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Estamos terminando la secundaria. Al fin vacaciones, hace cuanto espero esto. Lo malo que mis compañeros toman decisiones diferentes y ya no estaremos todos juntos.
Tengo un buen grupo de clase y ni hablar que esta mi mejor amiga, Juana, la considero como mi hermana. Decidimos juntas no estudiar este año solamente trabajar y divertirnos. Nuestros padres pegaron el grito al cielo, pero nos entendieron. Les pareció buena idea del trabajo, no quieren que estemos un año completo sin hacer nada, además si seria así me volvería loca. Conseguimos trabajos como meseras en un lujoso restaurante, la ciudad en donde vivo es pequeño así que no hay muchas opciones, pero tuvimos suerte de conseguirlo. Gracias a mi padre que heredó una fortuna de su tía, aclaremos que es importante era soltera sin hijos estudió, trabajó y ahorró. Mi papá era el favorito de ella. Sabe que su sobrino no le interesa tener mucha plata, es humilde y sabe lo que es el hambre y trabajar bajo los rayos del sol, la lluvia y el frio.
Si lo sé tuvimos mucha suerte pero no quita que yo también no luche por lo que quiero y sepa lo que es el trabajo.
David está en otra aula. Repitió un año para que los tres sigamos juntos. Sus padres lo quisieron matar pero ya no podían hacer nada.
-Falta poco amiga para irnos de esta prisión- aplaude suave y sonriente.
-¡Si al fin! Pero igual voy a extrañar la escuela... tuvimos tantas fiestas en distintas casas, en el lago, en los boliches...- me pongo nostálgica de pensar en los buenos momentos y en los que tampoco me acuerdo por la borrachera.
-No podes ponerte así. No te olvides que falta el ultimo baile... aun que no me gusta la idea de que sea con mascaras. Quien habrá sido el idiota que lo propuso y peor aún no entiendo porque la mayoría acepto.- se muestra molesta- En fin... es nuestro último baile de la escuela con todos nuestros compañeros hay que vestirnos bien perras.- se ríe y me guiña el ojo.
Me rio de su comentario. Y el día transcurre normal.
Los profesores quieren hacernos una despedida ya que es tradición en las escuelas. Nos compran pizzas, panchos y hacen choripanes.
Mis compañeros pusieron música y empezamos a bailar. Mientras tomamos vodka y los profesores confiados de que era gaseosa, pero sí lo era solo que le añadimos algo de diversión extra.
Juana, David y yo nos divertíamos, y lo que menos imaginaba el chico más popular de nuestra clase se estaba acercando donde estábamos.
-Hola Natalia, quería saber si después de la despedida podíamos ir a dar una vuelta en mi moto, tengo un casco extra... que de ser sincero lo traje para irnos los dos juntos.- su sonrisa es perfecta. Ojos claros siendo morocho, es grande de contextura y un poco más alto que yo. Su forma de hablar es tan seductora.
-Dale sí, no hay que desperdiciar la oportunidad que tienes un casco extra.- trate de parecer lo más relajada, aunque por dentro estaba que saltaba de alegría.
-Genial nos vemos en la salida.- me guiña y se va.
-¡Por dios! Natalia el bombonazo de Julián te pidió una cita... ¡me caigo y me levanto! Qué suerte que tienes.- su cara es de felicidad y sorpresa al igual que la mía.
-¡SI! ¡Estoy tan contenta! Qué bueno que vine por poco le digo que no a mis padres... esto si se puso emocionante.- aplaudo y salto. Me acuerdo que me puede ver y paro y me pongo en modo seria de vuelta.
David no dijo nada solo siguió tomando y bailando.
-¿Ya saben que van a ponerse para la recepción? Yo estoy entre dos opciones... entre el rojo o beige.- me dirijo hacia David.- ¿Y vos pudiste recoger el traje de la casa de alquileres?
-Mm... no... pero dentro de estos días tengo que ir tienen que lavarlo.- su cara es de serio y molesto.- Me tengo que ir.- se aleja. No entiendo que le ocurre si estábamos bien.
-¿Y ahora que le pasa? Estábamos bailando y ya se va...- mi cara de indignación es evidente.
