/0/9385/coverbig.jpg?v=ba2ef1cd75716b1ffadd9df2bbd30014)
-¿Sabes quién es él?
-Es tu exjefe, Henry. Se presentó después de que se fue tu madre. No sabía que lo habías invitado.
-Yo tampoco -Lo fulminé con la mirada y volví a mirar a Dave.
-Los voy a dejar solos...
-No es necesario, él ya se está yen... -Empiezo a decir, pero el imbécil me interrumpe.
-No, de hecho, necesito hablar contigo, Anna -Dice parándose.
-Los dejo entonces. Ah y Jeremy estaba muy preocupado por ti, así que durmió contigo en nuestra cama un rato y luego lo lleve a la suya.
Henry, al escuchar el nombre de mi hijo, apretó los puños y cerró los ojos muy fuertes. Aún se acuerda que ese es el nombre que hablamos de ponérselo a un bebé.
-Después volvió a despertar y Henry, jugo con él para distraerlo. Se llevan muy bien - Dave me guiña un ojo y yo quiero golpear su cara por permitirle a Jeremy estar junto a Henry.
-Te amo - Dave me beso la cabeza y salió de la casa.
Henry y yo nos examinamos un poco. El débil y yo más impotente que nunca, ansiosa porque se vaya.
-Ahora es rubio -Dijo señalando mi cabello.
Lo teñí después de que naciera Jeremy. Vida nueva, cabello nuevo... Bueno, no era así, pero me gustaba pensar que las cosas cambiaran para mi rápido.
-Sí.
-¿Dejaste la universidad?
-Sí.
-¿Trabajas?
-Si
-Eres madre -No pregunto, estaba afirmándolo.
-Sí.
-¿Vas a decir otra cosa? -Dice ya irritado. Veo en sus ojos las ganas de arrojar algo.
«Tranquilo, imbécil. No eres el único que quiere arrojar algo. Aunque la diferencia es que quiero arrojarlo directo a tu cabeza.»
-¿Qué haces aquí? -Hago la única pregunta que me interesa. Él se ríe amargamente y me mira serio.
-Esperara que me dijeras su edad, o al menos una explicación de algo, pero ya que no me dirás nada por ti sola, voy a preguntar ¿Qué edad tiene, Anna? -Da un paso más cerca y yo tres más lejos.
Esa es la pregunta que no quería responder.
-Tiene tres -Mentí.
-No, a mí no me mientas. Es mayor que eso y se nota -Dos pasos cerca, tres lejos.
«Mierda.»
-No es de tu incumbencia -Dije y miré a mis pies, sabiendo que esta conversación no terminara aquí.
Odiaba saber que lo tenía cerca, que estaba en mi espacio, que compartía mi mismo aire. Odiaba saber que estaba aquí.
Él para de acercarse y pasa las manos por su pelo, al tenerlo más largo, arrastra cada cabello por entremedio de sus dedos.
-¿Es mío? -Sus ojos lo muestran susceptible. Bajo demasiado la guardia y me doy cuenta de que tiene miedo de la respuesta.
-No. Es mío. No tuyo -Respondí apretando los dientes.
-Anna, es la última vez que te lo pregunto sin hacer un puto escándalo. ¿Qué edad tiene?
Ahora el que aprieta los dientes es él y está cabreado. No cambió mucho la forma en la que reacciona al tener este tipo de emociones, me sorprende que no haya roto algo ya.
Jeremy está dormido y no necesito más problemas. Él no puede saber esto... es mi bebé y prometí que no lo heriría nadie. Que sería un niño feliz, con una madre que lo quiere y lo ama. Y no necesito que este imbécil venga y trate de arruinar su vida, como hizo con la mía.
-Cinco -Me limité a decir e instantáneamente mis ojos fueron hacia la puerta de Jeremy. Esperando que no salga a ver con quien estoy hablando o para ver si desperté.
-¿Jeremy, es mío cierto? -Volví a ver a Henry. Estaba pálido y apoyado sobre la pared que estaba del otro lado del cuarto.
-Perdiste cualquier derecho sobre mi hijo cuando te fuiste. Es mi hijo. Yo soy su madre y su padre. Tú nunca serás ni eres nada para él.
Me pare firme y le tire dagas con los ojos.
-Yo no sabía... -Empieza a decir y mi autocontrol se va a la mierda.
-¡PUES TAL VEZ SI NO TE HUBIERAS IDO LO SABRÍAS! ¡ME DEJASTE CON ESTO A Mí SOLA! ¡ERA SOLO UNA NIÑA! ¡ESTABA ASUSTADA! ¡NO TENÍA A NADIE! ¡A NADIE MALDICIÓN! -Grite histérica.
Hace mucho tiempo no grito... Hace mucho tiempo mis ojos no se sienten empañados... Hace mucho tiempo no siento que estoy a punto de hacerme trizas... Hace mucho tiempo no siento la necesidad de tocar a alguien tanto...
La lágrima que corre por la mejilla de Henry, hace que sienta ganas de vomitar.
-¿Mami? ¿Por qué gritas? -La voz de Jeremy suena detrás de mí. Está llorando y siento como se me parte el alma. Él jamás me escuchó gritar en su vida y prometí que jamás le gritaría.
Camine rápido hacia él y lo levanté en mis brazos. Apoya su cabeza en el hueco de mi cuello y empieza el llanto.
-Lo siento, mi cielo. Lo siento. El hombre ya se iba -Susurro en su oído y beso su cabeza.
Al instante Jeremy, levanta su cabeza para mirarme a mí y a Henry, deja de llorar y niega muchas veces con la cabeza.
-No, Henry juega conmigo -Me dice haciendo puchero.
Tiene problemas al decir palabras con prenunciar las r, así que suena sumamente tierno cuando nombra a Henry.
-Pues, Henry ya se tiene que ir, mi amor. Volverá de donde vino -Mire por el rabillo de mi ojo a Henry como advirtiéndole que no diga nada.
-No quiero que se vaya -Impone Jeremy ahora más serio
«Vamos, rómpeme un poco más hijo. Eres buen aliado»
-No es como tú quieres, Jeremy. Es como debe ser -Le respondo seca. Me lastimo de varias formas que me dijera que quería que se quedase. Él es el puto hombre que nos dejó a ambos-. Ahora vuelve a la cama.
-No tengo sueño -Entrecierra los ojos en mi dirección y me quedo perpleja mirándolo. Él nunca desobedece, ni contesta y jamás me miro de esa forma...
Se acerca a Henry y le pregunta si quiere seguir jugando a su nuevo juguete de carreras. Henry se agacha a la altura de Jeremy y las ganas de apartarlo lo más que pueda de él son demasiadas... pero no pueden ser tan parecidos, ¡maldición!
-Hey, amigo. Yo no me iré, de hecho me verás bastante seguido a partir de ahora, pero tu mamá se siente mal y quiere descansar. Ve a dormir y mañana jugaremos todo lo que tú quieras
-O no, eso no va a pasar -Farfulle acercándome peligrosamente a Henry.
Jeremy asiente muchas veces con la cabeza y choca los puños con Henry. Luego abraza mis piernas y se va corriendo a su cuarto.
-Te irás. Ahora mismo -Brame y golpee mis manos en su pecho. Empujándolo para atrás.
Bueno, aunque fue un golpe y fue solo un segundo, mis manos empezaron a temblar por sentir mis manos en su cuerpo.
-¿Sabes que no me iré, verdad? ¡Pelearé por esto! -Ruge y mi piel se pone de gallina.