Capítulo 4 El accidente.

Cómo en todo suceso mientras la niña pasaba la noche en el centro de salud acompañada de su madre, sometida a una gran dosis de calmantes para el dolor prácticamente sedada sin saber que le había pasado, su padre, sus hermanos, los vecinos, pero sobre todo el dueño del carro viejo no salía de su asombro y comentaban repasando una y otra vez lo ocurrido sin encontrar una explicación.

Al día siguiente muy temprano el padre, los hermanos, su abuela y algunos vecinos se acercaron al centro de salud para indagar por la niña entre estos últimos claro cómo debía ser el dueño del carro viejo. Le llevan ropa, artículos de aseo desayuno, algunas frutas y sobre todo el dueño del carro en compañía de su esposa se pone al frente de todo lo pertinente en los gastos para el traslado de la niña al hospital departamental el cual debe ser en ambulancia pagada ya que se encuentra a 4 horas del pueblo.

Casi a las 5 de la tarde llega la orden de traslado, Carla es llevada en una ambulancia aun dopada no se arriesgan a despertarla, el dolor sería demasiado para cualquier persona más aun para una niña de su edad. Llega a el hospital acompañada de su madre y esta vez de una tía paterna que, aunque no tiene una buena relación con su cuñada está dispuesta a hacer de tripas corazón cómo lo expresara ella misma, su sobrina era una niña inocente que no tenía la culpa de sus diferencias ni de la irresponsabilidad de su madre y si no era así ¿Dónde estaba la mamá cuando pasó ese accidente tan horrible? o creen que se perdería la oportunidad de culparla por todo lo malo que le sucedía a su hermano.

En el hospital la niña es valorada, examinada y por fin sus padres conocen la dimensión de su tragedia, el especialista los reúne y les dice que Carla perdió tres dedos de su mano derecha desde el pegue o sea totalmente, esta noticia fue devastadora su madre vuelve a perder el conocimiento ante la mirada acusadora de la cuñada y su padre queda en shock en la familia comentaban que el pobre Joaco jamás volvió a ser el mismo.

Pasan los días y la niña en vez de mejorar empeora la herida de sus dedos se infecta provocándole mucha fiebre decían que quizás la infección fue producida por el óxido del metal viejo del carro, así transcurre un mes antes de ser dada de alta.

De regreso en el pueblo, empieza a recuperarse lentamente ya en su casa con el amor de sus padres, hermanos, el afecto de su familia y la compasión algunas veces fingida de vecinos indiscretos la vida continua. Después de algún tiempo en el que aun cicatrizadas sus heridas la niña continuaba con ellas vendadas, cualquier día su padre le pregunta considerando que ya es prudente saber de labios de ella misma y no por conjeturas cómo sucedió todo. Ella inicialmente hace silencio, después irrumpe en llanto y finalmente se calma y le relata a su papá en forma pausada, pero sin omitir detalles lo ocurrido la noche de ese domingo, de más está decirles que cuando la conocí no entendía por qué los días domingo era más agresiva de lo normal al punto que la escuchaba decirle a mi hermana que ella quisiera que ese día no existiera en los calendarios.

Recuerdan que jugaban a las escondidas y que ella se metió con su prima dentro del carro viejo, bien cuando se va la luz se asustan mucho por la oscuridad y sin saber que regresaría inmediatamente las niñas se precipitan fuera, la prima de diez años sale de primera y sabe que deben cerrar la puerta o las pueden regañar si el vecino las vio y da las quejas a sus padres, por tanto, sin percatarse que su prima pequeña aún tiene la mano dentro del carro agarra la manija y cierra con toda su fuerza. Carla sintió morir y antes de perder el conocimiento a causa del dolor y la gran cantidad de sangre que perdía lanzó un gran grito que se confundió con la algarabía causada por la interrupción de la luz que ya les describí. Lo que sucedió después ya se los conté.

Como ya les dije la vida continua, con sus ires y venires, problemas, soluciones, conflictos, alegrías y tristezas para todos, aparentemente para la niña también, pero no era así creció resentida, deprimida y esta depresión la somatizaba en enfermedades físicas, las cuales constantemente la llevaron a ser tratada clínicamente y después de someterla a muchos chequeos, estudios y análisis determinaban que se encontraba totalmente sana. Carla jamás volvió a ser igual, se diría que, con solo siete años después del accidente no solo maduró, sino que se hiso mayor antes de tiempo.

Soy persona en condición de discapacidad como tal he desarrollado una teoría, creo que esta condición es más difícil cuando es adquirida; Es muy diferente cómo en mi caso nacer sin una pierna, no tengo fotos en la cuales aparezca con mis piernas completas que puedan hacerme daño al ver que he perdido una y que nunca podré tenerla nuevamente.

Imaginen alguien que después de cualquier accidente o evento traumático al despertar y cerciorarse que su cuerpo después de estar completo carece de una de sus partes, personalmente imagino que debe ser un impacto devastador he conocido casos de algunos adultos a quienes les cambia la vida radicalmente, muchas veces se suicidan no tienen valor para seguir viviendo, imagínense una niña de siete años, se cree que los niños dejan pasar todo, pero muchas veces en su inocencia suelen ser crueles esto se los digo con un extenso conocimiento, de niña me tocó sortear muchas burlas de mi grupo de compañeros de juego.

Esta niña después de ese grave accidente necesitaba la ayuda de un especialista, ser sometida a terapias cómo sucede ahora con los niños en igual situación, más en ese momento solo se limitaron a intervenirla quirúrgicamente ocupándose solo de lo físico, tratando de darle una apariencia aceptable a su mano, olvidando que este sería el principio de su sufrimiento, de sus muchos complejos y de una falta de autoestima que la llevaría a vivir una vida que seguramente nunca quiso vivir, creyendo que el abuso, el desamor, la falta de respeto, la infidelidad era lo único que ella merecía, dada su condición no podía exigir nada más, que antes por el contrario era mucho y debía agradecerlo. Su gran amargura quedaría en evidencia un día que su prima con la que viviera el accidente fue a visitarla, cuando ambas eran ya adolescentes, aparentemente crecieron y nada había cambiado, pero ella muy feliz le cuenta que su novio ya había pedido la entrada para visitarla como se acostumbraba en ese entonces en esos pueblos, solo en ese momento toda la familia pudo comprender el inmenso rencor que Carla había guardado, al escuchar a su prima rompe en llanto y con su mano izquierda la cual había aprendido a utilizar perfectamente le deja caer una bofetada, tan fuerte que hace sangrar la boca de la joven, corre a la habitación y se encierra a llorar hasta el día siguiente, este fue el final para la amistad entre las primas e inclusive entre las familias que después de ser muy unidas no asistieron a la boda de la prima aun siendo invitados.

Al escuchar el relato de la vida de Carla decidí no juzgarla, al contar su historia también quise hacerle un homenaje más aun cuando hace algún tiempo me enteré que ella estaba atravesando por el dolor más grande que puede sentir una madre cómo es el de perder uno de sus hijos.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022