-Listo -informa, Karina, acercándose a mí, se sienta en mis piernas y comienza a besarme-. Te amo tío -sé que lo hace porque me quiere convencer de apadrinar a su amiga, "es una chantajista de lo peor", ¿¡cómo negarle algo si yo nunca tendré hijos!?, ella es mi niña y lo que a ella le hace feliz, a mi también. El problema de esto está en que no quiero parecer un viejo verde con una niña de la edad de mi sobrina. Siempre he estado en contra de todo esto y ahora conozco a una amiga de mi sobrina que desde la primera vez que la miré, puso mi mundo de cabeza.
"Acaso existe el amor a primera vista".
Quizá sea mi edad; quizá me está llegando la andropausia y eso me está volviendo un viejo verde. Pensar en todo eso me da mucho dolor de cabeza y muchas ganas de ir con un psicólogo.
-Yo también te amo -le digo sonriéndole, aunque esa sonrisa quede tan solo en mi interior, por fuera, inexpresivo como un robot.
-¿Vas a apadrinar a mi amiga? -me pregunta y yo veo a Nairobi estudiando, creo que no nos está poniendo atención.
-Estás más interesada que ella -dijo, alzando un poco la voz, para que me escuche y logró lo que me propuse, porque levantó la mirada y una vez más pude apreciar esa hermosa mirada, solo que ahora me desconcentra, ya que a diferencia de cuando estábamos en el comedor, ahora me mira de una manera neutra, no se... quizá esta cansada de la insistencia de Karina hacia mi.
-Es que no me gusta humillarme -habla, Nairobi, mirándome fijamente a los ojos-, si me quisiera ayudar ya lo hubiera hecho, pero está haciendo que su sobrina le suplique y yo no hago eso, no necesito la ayuda de un hombre, estudiare y saldré adelante con o sin su ayuda -lo que ha dicho me ha descolocado, no sé qué decirle. Me ha hecho sentir como si quisiera sentirme superior, no sé pero me siento apenado y odio tanto no poder demostrar lo que siento, quizás por eso estoy solo; ¿cómo decirle que las cosas no son como ella las piensa? ¿Cómo decirle que si me niego es porque ella me gusta demasiado y no quiero pecar? Pero sobre todo lo que siento, me ha demostrado su carácter y dignidad.
-¡Ay! ¿Por qué eres así? -exclama, mi sobrina-. Lo que sucede con mi tío es que no quiere ser tu padrino, por qué tiene miedo no aguantar y comerte en cuanto estén a solas -no se como Karina lo supo pero acertó, es verdad y que bueno que no fui yo quien lo dijo, por su parte la bella Nairobi tiene su rostro color rosa, llegando al rojo, eso me provoca ganas de reír que tan solo quedan en mi interior, aunque por fuera no se note.
-Tienes razón -responde, Nairobi-; perdón, se me olvidaba que los hombres son débiles y fáciles, no tienen dignidad -¿¡qué ha dicho!? Estoy enojado y descolocado, me ha dejado sin palabras, no sé que decirle. Karina empieza a reír y reír; Nairobi continúa estudiando y yo mejor me quedo callado, no sé qué más decir o cómo actuar.
Jamás, nunca en mi vida me había sentido así. Ella tiene el poder se dejarme callado, descolocado y sin palabras para defenderme. Ni siquiera en los negocios me ha pasado. Ella me ha ofendido, me ha dicho indigno y fácil, débil y yo sin saber cómo defenderme.
Nairobi
Terminamos de estudiar antes de lo pensado, debo admitir que el tío de mi amiga es muy inteligente, "no lo negaré". Gracias a él, acabamos rápido de hacer el trabajo, aparte de eso, nos dio unas técnicas para usar en matemáticas y física. Es muy guapo el maldito viejo, pero tal parece está acostumbrado a que Karina le llore y solo así cede, cosa que me tiene molesta, él por sentirse superior y ella por suplicarle tanto.
