Capítulo 9 ¿Acaso estás loco

Cómo odiaba que dejaran ese tipo de cosas sin deshacerse de ellas como era debido, sobre todo si luego se convertían en basura que ensuciaba las calles, por lo que tomó el periódico se iba a deshacerse de él como era debido.

Sin embargo, tras notar que era un periódico de ese día antes de colocarlo en un bote destinado a la basura orgánica, leyó los anuncios clasificados.

Tal vez tendría suerte al encontrar un trabajo que la ayudara a no caer en la bancarrota.

Solo fue abrir el periódico en esa sección y ella sonreír. Justamente ahí, en ese periódico olvidado, se encontraba el trabajo que la ayudaría, además el lugar donde se llevarían las entrevistas estaba cerca y ella llevaba todos sus papeles a la mano.

No le costaba nada probar suerte.

-Me podría comunicar con la agencia que contraté para encontrar a la niñera perfecta para mi hijo- le pidió Michael a su secretaria, nada más entro a llevarle unos papeles a firmar

-Por supuesto, señor Lewis.

Su secretaria no tardó ni cinco minutos comunicándolo con la agencia.

-Lo siento, señor Lewis, todavía no la hemos encontrado.

-Bien, solo asegúrese de que sea la persona indicada.

-Así será, no sé preocupé.

Michael cortó la llamada. Solo para apretar y acariciar con sus dedos índice y pulgar el puente de su nariz.

La presidenta de la agencia United Nannies se encontraba con un montón de currículum, pero ninguno era el adecuado para el trabajo que se debía de cubrir.

-¿Hay alguna otra cita agendada?- le pregunto a su asistente a través del interfono.

-No, pero acaba de llegar una señorita interesada en el anuncio del periódico para el trabajo Le explicaba que necesita llenar una ficha.

Fue escuchar eso y la presidente de United Nannies alegrarse ¿Podría ser que ese día tuviera suerte en encontrar a la persona adecuada para el trabajo?

-Olvídate de eso, la atenderé.

La asistente detuvo a Fleur al ver que se marchaba.

-Mi jefa la atenderá, al no llegar a tiempo, la persona que tenía su cita a esta hora.

Fleur no pudo evitar alegrarse al escuchar lo que le decía la señorita frente a ella.

-Siéntese señorita

Le indico la presidenta de la agencia, nada más vio entrar a la joven.

-Fleur, mi nombre es Fleur Lombardi.

-Señorita Lombardi, un placer.

Ambas mujeres estrecharon sus manos, como lo indicaban las etiquetas sociales.

-Bien, empecemos, ¿Tiene alguna experiencia con niños?

La verdad es que Fleur no tenía ningún tipo de experiencia, el único niño que había tratado era al hijo del odioso, sexy millonario y exitoso hombre de negocios Michael Lewis.

-Si, si la tengo- respondió ella de inmediato, aunque inmediatamente después un molesto hipo se hizo presente en ella, como siempre que mentía.

La entrevista no duró mucho y lo mejor fue que a pesar de su hipo, ella consiguió el empleo.

Al día siguiente ella se presentaría a su nuevo lugar de trabajo. Por la dirección que le había dado la presidenta de United Nannies la familia que requería de una niñera era importante y rica, era consciente de ello solo con leer la dirección.

La noche se fue rápido y como siempre despertaba más que corriendo a la ducha a causa de sus sueños, en los cuales Michael y ella avanzaban cada vez más.

Era una pena que ella no lo soportará en la vida real o mejor dicho que ella se obligará a mantener cierta distancia con él.

Llegar a ese parte de la ciudad no era fácil de llevar en autobús, por lo que tras acercarse lo suficiente en autobús, cogió un taxi. Se lo podía permitir con lo que le pagarían a medida que iba adentrándose a esa zona de gente rica, su memoria se iba activando poco a poco, pero no lo suficientemente rápido como para percatarse antes de que se fuera el taxi que ella conocía esa casa.

-Hola, señorita Lombardi ¿Llegando tarde a su primer día de trabajo?

La voz tras su espalda le confirmó sus sospechas, era la casa de Michael Lewis.

-Perdona ¿Qué has dicho?

-Lo que has escuchado. Eres la nueva niñera de mi hijo ¿No?- le pregunto con una sonrisa sarcástica en su rostro.

-Era esa persona; sin embargo, me niego a hacerlo.

-Estás en todo en tu derecho de negarte, pero de hacerlo espero que tengas a la mano un millón de dólares.

-¿Un millón de que...? ¿Acaso estás loco? ¿Por qué tendría que pagarte esa cantidad de dinero?

-Por daños y prejuicios, por si no lo sabe señorita Fleur, romper los contratos sin ningún tipo de sustento ocasionan daño, sobre todo a mi hijo, quien ya sabe que usted será su niñera. Si lo hace llorar y entristecer, le haré pagar por eso.

Fleur tuvo que tragarse la sarta de palabrotas que a su mente llegaron y que amenazaron con salir por su boca. No tenía otra opción que quedarse.

-Bien me quedaré- dijo derrotada

Fleur.

-Ha tomado la decisión adecuada- Michael le volvió a sonreír, dándole la indicación de que le siguiera.

Michael le enseñó la casa completa a Fleur, mientras le daba indicaciones y le preguntaba si tenía alguna duda.

Ella solo negaba, sus indicaciones eran fáciles de comprender.

Michael no podía dejar de sonreír mientras le mostraba su casa, había esperado por casi dos semanas a tenerla así de cerca.

Se decía a sí mismo que los motivos para querer tener a la joven cerca de él, era por qué ella parecía no poder cuidarse por sí misma; sin embargo, al encontrarse a solas en la oficina que tenía en casa, no pudo frenar su impulso de acorralarla contra una de las estanterías de la habitación.

-Señorita Fleur, seré claro con usted. Lo que necesito de usted es que cuide muy bien a mi hijo y de mí.

Fleur se paralizó al tenerlo cerca, haciéndola recordar sus sueños. Deseando que como en ellos, él eliminará la pequeña distancia que había entre ellos para besarla.

Fue aspirar el aroma de la joven y Michael, sentir que su cuerpo despertaba, ella le gustaba. Pero no podía decirlo, mucho menos enamorarse. Por lo que se alejó de ella, antes de hacer algo que lo condenará.

-Eso es todo, señorita Lombardi - dijo Michael, alejándose de la joven.

Quien sintió como su corazón se oprimía, comprendiendo por qué le huía, se había enamorado de él.

Sin embargo, ese hombre estaba lejos de su alcance, además él solo quería que fuera la niñera de su hijo. El hijo de él con otra mujer.