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- Mamá, gustavo (Mmmm) juan y yo hemos tomado la decisión de vivir juntos.
- ¡pero que carajo.! - exclamo gustavo-
Ana te das cuenta de lo que has dicho, ¿vivir juntos? O es acaso que escuche mal y quisiste decir que te propuso matrimonio.
- No gustavo, hemos decidido vivir juntos para reunir el dinero y casarnos.
- i Valla como está la vida de cabeza ahora! que primero viven juntos y después se casan, sé que no eres mi hija, pero te he dado una educación adecuada no es así.
El ejemplo que te he dado no ha sido vivir de esta manera. Porque solo vivir juntos y no casarse y formar un hogar como Dios manda.
- Al parecer si te hizo falta mano dura con ella. – exclamo la madre de Ana - Siempre te dije que tratarla de manera tan frágil no ayudaría a que te respete como debe de ser. Ana, no recuerdo haberte dado permisos que tengas novio. Te has visto con ese muchacho sin nuestro permiso y ahora te vas a ir a vivir con él. Bien exclamo su madre, pero te advierto que si te vas con ese hombre sin haberte casado jamás lo vere como tu esposo. Eres mi hija y te amo tanto como a todos mis hijos y como dice Gustavo te hemos dado una buena educación y un buen ejemplo. Un matrimonio no es solo juntarse por que se gustan y se atraen. Es para toda la vida. Me case con tu padre y lo ame hasta que Dios decidió llevárselo, le guarde luto y al conocer a gustavo antes de solo vivir con el me case y nuestra familia se volvió una. Pero tu pretendes solo vivir con ese muchacho sin nada que te ampare como su esposa, y si se fastidia de ti le será más fácil solamente dejarte votada y buscar a otra pendeja a la se deje usar su cuerpo y su dignidad.
Ana sabía que tanto su madre como su padrastro tenían razón, pero no quería decirles que era Juan el que no se quería casar. Sabía que si lo hacía no permitirían que se fuera a vivir con él y no quería decirles que ella estaba muy triste porque se quería casar tanto por el civil como por la iglesia. Pero que no quería perder a Juan y por eso había aceptado solo ir a vivir con él. Además, juan había prometido que se asarian después, solo necesitaban juntar un poco de dinero para ello. No le quedó más remedio que simular que también había sido su decisión, aunque le dolía el corazón saber que no se casaría por la iglesia.
- Lo sé, por favor no se preocupen he tomado esta decisión y estoy muy segura. Por favor gustavo no te enojes conmigo, tú sabes que te quiero como un verdadero padre porque me diste todo cuanto necesite no solo económicamente, sino que también tu amor, tu comprensión y tu apoyo. No busco defraudarte solamente quiero iniciar una nueva vida a lado del hombre que amo. Por favor -Exclamo Ana con lágrimas en los ojos-
- Y donde carajo piensan vivir, porque ni te creas que se quedaran aquí. Exclamo su madre muy furiosa y con lágrimas a punto de salirse por los ojos también.
- No madre ya tenemos donde ir. Mintió Ana.
- Pues bien, y es que fuiste tu quien decidió eso, porque ese muchacho no está aquí afrontando las cosas dando la cara como un hombre.
- Fui yo quien le pidió que no viniera soy adulta.
- Eres una estúpida eso es lo eres, que no te das cuenta que él no está dispuesto a afrontar las cosas contigo y no tardara después de usarte como se le dé gana te botara y embarazada que es peor. Pero en fin es tu decisión. Que quede claro que no estoy de acuerdo con esto. Te amare por siempre pero no estoy de acuerdo.
Ana se la paso llorando toda la noche por todo lo sucedido con su madre y su padrastro. Y más porque sabía que ellos lo único que querían era verla feliz. Su madre siempre ha sido de carácter muy fuerte incluso hablaba más con su padrastro que con ella, puesto su verdadero padre había muerto cuando Ana apenas tenía 8 años y fue testigo del maltrato del cual fue víctima su madre cuando su padre se emborrachaba, pues, aunque no era constante cuando sucedía era insoportable entre los gritos y los golpes que le propinaba a su pobre madre. Tres años después de la muerte de su padre Gustavo entro en sus vidas y la forma como trataba a su madre era hermosa. Siempre ayudaba en la casa por más cansado que estuviera y siempre se daba el tiempo para preguntar por los estudios y tareas de Ana. Cuando llegaron sus 3 hermanitos (Humberto, Estela y José) ella pensó que Gustavo la trataría diferente pero no fue así al contrario vio en el ejemplo de cómo quería que fuera el padre de sus hijos. por eso sentía un hueco en el corazón de sentir que defraudaba a sus padres, pero más que nada a gustavo. Pero era el momento de comenzar una vida junto con Juan y sabía que tendría que sacrificar muchas cosas.
Cuando se encontró con juan disimulo una sonrisa como si no hubiera pasado por tanto llanto y dolor la noche entera.
- Ana amor he solucionado lo de la casa. Mi abuela tiene un terreno con una casita digo, es pequeña, pero bastara para iniciar nuestro hogar.
- De verdad exclamo Ana muy emocionada. -Recibir esa noticia le alegraba el corazón. -
- Oye y cuando conoceré a tu familia.
- Si está en mis posibilidades nunca respondió Juan bajando la mirada.
- ¿Por qué?
Pregunto Ana con un poco de intriga.
