Capítulo 5 LA MANSIÓN DE MI ESPOSO

Rachel la dejo en su habitación, podía escuchar los pasos de las personas a su alrededor, se movían rápidamente para preparar el lugar.

Resulta que su esposo ni siquiera se dignó a avisarle a los empleados que ella llegaría a la mansión, así que nadie estaba preparado.

-Lo sentimos, señora Spencer, de seguro el señor lo olvidó entre tanto trabajo.

Podía percibir algo de lástima en su voz, odiaba cuando las personas se compadecían por su estado, sabía que lo había humillado a propósito, lo peor era que todos los invitados habían escuchado la discusión.

-No hay problema, además no estoy acostumbrada a recibir tanta atención.

Pronto hubo silencio, Rachel se acercó y la abrazo con fuerza, sabía que era momento de la despedida.

-Me marchó, debo de volver, me preocupa que algo malo te suceda, tienes mi número, si necesitas algo, no dudes en llamarme, ¿de acuerdo?

-Estaré bien, llévame a su puerta, debo de hablar con él, no quiero que empecemos con el pie izquierdo.

-No creo que sea buena idea Elizabeth -hablo la joven preocupada -Axel es realmente complicado cuando está molesto.

-No te preocupes, ya se le pasará.

Rachel tomó a la joven del brazo y la guio por los pasillos hasta llegar frente a la habitación de su hermano, podía escuchar el silencio dentro del lugar.

-Puedes irte Rachel, gracias por todo.

Rachel empezó a caminar a la salida, sentía pena por su amiga, pensó que su hermano se alegraría al conocer a su esposa, pero no fue así, se comportó como todo un imbécil, incluso la humilló frente a los invitados.

Elizabeth se mantenía de pie frente a la habitación, escucho el auto de la joven, marcharse, soltó un suspiro de alivio.

Solo esperaba que su esposo estuviera de mejor humor que hace unas horas, llamó con suavidad.

Escucho pasos acercándose, la puerta fue abierta desde el interior, sintió un horrible olor a tabaco y alcohol cerca de ella.

-Tu madre me pidió, me casará contigo, no estoy esperando, ni tu lástima, ni tu atención Axel, solo debemos de estar casados por dos años, luego me marcharé de este lugar y serás libre.

Axel observó a la joven de pies a cabeza, seguía sin confiar en ella, en lo absoluto, además era mejor que mantuviera su distancia de él.

-No te creo ni una sola palabra, largo de aquí, tengo cosas importantes que hacer.

-¡Como beber! -Le respondió con sarcasmo.

-Exactamente, casarme contigo fue un gran error, pero no tengo opción, de eso depende mi herencia, así que por favor, mantén tu distancia, de lo contrario no esperes que sea amable contigo.

Elizabeth guardó silencio, si quería algo a cambio, obviamente, pero lo había obtenido de manos de la señora Spencer, no necesitaba nada de su esposo, solo cumplir su promesa.

-Idiota -murmuro por lo bajo.

Axel simplemente la observo marcharse, continuó fumando, la odiaba, le gustaba vivir solo, ahora esa mujer se quedaba en la mansión.

🌸🌸🌸🌸🌸

Verónica estaba sentada en el sofá de su enorme departamento, estaba platicando con su hermana, había regresado a la ciudad después de unos años, la vida en el exterior no era tan sencilla.

El dinero que había conseguido de su exesposo se le estaba agotando, su vida desenfrenada y excesos, tenía su trabajo en peligro, ya ninguna disquera quería contratarla y todo se había ido cuesta abajo.

-Dicen que Axel se casó el día de ayer en horas de la tarde con una desconocida -le dijo Rosa mirándola fijamente -dicen que puede estar enamorado, ¿Qué opinas al respecto?

Verónica se rio de lo ilógico y ridículo que se escuchaban las palabras de su hermana, eso jamás pasaría, Axel la amaba y ella lo sabía.

-Qué coincidencia, yo regreso y él decide casarse, ese hombre me pertenece y te lo voy a demostrar, ¿quieres apostar?

-¿Qué piensas hacer mujer?

-Iré de visita, quiero conocer a la nueva esposa de mi exesposo.

-Realmente estás loca -le dijo su hermana con una sonrisa de complicidad -¿qué harás si se entera de la verdad?

Verónica tenía algunos secretos muy bien guardados, pero el verdadero motivo por el cual había abandonado a Axel, lo mantenía oculto.