-No se, viste que se pone en modo protector... sabes que te ve como una hermana.- se encoje de hombros- Bueno... vamos a lo importante que le decimos a tus padres para que te dejen ir con Julián.- me mira curiosa y con cara de que se está armando un plan.
-¡Si que estas en todas amiga!- me rio.
-Obvio ese primor no te lo vas a perder, además quizás es la última vez que lo veas. Escuche que su familia lo va a mandar a la armada... ya que todos tienen algún rango dentro de ejercito.- se toma su vodka y se lo termina.
-Bueno con mas razón tengo que aprovechar esta oportunidad...- pienso que puedo hacer con mis padres.
-¿Te van a buscar? Porque si no le podes decir que te vas conmigo en mi auto.- mientras se sirve otro trago de gaseosa con vodka.- Yo creo que no te pueden decir que no...- me mira y se toma otro sorbo.
-Ni loca puedo hacer eso...- la miro preocupada, no la veo para que maneje sola.- Si sigues tomando así no me vas a dejar otra opción y tendré que llevarte a tu casa.- miro a los profesores que al parecer están sospechando que si hay alcohol en las bebidas- Van hacer que nos descubran, están tomando mucho.- miro a mis demás compañeros. Algunos ya están riéndose por todo, otros caminan raro, y algunos, que asco están vomitando.
-Quédate... tranquila... Nati... que está todo bien.- arrastra las palabras y se ríe.
-Bien... gracias por apoyarme mejor amiga... no puedo dejarte así.- pienso en el bombonazo y que no podre irme con él, quizás esta igual que todos los demás.
-Te quedas acá quieta que voy a buscar nuestros abrigos y tu cartera.- me aseguro que se queda sentada, se ríe de los que se están cayendo por la borrachera, me dirijo al salón donde están las pertenencias de todo el curso.
Me voy lo más rápido posible a buscar las cosas de Juana, mientras envió mensaje a los padres de ella que se queda en mi casa a dormir. Su respuesta es de que está todo bien, saben que soy responsable y siempre me agradecen porque cuido a su hija.
Encuentro lo que necesito y al darme la vuelta está el bombonazo de toda la escuela.
-Hola. ¿Estás lista para irnos?- por su mirada se lo notaba ansioso.
-Lo siento un montón Diego... pero a Juana le pego fuerte el wisky cola así que tengo que conducir su auto y llevarla a mi casa... no puede volver a la suya...- pienso cobrárselo- No puedo dejarla sola. Es mi mejor amiga.
-Entiendo no hay problema...- su cara es de tristeza- Entonces bueno, suerte con lo que hayas elegido para tu futuro.- me sonríe, se da media vuelta y se va.
Vi una cara de tristeza, realmente quería verme a la salida. Estoy por salir del salón y lo veo de nuevo a Diego.
-Perdóname Natalia pero te quiero decir algo.- está ansioso y nervioso.- Quiero decirte... y es la razón por la que no te invito para otro día.
-Sí que pasa... ¿Estás bien?- mi intriga creció pero también mi preocupación, jamás lo vi así.
-No voy a estar por muchos años... Mi familia tiene una tradición y profesión que paso de generación a generación... y es ir al ejercito.- se lo ve decidido.
-Si escuche algunos rumores... pero se ve que no es lo que quieres. Se nota en tus ojos. Y además en educación física siempre estas entusiasmado, no como en otras clases.- le sonrío pero me quiero morir porque deje en evidencia que lo observo continuamente. Tranquila no creo que se de cuenta.
-Como me conoces, cuando después de todos los años en la escuela, es la primera vez que tenemos una conversación de más de cinco minutos.- sonríe mientras se mueve sobre el mismo lugar.
-Es que soy buena analizando el comportamiento de la gente...- espero que eso sirva, no puedo delatarme en este ultimo día, no lo voy a ver más.
Me mira como estudiándome.
-Bien... y si te digo que podes leerme para que descifres mi numero de celular... ¿Podes hacerlo?- su mirada es muy provocativa. Y esos hoyuelos son hermosos.
-Quédate tranquilo que ya lo tengo.- hago caso omiso a su insinuación. Lo miro sonriendo como una niña inocente. Pero si me encantaría besarlo.
