pero yo sí. La noche termino y la madrugada será corta. Brindo por las casualidades que nos llevan a conocer grandiosas personas. - Ella extendió su mano con la copa en la mano.

- Concuerdo contigo, ha sido un placer conocerte. Aunque no sé cuál es tu nombre. -

- Hagamos un trato, no nos diremos nuestro nombre hasta que nos volvamos a ver, si es que llega a pasar, el destino se encargara de eso. -

- No me gustaría dejar esto a la suerte, no quiero perderte el rastro. -

- Confía en mí, nos volveremos a ver pronto. -

- Cuanto tiempo es pronto para ti. - Conteste de manera cortante.

- Para mí pronto significa "el tiempo exacto". - Se escuchaba tan convincente, como si tuviera la certeza de que nos volveríamos a ver. En cambio, yo tenía miedo de no volver a verla, hay algo en esta mujer que me atrae de manera incontrolable. Tengo la sensación de haber estado buscando algo y que hoy lo encontré. Nos miramos fijamente, aún había tristeza en ella, pero estaba seguro de que yo soy la persona que le devolvería la confianza. Chocamos nuestras copas en señal de que aceptaba su trato, las burbujas empezaban a hacer efecto en nuestros cerebros.

Nos bebimos lo que quedaba de la noche y parte de la madrugada en tres botellas de vino. No paramos de hablar sobre una parte de nuestras vidas o más bien de lo que nos interesaba que supiera el uno de otro, reímos de nuestras experiencias chuscas y por último terminamos hablando sobre la segunda guerra mundial por increíble que parezca al parecer a ambos nos apasiona ese tema. Podía vivir escuchando la dulzura de su voz y lo complejo de sus pensamientos, fue un deleite escuchar incluso más que hablar, hasta que al fin cayo perdida en un sueño profundo. Ocupaba el sillón de dos plazas, pero no era cortes dejarla ahí. Como pude la tome entre mis brazos para llevarla hasta mi habitación, la recosté en la cama para quitarle sus altos tacones de color beige, cubrí todo su cuerpo con las cobijas para que no pasara frio. Tome una cobija de la cómoda para mí y regrese de nueva cuenta a la sala para recostarme en el sillón de tres plazas, si bien el alcohol no logro vencerme, el sueño estaba a punto de hacerlo, algo completamente entendible ya que eran las cinco y media de la madrugada. Un día completamente diferente con sorpresas y eventos inesperados, empecé el día a las 7 de la mañana con el deseo de llamar a Mariela y en estos momentos mi corazón y la razón están en calma.

Al despertar me sentía desubicado, tenía la impresión de que aún no terminaba la mañana. Al ver la hora me sorprendí, eran las 4 de la tarde. Corrí a mi habitación esperando verla aún dormida tal y como la había dejado, para mi des fortuna ella se había ido. Le dio tiempo hasta de componer la cama y escribir una nota que dejo sobre ella que decía: "El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos" William Shakespeare.

De pronto tuve la necesidad de escribir y fue en ese momento que nació la habilidad de escribir más de un párrafo. Tome el bloc de notas y el lápiz sobre la cómoda, dejando que la inspiración que llego a caudales fluyera por todas las conexiones de mi cerebro, esa inspiración que surgió a través de ella en el momento que toque su hombro anoche, la experiencia más bonita de mi vida.

"Somos una noche sin estrellas

Parque a solas, timidez y manos frías

Dos corazones rotos y cuatro hombros donde llorar

Tu barrera no pudo contra mis flechas

Nos dio la una, las dos y las 3 de la mañana

Caminando sin rumbo llegamos hasta mi casa.

Una copa o tal vez dos, bebimos sedientos

Las burbujas nos llegaron a la cabeza

Una conversación amena sin ningún prejuicio

Unos ojos verdes y unos labios carnosos

Motivos suficientes para enamorarse

¿Quién soy yo para negarme al amor?.

Sin darnos cuenta nos bebimos la madrugada en 3 botellas más.

Deseábamos vivir atrapados en la madrugada

Pero el tiempo no estaba de nuestro lado

No sé si para ti fue tiempo perdido la charla

Para mí fue el motivo de este encuentro

Sin besos ni caricias es la mejor noche de mi vida.

Una frase de Shakespeare en lugar de tu número telefónico

Y nuevamente soy solo un extraño

El extraño que anoche en el parque hipnotizaste

No te conocí lo suficiente o quizás sí y no quiero entenderlo

No quiero ser solo una noche que se terminó al amanecer

No sé si vuelva a verte, dejare que sea el destino el que te encuentre."

Las palabras surgieron y las atrape en lápiz y papel, sé por dónde puedo buscarla, pero hare lo que ella me pida, aunque eso implique esperar a que el destino la vuelva a traer a mí, paciencia y calma dos virtudes que tengo que desde niño.

            
            

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