Él jamás debía de enterarse de la verdad, o iba a odiarla para siempre, en ese momento lo último que necesitaba era perder a la persona que la sacaría de la quiebra.

-Él nunca lo sabrá, me aseguré de enterrar eso en el pasado, te aseguro que estará feliz de saber que estoy de regreso.

-Suerte con eso hermanita, ahora que esta casado, pienso que todo se puede complicar, para ti.

-No deberías de preocuparte tanto, tengo todo bajo control -una sonrisa cínica, abandono los labios de la mujer.

A la mañana siguiente Verónica cumplió su palabra, iba en su costoso auto, conduciendo a toda velocidad por la carretera, era un día soleado, el cielo estaba de un azul muy hermoso.

No se quedaría con la duda, quería conocer a la nueva señora Spencer, si bien ella se había divorciado de Axel, eso no significaba que no hubiese fuego entre ellos.

Detuvo su coche a las afueras de la mansión, estaba tal y como la recordaba, su matrimonio solo había durado tres años, luego todo se fue a la basura.

De seguro su exmarido estaría en la oficina, bajo con total tranquilidad, ingreso lentamente al interior del lugar, al parecer nada había cambiado.

Miró, en todas direcciones, observo a una joven de cabello corto bajar las escaleras lentamente con un bastón, una sonrisa burlona se formó en sus labios, acaso era ella la supuesta esposa de Axel, debía de ser una broma.

Era poco agraciada a su parecer, definitivamente Axel estaba ciego o había algo mal en él, ella no podía ser la señora Spencer.

Camino lentamente hasta llegar al centro de la enorme sala de estar, observo a la joven detenerse en el último escalón.

-¿Quién anda por aquí?

-Tú eres la nueva esposa de Axel, no es así, supongo que eres tú, no llevas el uniforme de trabajo, corrígeme si me equivoco -habló mirando a la joven con desprecio.

No podía negar que la noticia le había caído como balde de agua fría, apenas llevaban tres de haberse divorciado y él ya tenía un remplazo.

Solo que al verla, sentía más burla que enojo, como había sido capaz de poner sus ojos en una mujer como esa, ni siquiera tenía belleza, ni un hermoso cabello, menos una figura de infarto.

-Está en lo correcta señorita, ¿quién es usted? Su voz no se me hace conocida.

-Disculpa mis modales, en algunas ocasiones lo olvido, soy Verónica González, querida, exesposa de Axel, solo vine a comprobar lo que decían los medios de comunicación, al parecer no mentían, pero debo admitir que Axel tiene muy mal gusto.

Elizabeth, bajo el último escalón, sin prestarle tanta importancia a las palabras de la mujer, sabía que estaba burlándose de su condición, en algún momento la haría comerse sus palabras.

Pero ese no era el momento, para que perder el tiempo con una mujer sin clase como ella.

-Es un gusto, señorita González, me sorprende que esté aquí, me parece algo irrespetuoso y fuera de lugar -le respondió en tono seco -usted pertenece a su pasado, no a su presente, espero le quede claro, no pienso guardarme lo que pienso.

Verónica se dio cuenta de que la joven frente a ella tenía una legua tan afilada como la suya, a pesar de su condición tenía su carácter.

Eso haría las cosas más interesantes, sus ojos recorrieron a la mujer de pies a cabeza, Elizabeth le parecía demasiado simple.

-Estás mal ciega, Axel todavía me ama, puedo demostrártelo, si esta noche no llega a casa a dormir, quiero que sepas que está en mi cama, porque imagino que paso frío en su noche de bodas.

-Adelante, eso demuestra la calidad de persona que eres, créeme, no me preocupa en lo más mínimo, yo seguiré siendo la esposa y tu la amante.

El rostro de Verónica cambió de expresión, esa maldita la había llamado amante, eso no se lo iba a perdonar, camino en dirección a la salida, había logrado su cometido, atormentar a la nueva esposa de Axel.

Dejarle claro que él seguía amándola a pesar de estar divorciados, que ella no era más que un reemplazo.

Subió a su coche, le envío un mensaje a su hermana, con algo de información, los medios estarían muy agradecidos de saber cómo era la esposa del CEO de la ciudad.

Una pobre ciega, inútil, que además de eso era fea, Axel realmente había caído bajo, una mujer como esa, solo dañaría su reputación.