-Wow... No sabía que sos de tener todo bajo la manga...- se empieza acercar cada vez mas al punto de terminar con mi espacio personal. Siento como la atracción se empieza a intensificar.
-Si... Porque mejor no nos...- vuelvo a la realidad que si no fuera por Juana ahora mismo me lo estaría comiendo a este galán. Me empiezo a alejar un poco del adonis, se estaba acercando demasiado y en cualquier momento me lo termino comiendo sobre la única mesa que hay en este maldito salón.- Mejor nos volvemos, tengo que buscar a Juana, antes que los profesores se den cuenta del alcohol en las gaseosas.
Su cara lo dice todo, quería algo más que una bofetada de rechazo. No voy a negarlo, realmente quería estar con él en esta noche, pero no puedo dejar sola a Juana, ni loca la dejo a su suerte.
-Bien... tienes razón, volvamos.- me agarra de la mano, me de un beso en la mejilla y sonreímos como tontos.
Mi corazón latía a mil, no sé si es porque las hormonas están muy locas o porque este hombre produce sensaciones que hace mucho tiempo no tengo, no me acuerdo cuando, pero sé que las tuve o fueron similares.
Nos dirigíamos hacia el patio. Y nos encontramos con policías. Me entre a desesperar por Juana que no la veo por ningún lado.
-Ayúdame por favor a encontrar a Juana... no sé si huyo al ver a la policía o está en algún patrullero, si salimos de seguro no nos dejan entrar.- lo miro a Diego desesperada, estoy súper preocupada.
-Si quédate tranquila, cualquier cosa te llamo.
Y como si fuera de película antes de separarnos, a buscar a mi mejor amiga, me da un beso tan apasionante que me saca todo el aire. Su lengua entro con desesperación y yo como una tonta enamorada lo deje, aunque ni siquiera quería hacerme la difícil, es un beso tan esperado por mí. Pero la conexión se interrumpió. Alguien me toca el hombro, y realmente quería asesinar a esa persona, me doy la vuelta y es David. Su expresión era de sorpresa, preocupación y molestia.
-Al fin te encuentro Natalia.- por su tono de voz se notaba que se estaba conteniendo a sus emociones.
-David... al fin apareces. ¿La viste a Juana?- le hablo agitada, ese hombre si que me saco hasta los pulmones.
-No creí que estaba con vos, por eso las estuve buscando. Aun que veo que no estás sola.... Ni tampoco bien acompañada.- su cara era de desprecio hacia Diego.
No podía permitirle que hable así de mi galán, y no es porque seamos pareja ni nada formal, pero aunque sea mi mejor amigo, David, no puede hablarle así a las personas y todo porque es muy sobre protector.
-Entiendo que estés preocupado por nosotras, pero tampoco hables así de Diego. Es una persona y tienes que hablarle con respeto.- lo miro demostrando mi seriedad.
-Vos tampoco lo conoces Natalia, no sabes nada de él. No lo defiendas cuando no sabes cómo es de persona.- se demuestra seguro de lo que me está diciendo.
-Mejor hablamos de esto después... Hay que buscar a Juana.- le hago un gesto que sabe que es para tranquilizarnos y no seguir discutiendo, lo haremos cuando estemos solos.
-Si tienes razón... voy hablar con algunos profesores, si la vieron y donde.- su cara ya es de preocupación.
-Bien... yo iré buscando por cada sector de la escuela... estaba ya ebria cuando me fui a buscar sus cosas... si no se fue se estará comiendo algún compañero.- pienso que esa es la primer opción.
Diego estaba al lado mío pero no emitió ni sonido en lo que David y yo organizábamos. No la conoce a Juana, bueno a mí tampoco, pero mi amiga le encanta hacerse la chica madura y mala que no es.
Al irse David ya me dirigí hacia mi galán.
-Bueno si quieres irte, hazlo... Y perdón por lo que paso con David, siempre es muy sobre protector con nosotras.- le sonrió para ver si estamos en son de paz.
-Claro preciosa, no pasa nada. Entiendo... están juntos desde que son niños, son los tres como hermanos.- me sonríe. Se acerca y me da un tierno beso.