- Cada vez que tocamos el tema de tu familia te enojas y lo evades. No sería más correcto hablarlo conmigo. Digo en algún momento nos tendremos que conocer y quiero estar preparada.
- Lo se corazón, pero debes de saber que mi familia en mi vida es un cero a la izquierda. Pero tienes razón ya es hora de que sepas más de esa parte de mi vida.
Siempre me he hecho la vida solo. Tengo 2 hermanos y una hermana al igual que tú. (Ignacio de 19, Alexandre de 16 y Estefanía de 14 años. Soy el primero de todos como ya sabias.
- Si, respondió Ana ya sé que tus hermanos son Ignacio, alexander y Estefanía sabes que no me refiero a eso.
Con una mirada seria juan exclamo:
- Mis padres don Ignacio espadas y doña Juana y nunca fui el favorito de mis padres como Ignacio el que nació después de mí y no los culpo siempre fue mejor en todo. – exclamo con melancolía- Tampoco le tengo rencor a mi hermano, gracias a eso yo comencé a trabajar desde muy joven. Lavando carros y ahora estoy como obrero aun cuando si termine mis estudios en márquetin, pero soy más feliz haciendo esto. Casi no nos vemos porque cuando me reúno con ellos comienzan a preguntar que cuando entrare a trabajar en la empresa de mi padre que se dedica al márquetin. Que cuando voy a traer a una mujer digna para ser mi esposa, pero ellos quieren una mujer de la alta sociedad y que los obedezca a ellos y solo a ellos. No les importa si no la amo. Siempre y cuando tenga apellidos dignos de los de ellos. La verdad estoy harto de eso. Y para el resto de mi familia soy la oveja negra por no acceder a los caprichos de mis padres. Como podría unirme a una mujer que no amo solo para seguir siendo de la alta sociedad prefiero ser de la plebe – exclamo entre risas-
- Estas diciendo que no me aceptaran ¿es por eso que no quieres que nos casemos?
- Claro que no, Ya te dije que pienso sobre ello. - Le sonrió mientras le tomaba de la barbilla con delicadeza para levantarle el rostro. Además, quedamos que si nos casaremos nada más que hay que juntar el dinero. Porque ten por seguro que yo no les pediré ni un solo peso. No quiero deberles nada y que sea excusa para que se entrometan en nuestras vidas.
- De verdad exclamo Ana.
- Si, y creo que es todo.
- ¿Y entonces ya saben que nos vamos a vivir juntos?
- Si, al hablar con mi abuela para prestarle la casa se los comente a todos. Mi abuela tiene una casa a qui en el pueblo donde llega de vez en cuando y le pedí que viniera esta semana para que te conozca. Bueno se los pedí a todos, pero me dijeron que no vendrían. Lo ciento mi amor.
- no te preocupes a demás si ellos no quieren nada contigo yo tampoco quero nada con ellos. Seremos solo tú y yo. Te amo Juan.
Esa misma tarde se llevaron las cosas de Ana en la nueva casa que compartirían juntos. Se despidió de sus padres y sus hermanitos y les dijo que los iría a visitar, pero su madre le respondió que ella era bien recibida pero que Juan no. Eso la lleno de tristeza, pero respiro hondo y le dio a su madre un fuerte abrazo y un beso para despedirse de manera apropiada.
Era apenas un cuarto de cuatro por cuatro y un baño con lo necesario y sin lujos no había ningún mueble y tuvieron que poner todas las cosas que se había traído con ella en el piso. Pero para Ana era lo mejor del mundo.
- No te preocupes ya me ocupe de algunas cosas y en un ratito vendrán una camioneta con una mesita y unas cosas más.
- No me dijiste les hubiera prestado algunas cosas a mis padres sé que me las hubieran dado.
- No te preocupes, mira ya llegaron
Los ayudantes del chofer comenzaron a bajar algunas cosas entre ellas una pequeña mesa con sus sillas para 4 personas. una cama para los dos y unas cajas con cosas para la cocina.
Como era de esperarse la noche fue su luna de miel sin boda. No tenía miedo de tocarlo porque no era la primera vez. Pero sus manos comenzaron a sudar de forma incomoda comprendía que esta vez era diferente porque ahora no había nadie de quien ocultarse. Así que después de darse un baño se puso un babydoll que había comprado para esa noche especial. Juan la esperaba en la cama mientras la miraba con ojos llenos de deseo y al tocarle la piel pudo sentir como una corriente comenzó a provocar una reacción en su entrepierna la rodeo con sus brazos y a tocarla para provocar en ella lo mismo que el sentía. Ella se dejó amar sin remordimientos, no hubo nada vulgar aun cuando ambos estaban más que calientes y no podrían controlar sus instintos. El deseo de ambos se desbordo un más. Y aunque Juan fue todo un caballero la experiencia fue excelente tanto que los gemidos de Ana esta vez no los pudo contener. Su cuerpo se contraía cada vez que sentía la penetración de juan y logro darle ritmo e ir al mismo de Juan. sus uñas conocieron mejor la espalda de su amado, sentir como juan estaba por explotar fue lo mejor de toda la noche, saber que ella estaba logrando que su hombre se derramara en ella. Y tomado todo en su interior logro derramarse al mismo tiempo que él. Ana lo comprobó al despertase sobre su ahora compañero de vida respirando su olor. Iniciaba otra etapa de las mejores. Al menos eso parecía.