/0/9385/coverbig.jpg?v=ba2ef1cd75716b1ffadd9df2bbd30014)
Estos gritos. Este tipo de situaciones me recuerdan a esas noches en su departamento. Peleando. Gritando. ¿Cómo pude ser feliz allí?
-¿Pelearás por lo que dejaste? No puedes pelear por algo que no es tuyo -Más cínica imposible. Mi voz sale cargada de ira, bronca y asco. Soy consciente de ello y me encanta.
-¡No sabía que existía!
-No dejaré que tengas a mi hijo -Replique
-No te estoy preguntando, Anna. Es mío y lo quiero -Dice y señala la puerta de Jeremy.
Me separé de él y pase mis manos por mi pelo, lo tiré un poco y volví a hablar.
-¿Sabes que no es un juguete, cierto? Es un niño con sentimientos. Espera lo olvide. Eso es lo que tú buscas, los sentimientos de las personas, para luego destrozarlos. No dejaré que le hagas a mi hijo lo mismo que me hiciste a mí. Me trataste como un juguete y luego me tiraste.
-¡No es eso lo que pasó! -Exclamó con dolor.
Si es eso lo que pasó. Me dejo. Me engaño y lastimó. Se fue con su hermanito y se olvidó de la chica que lo amaba con locura en el apartamento.
-Vete -Señale la puerta y él negó con la cabeza sonriendo.
-Voy a pelear por él, Anna.
-Perderás.
-¡Es mi hijo maldición! -Se acercó a mí y como un reflejo tonto, me acerque aún más. Diciéndole que no le tengo miedo, pero en realidad fue otro tipo de reflejo. Uno que no sentí hace mucho tiempo
-Estuviste cinco años fuera de su vida.
-¿Qué parte no entiendes? ¡No sabía que existía!
-¡NO USASTE CONDÓN! Pudiste llamar a Alison y preguntarle si tenía síntomas de algo, pudiste verme salir de tu apartamento, directo a la universidad con una barriga enorme. Estuve cuatro meses esperando allí. Trabaje para alimentarme. Te busqué por todos lados para decirte que íbamos a tener un hijo, que no me dejaras sola en esto. Pero te importo una mierda y ahora me da igual si te atropella un camión, nadie llorará tu pérdida.
-Sabes que eso no es verdad -Parece como si le hubiera dado un golpe contundente en la cabeza, porque se tira para atrás con la cabeza gacha, como si lo hubiera herido en pleno campo de batalla y ahora tiene que ir a curarse las heridas.
-Nunca dije algo tan cierto en mi vida.
-Fui un idiota, lo sé, pero...
-La idiota fui yo por quedarme después de todas nuestras peleas. Idiota fue quedarme después de que me hicieras pasar noches horrorosas llenas de llanto y desesperación. Idiota fui yo por seguir a tu lado después de que me trataras como mierda. Idiota fui yo por creer qué cambiarias. Idiota fui yo por creer en tus "Te amo"
-Todos y cada uno fueron ciertos -Me miro serio y casi le creo, pero menos mal que ya no soy esa idiota.
-Tú no me querías, si lo hubieras hecho, no me habrías destruido. Ahora me das igual. Ya no te quiero.
-Sabes perfectamente que lo haces, Anna.
Ahora recuperó su confianza y se acerca lenta y sigilosamente. Ya sé a donde quiere llegar. Viejo gato no cambia sus trucos.
¿Piensa que lo sigo queriendo? Ni loca.
-¿Por qué me haces esto? Soy feliz. Te olvidé, Henry. ¡YA NO TE QUIERO!
-Cierra la boca -Un balazo directo a su pecho. Sé que le duelen mis palabras y se siente bien que lo hagan
-Vete. Sal de mi vida de una vez por todas -Seguí diciendo. Segundo balazo.
-Yo puedo irme, pero una parte de mí siempre estaría contigo, tiene mis ojos, mi cabello, mi recuerdo. Sé por eso que no me olvidaste.
Ahora está a centímetros de mí y ya no tengo nada más que decirle, excepto que se retire de mi espacio
-Aléjate de mí -Digo, pero él hace caso omiso a mi pedido
-¿Por qué? -Está a solo un paso de mí, pero no lo da. De hecho aproxima su mano a mi pecho y mis piernas se hacen gelatina.-. Tu corazón late bastante rápido, Anna. ¿Eso te pasa con él? -Murmura cerca de mi cara.
Su aliento en su cara provoca una sensación extraña y familiar en mi vientre.
-Mi corazón late así porque no quiero que te me acerques -Consigo decir.
-Sigue diciéndote eso a ti misma. Sientes algo por mí todavía y lo sabes -Respondió acercando su cara a la mía
-No, ni siquiera siento asco por ti. Nada. -Afirmo más para mí que para él. Cierro mis ojos, respiro profundamente y saco todo el aire de mis pulmones, tratando de tranquilizar mi pulso.
-Eso lo veremos -Dice y se aleja.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Tu novio como idiota me invitó a cenar mañana a la noche. ¿Tu madre por lo que tengo entendido se fue de viaje con su esposo, cierto? No habrá problema.
-Cuando le cuente quién eres lo habrá.
-¿Se lo contarás?
No, no lo haré ni loca. Dave no puede saber que estuve con mi exjefe ni de coña.
-Eso pensé -dice con aire de suficiencia
-Henry, por favor. Vuelve por donde viniste. Déjame en paz -Cierro mis ojos y por un momento pienso que va a aceptar y dejarme en paz, pero solo fue un momento
-Anna, ese niño es mío. Quiero conocerlo. En un tiempo sabrá que soy su padre. Y tú volverás conmigo. Eres mía por derecho eterno.
-Estás enfermo.
-Piensa lo que quieras, pero eso pasara.
-Henry, ya no te amo.
-Vas a amarme de nuevo.
-¡Tú me dejaste! ¡Ya no me querías! ¡Yo tampoco lo hago, ya! ¿Quién te crees que eres? ¿Tratas de hacer que te odie?
-Tal vez sí. Del amor al odio hay un paso.
Y cruzó la puerta dejándome con ganas de tirarle el jarrón que estaba en la mesita de café en la puta cabeza.