-No quiero que le sigas pidiendo a tu tío ayuda para mí -pido a Karina, ya cuando quedamos solas, pues el tío por fin se ha ido-. Estaré bien, siempre hay soluciones.
-Y si buscamos un Sugar Daddy de verdad -propone Karina, a lo que pienso que es un demonio que no se da por vencido hasta salirse con la suya.
-No está mal la idea -le sonrió con picardía.
Hablamos un poco, luego debía ir a trabajar un par de horas donde doña María, así que me despedí de Karina y subí a mi viejo auto chatarra pero que nunca me falla.
Al día siguiente, entregamos el trabajo, "salió excelente" ¡como siempre! Luego de eso, como todos los días terminé en mi trabajo y ahí estaba yo, limpiando meses y pensando en que ya se habían acabado las clases, el último día fue hoy y eso me preocupa, porque mientras que para Karina es un día más de vacaciones, para mi, es un día menos sin encontrar soluciones a mis asuntos.
Jamás voy a entender una cosa: ¿por qué piden personal de veinticinco años en adelante, con tres años de experiencia o más? ¿Cómo obtener experiencia si no me dan la oportunidad? ¡ajá! Y nosotros los jóvenes que no tenemos padres ni recursos económicos, ¿por qué tenemos que esperar a tener veinticinco, por qué nadie quiere gente de dieciocho o diecinueve años? A mi parecer es injusto.
Veo a doña Maria hacer cuentas detenidamente y pienso que me encanta trabajar aquí, si tan solo me pagará más, yo fuera feliz, pero la entiendo, yo que trabajo aquí, veo la entrada de dinero y los gastos, se perfectamente que tan solo puede pagar el mínimo que la ley exige, así que la comprendo y no la dejo de admirar por como lucha día con día para que este negocio no caiga.
-Mañana iré a cotizar universidades -le digo a mi amiga que ha venido a verme al trabajo y también me echa una mano, cosa que siempre lo ha hecho, tanto que muchos de los clientes, la conocen a ella también.
-La maestra va a estar en la UDP -responde-. Se suponía que íbamos a estar ahí juntas; ahí estudió mi mamá, tú mamá, lo haré yo y quiero que lo hagas tú.
-No amiga. Yo buscaré algo más barato o público -digo, sintiéndome triste pero resignada y decidida-. Hay muchos abogados y médicos muy buenos que salen de esas escuelas públicas.
-No, busquemos un Daddy, yo le dije a mi tío como primera opción pero hay muchos hombres adultos que ayudan a las universitarias que son mayores de edad, estudiosas y trabajadoras así como tú -Karina intenta convencerme; sé que muchas chicas terminan sus estudios de esa manera y son grandes personas y llegan a ser, las que más aportan a la sociedad y en realidad no escucho mala la idea; pienso que no es algo de avergonzarse que un hombre mayor te apadrina la Universidad pero hay algo que no sé... es que estar pidiéndole a un hombre o dependiendo de él, como que no es mi estilo. ¿Y si quiero tener novio y no le gusta la idea y deja de ayudarme? Creo que solo aceptaría como trabajadora, si me ofrecen un mejor empleo, siento que dándome trabajo sería la mejor forma de ayudarme y la más correcta. Un hombre que me ayude dándome empleo, es un hombre bueno, "eso lo sé".
-Está bien, te doy un mes -aceptó y ella se puso feliz-. Si en un mes no me consigues un padrino guapo, busco otra universidad más barata -Karina da un asentimiento de cabeza repetidas veces y de una manera eufórica mostrando su felicidad.
La dejaré que busque, pero siempre pondré las condiciones de un contrato laboral o que simplemente me paguen la universidad a cambio de mis buenas notas, cosa que lo dudo que alguien acepte, porque si algo tengo entendido es que los hombres ayudan esperando sexo a cambio, así que seguiré buscando empleo y si sale algún padrino, le diré que si quiere ayudar, que me de trabajo; ya si se me antoja, me lo como, pero me lo comería por antojo y no por obligación.
"Camilo se me antoja y mucho, lastima que sea tan de pierda".