Me besaba con tanta ternura que me dio algo de vergüenza, quería que me besara con salvajismo como hace no más de cinco minutos. Sus besos y caricias en mis mejillas sentía que me iba hasta el cielo volando despacio, como si estuviera subiendo por un elevador... No sé cómo expresar lo que siento.
-Te dejo a que sigas buscando a tu amiga...- su voz se entre corta.- ¿Nos podemos ver mañana? Antes que me vaya a Buenos Aires...- me agarra la cara y me sigue dando besos, parece que quiere convencerme.
-Si... no hace falta que me sigas besando para convencerme... porque claro que te veré.- mi corazón está por salir del pecho de la emoción.
-Si... lo siento... me quería asegurar... realmente me gustas. Y realmente me estoy arrepintiendo que no te hable en tantos años.- me deja de besar y me abraza.- Te quiero...- me susurra tan cerca de mi oreja, siento su calor, su respiración agitada y ese perfume tan característico de el.
Nos quedamos un rato más así. Me siguió besando subiendo y bajando la intensidad. Me acariciaba con ternura las mejillas y mi pelo, no voy a negar que hubiera una tensión sexual pero no podíamos hacer nada. Siendo sincera no quiero que mi primera vez en la escuela.
-No puedo creer que te tengo en mis brazos... parece un sueño.- me mira a los ojos y veo sinceridad en ellos.- Lo siento sueno muy cursi...- se sonroja.
En ese momento me pareció tan tierno, esos hoyuelos que me encanta, me dan ganas de abrazarlo tan fuerte.
-Me encanta que seas cursi... me gusta ver esta parte de vos. Me imagino que no muestras a todos, siempre te mostrabas el chico malo de la escuela.- le sonrió y le doy otro beso, pasando mis manos por encima de sus hombros acercándolo de nuevo.
Me sonríe y me abraza quedamos un buen rato así. Disfruto el momento, es una sensación extraña pero me encanta, quisiera estar así toda la noche.
Se tuvo que ir por una llamada. Y yo tengo que empezar a buscar a mi hermana no de sangre.
Decidí buscar por sectores. Ya fui a dos me faltaba uno.
Al acercarme escucho risas. Y me está invadiendo en las fosas nasales el olor a un hierba, tenia ganas de vomitar, pero escucho que la risa de Juana, ella estaba con estos drogadictos.
-¿Estás segura que no se va a dar cuenta?- miro escondida a la chica que habla y no lo podía creer quien era. Es del otro curso pero siempre se mostraba contenta, ayudaba a todos, nunca escuche rumor de que fumaba, ni siquiera escuche que tomo un vaso de alcohol.
-Obvio, yo se como manejarla... Desde chiquitas... siempre la maneje.- era Juana que se nota que esta ebria o capaz peor.
No entiendo de quien está hablando. Pero no me interesa, esta la policía y donde los atrapen yo también voy a estar en problemas. Decido salir de mi escondite.
-Al fin te encuentro Juana, vámonos que esta la policía con los profesores.- la miro y me acerco para levantarla.
-Tranquila... amiguita... que todo está bien...- habla muy lentamente, tiene un olor fuerte a porro y alcohol.
-Vamos loca...- le agarro del brazo y casi arrastrándola la saco de ahí. Realmente estoy súper molesta, no entiendo que hace acá. Nunca me dijo que fumaba esas porquerías, tampoco tiene un problema de salud para que lo haga.
Dejo mis pensamientos de lado y la llevo al baño. Saco de su mochila una remera, su perfume y el peine.
La cambio, le lavo la cara, la perfumo hasta los pies.
-Antes de salir por favor Juana, no digas nada. Yo voy a responder a todo.- la miro seria, con ganas de matarla. Donde nuestros padres saben de esto de seguro nos llevan a un internado.
-Si... mami...- se ríe de forma escandalosa.
-Chistosa... pero cállate.- estoy reconsiderando dejarla a su suerte, pero se que mi consciencia me mataría.- vamos camina, los profesores están con la policía.
