Capítulo 2 Capitulo II. La cena de Bienvenida

Marilinda Franchesqui...era la encargada de la recepción, allí estaba blanca como la nieve ojos negros y penetrantes pelo liso negro sedoso. Con una figura que dibujaba una poseía lenta que hasta la pluma más experimentada de cualquier literario acabaría su tinta sin describir como ese hermoso cisne podría alumbrar mis ojos sin que estos se cansasen de ver tan golosa belleza.

Yo tome el rosario que tenía en el bolsillo para fijar que esa hermosa criatura, se espantara de mi libido que comenzaba a alborotar mis hormonas masculinas, pues desde que ingreso a la casa parroquial acompañada de su esposo, con la bandeja de botanas que tanto gustaban al padre Franco .

Yo ante tal escultura que se veía mas hermosa que la piedad de Miguel Ángel sabría que la lujuria me embargaría, si no abrazaba a mi señor y que el pensamiento vano y egoísta propia del pecado de Adán y Eva en el Edén traicionaría mis votos religiosos y convertiría un amor puro y sincero en un pecado abominable contra el noveno mandamiento al consentir la mujer de mi prójimo y el sexto mandamiento al consentir pensamiento y deseos impuros.

No decía dentro de mi, no puedo mirar lo frágil y blanca de su piel, no podía pensar en sus seños esponjosos y blanco que me llamarían a pecar contra la gracia de Dios, romper mis votos de castidad y a silenciar la madurez y belleza del sacramento del matromonio y elorden sacerdotal ....NO.... Tenia que sentirme fuerte ver lo bonito de esa criatura y dejarla de ver con la pasión incandescente que alumbraba el fuego de mi corazón. Con fieso que jamas ninguna criatura me había enardecido tanto a tal punto que levante d ela mesa para ir a orar.

¿Adónde vas? preguntaron Marilinda y el Padre Franco ...al unísono....Voy a a terminar de recoger mi maleta mientras llegan los demás invitados no me gustaría que consiguieran en medio del pasillo de la capilla una maleta de recién llegado.

¡Qué Bueno! respondió Antolini ...el esposo de mi ángel.. ¿puedo ayudarte?

No...no, te preocupes puedo solo.

Yo al voltear y al ver su mirada el sospecho que en mi alma profunda estaban mis ojos en el cuerpo de su amada por lo que de inmediato me miro con celos y furia haciendo ver de antemano quien era el macho alfa y que Marilinda solo era suya y nadie más la tocaría por el resto de su vida.

Al instante y sin pensarlo comprendí su mensaje y con la misma ira con que me desafío, le coloque con mis acciones que yo también soy competencia y que más allá de los que yo representada bajos mis pantalones y sotana también tengo la misma hombría que él. No obstante, recordé que yo tenía un compromiso de gracia y de amor con Dios.

Luego de las miradas, heladas, frías y enfrentadas Antolini y yo nos dimos la espalda a sabiendas que desde ese momento las diferencias comenzarían a crecer, porque yo estaba deseando una mujer que sería prohibida y que solo podría ser mía en el más macabro de mis pensamientos. Luego de regresar al comedor Antolini le dijo a franco:

-Amarre su gallo que quiere pisar a mi gallina y eso padre franco no lo voy a permitir. Ustedes podrán ser muy servidores y pastores de Dios pero su corazón también late, su castidad también peligra y su corazón también desea morder el manjar prohibido.

-No Antolini, dijo, Franco angustiado, me parece que estas muy equivocado, el muchacho solo está cansado, el viene a formarse y a prepararse en una disciplina tan compleja como lo es la demonología. Esa categoría solo le pertenece a los elegidos, y son sometidos a evaluaciones complejas para ser medidos de acuerdo a su talento natural. Antolin, Vicjosmel fue elegido entre 5000 mil religiosos de la Compañía de Jesús y su conducta hasta el día de hoy ha sido intachable, creo que equivocaste tu opinión sobre él.

Marilinda, estaba recibiendo al resto de los invitados, por lo que naturalmente no escuchó nada de la conversación entre padre Franco y Antonili, es por eso que con su sonrisa cándida dibujada con sus labios sensuales olor carmín se acercó a la mesa y pregunto:

¿Qué conversan es algo de mi interés? ...abrazando a su marido, tomando su mano y besándolo en mejilla.

No en lo absoluto. Respondieron ellos.

Yo venía de la capilla cuando llegaron los demás invitados y sacando vino d ela mejor cosecha nos sentamos alrededor de la mesa a disfrutar de mi bienvenida, sin embargo, la mirada desafiante de Antonili, mi mirada lujuriosa hacia Marilinda y la indiferencia de mi nueva amada consumí la cena más amarga de mi vida. Pues la pareja de ancianos Michael y Verónica Capacino , los benefactores Juan Carlos y Lucrecia Mellado quienes eran los dueños de las empresas más prestigiosos de Italia y Miguel Ángel y Katerini Genaro, nos acompañaron hasta tarde...

            
            

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