Capítulo 3 Una reunión inesperada

Daniel y su familia llegaron al puerto de Miami con entusiasmo para abordar el crucero que les llevaría a un emocionante viaje por el Caribe. Luego de un año lleno de trabajo, por fin se decidió tomar un descanso, aunque él les pidió a sus padres que lo acompañaran al crucero, ellos le dijeron que lo mejor sería que se fuera solo y durante su ausencia, su padre se encargaría de la empresa. Daniel se sentía abrumado por la cantidad de responsabilidades que tenía en su vida.

Y es por eso que decidió continuar con el plan que tenía para sus vacaciones, a pesar de que sus padres no lo quisieron acompañar.

Como un hombre de negocios exitoso, Daniel estaba acostumbrado a estar siempre ocupado, tomando decisiones importantes y resolviendo problemas. Pero en ese momento, se dio cuenta de que anhelaba un escape de todo eso. Quería alejarse de su trabajo y su vida cotidiana y simplemente relajarse. Para su buena suerte, sus padres siempre lo han apoyado en cada una de sus decisiones y es así como por fin tomo el valor a irse y dejar por algunos meses la empresa.

Luego de dejar su equipaje en la suite, Daniel decidió dar un recorrido por el barco. Mientras caminaba por el barco, Daniel se detuvo en la cubierta y miró hacia el horizonte. Se sintió abrumado por la inmensidad del mar y se preguntó cómo sería dejar todo atrás y simplemente desaparecer. Esa noche, después de una cena deliciosa en uno de los restaurantes a bordo, Daniel se retiró a su suite de lujo. Él decidió tomar un baño en la bañera de hidromasaje privada de su suite. Mientras disfrutaba del agua caliente y las burbujas, Daniel cerró los ojos y dejó que su mente se alejara de todas sus responsabilidades. Se imaginó flotando en el mar, libre de preocupaciones y estrés. Fue entonces cuando se dio cuenta de que quería aprovechar al máximo su tiempo en el crucero y encontrar una forma de liberarse de sus responsabilidades.

Al día siguiente, Daniel se despertó temprano y decidió tomar una clase de yoga en la cubierta. Fue una experiencia liberadora, y se sintió como si estuviera empezando a dejar atrás sus preocupaciones y a encontrar un poco de paz interior.

Mientras continuaba explorando el barco, Daniel también comenzó a conocer a otros pasajeros. Conoció a una pareja de jubilados que habían vendido todo lo que tenían para viajar por el mundo, y a una joven aventurera que había estado viviendo en una camioneta y viajando por América Latina.

A medida que Daniel se abría más a las experiencias del crucero, se dio cuenta de que había estado viviendo su vida de manera demasiado segura y estructurada. Se sintió inspirado por las historias de los demás pasajeros y comenzó a darse cuenta de que era hora de hacer algunos cambios en su vida.

Mientras tanto, Emma sigue disfrutando de su vida en el crucero y está emocionada por los nuevos desafíos que la esperan. Un día, mientras camina por la cubierta del barco, se encuentra con una persona que para ella fue alguien importante en su pasado, Daniel.

Ambos se sorprenden al verse de nuevo después de tanto tiempo. Daniel y Emma habían sido compañeros de clase en la escuela secundaria, pero no se habían visto desde entonces. Sus vidas se separaron cuando fue hora de ir a la universidad, cada uno decidió ir a universidades diferentes, debido a que las carreras que estudiaron eran completamente diferentes.

-¿Emma?

-Daniel, que gusto me da verte -le dijo mientras le daba un fuerte abrazo.

-Lo mismo digo, tenía años sin verte, me da gusto. Cuéntame ¿Cómo has estado? ¿Qué has hecho todo este tiempo?

Emma comenzó a contarle a Daniel sobre todo lo que había sucedido en su vida desde el momento en que se dejaron de ver. Ella le comento que se encontraba trabajando en el barco. Él se emocionó al enterarse de que parte de su trabajo era disfrutar de las atracciones del lugar, mientras tomaba fotografías.

-Eso quiere decir que podrás trabajar, mientras me acompañas a conocer las atracciones con las que cuenta este crucero.

-Eso puede ser posible, aunque no sé si el jefe de personal verá a bien que me vea contigo todo el tiempo.

-Puedo alejarme un poco de vez en cuando para disimular.

Ese comentario hizo reír a Emma, aunque no estaba muy convencida de hacer lo que Daniel le estaba proponiendo, termino aceptando. La realidad era que Daniel fue su gran amor durante el tiempo de la secundaria y le costó mucho el hecho de aceptar que no se volverían a ver luego de que se fueron a la universidad.

-Aceptaré tu propuesta, pero quiero dejar algo en claro, si me llegan a regañar no volveré a encontrarme contigo hasta que lleguemos de regreso a casa.

-Acepto -le dijo Daniel, convencido de que si algo como eso llegará a suceder, encontraría la manera de seguirla viendo.

Después de ponerse al día, Daniel confía en Emma sobre sus luchas personales y la presión que siente en su trabajo y vida familiar. Daniel le comentó a ella, que está feliz de sentir el apoyo de sus padres, pero al mismo tiempo ese apoyo y confianza, solo lo hace sentir aún más presionado, para ir haciendo crecer más la empresa de su padre. Emma lo escucha con atención y empatía, recordando sus propios momentos de estrés en su vida. Juntos, pasan el día explorando el barco y compartiendo risas y recuerdos del pasado. Ella se sentía tan cómoda con él. Sus sentimientos del pasado estaban regresando a ella.

Mientras tanto, Miguel comienza a notar la nueva amistad de Emma con Daniel y se siente un poco celoso. Desde que ella llegó al barco, no la había visto tan cercana y sonriente con ningún pasajero o miembro de la tripulación, como la veía con Daniel. Miguel, comienza a preguntarse si Emma está interesada en Daniel y se siente inseguro acerca de su propia conexión con ella.

                         

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