Trato de pasar desapercibida, hay muchos policías, y los padres ya están llegando. Veo a mis compañeros ebrios y se ríen de la situación, algunos padres se enojan tanto que le pegan una cachetada a sus hijos. No estoy de acuerdo con eso pero no son mis hijos.
Por suerte llego a mi auto, la entro en el lado del acompañante, como puedo a mi amiga que a parte de ebria esta drogada. Jamás supe que consumía, no la conozco como creía, pero sigo acomodándola. Quiero llamar a David para avisarle que encontré a su hermana, aunque dudo decirle no estará al tanto que su hermana se droga.
Me acomodo para manejar, enciendo y alguien me golpea la ventana. No quiero mirar, rezo que no sea un policía. Para mi suerte es Diego que se ríe por mi susto y nerviosismo.
Bajo la ventana.
-Perdón si te asuste...- sigue con sus carcajadas. Se le marcan los hoyuelos.
-Si...- me pongo la mano en el pecho sintiendo mi corazón como golpea en mi tórax.- pensé que querían interrogarme...- de a poco me tranquilizo.
-Si lo supuse...- observa quien esta a mi lado.- parece que tu amiga esta en mundo paralelo.- por su mirada sabe que mi mejor amiga esta con sustancia en su sistema.
-Si.. por favor no le digas a nadie. La tengo que llevar a mi casa.- me siento una cómplice pero no la voy a delatar con su familia.- solo espero que no se sienta mal.
Hasta en ese momento Juana estaba recostada en el asiento, su cabeza apoyada en la ventana y no emitía sonido.
-Si... pero tengo que decirte que hace tiempo..- me mira con duda.- no se que tan amiga son... pero Juana hace meses que consume y en varios lugares la he visto.- me mira apenado.
No puedo creer que Juana este en ese mundo que nuestros padres siempre nos prohibieron. No se si David lo sabe, si lo supiera pegaría el grito al cielo, ¿No?
-Bueno eso lo hablare con ella luego... gracias igual por el dato...- le sonrío.- me tengo que ir, antes que los profesores llamen a nuestros padres.
-Si nos vemos mañana... quisiera verte antes de dejar la ciudad.- se sonroja.
Solo pude sonreír y asentí con la cabeza, quería gritar de felicidad pero me contuve, tengo que seguir mostrándome serena.
-Bueno... si. Mándame un mensaje.- aunque quisiera estar con él. Me acuerdo de mi amiga y reacciono, dirijo la mirada a ella y me esta mirando con los ojos inyectados en sangre, tiene una mirada siniestra.- Juana ¿estas bien?
-Quiero volver a la juntada.- empieza a tratar de sacarse el cinturón de seguridad.- esta mierda, no sale.- le cuesta hablar con claridad, se tambalea aunque este sentada.
-No podes Juana. Tenemos que irnos a casa. Esta la policía.- cada vez lucha mas para sacarse el cinturón.- nos vamos a ir.- empiezo a acelerar y levanto el pie de a poco del embriague.
-¡No, hago lo que yo quiero no eres mis padres!- empieza a luchar quiere agarrarme el volante.- ¡Vuelve perra a la escuela!- esta muy fuera de si.
-¡Cálmate, loca! ¡Vamos a chocar!- Empiezo a volantear por culpa de su impulso.
Empieza a buscar en los asientos traseros.
-¿Qué haces?- pude estabilizar el auto.
-Algo que tendría que haber hecho antes.- no era ella, se había transformado, su rostro era irreconocible.
Agarro su mochila y se acomoda en el asiento, busca algo en su mochila. Abro los ojos al ver que tiene un arma.
-Juana... ¿como tienes eso?.- siento un gran escalofrío. Mi instinto es parar el auto y salir corriendo. Pero no me daría el tiempo que ya me dispara. Decido hacer algo mas arriesgado.
-Vas a tener una muerte miserable... no será perfecta como tu vida...- sonríe con tanta malicia.
Su intención es matarme sin piedad, decido arriesgarme. Acelero con todo.
-¿Qué haces? ¿La adrenalina te gusta?- sonrie con satisfaccion.
La miro sin importarme el camino.
-No tanto como a vos inhalar...- le sonrio con la misma maldad.
-Hija de p...-
No se que ocurre, la paz me inunda.