Capítulo 3 Capitulo 2

- Hace tiempo que no te veo, Nicole.

- Si no recuerdo mal, no eras tan famoso hace unos años.

El hombre se rió. NQY o Kai siempre ha sido amigo de Nicole, por eso pudo reunirse con él tan rápido.

- Cuando tu asistente llamó para decirte que vendrías, elegí el mejor vestido. lo he estado guardando durante años

Graham hizo el vestido hace tres años, pero nunca dejó que ninguna modelo lo usara, sabía que Nicole debería ser quien lo usara. Ella siempre creyó en él y en su talento, nadie merecía este vestido excepto ella.

Graham la llevó a su estudio, tan pronto como entraron, los ojos de Nicole se dirigieron directamente al maniquí frente a ella.

El vestido era negro, largo y con la punta ligeramente acampanada. La espalda estaba abierta, un escote en forma de V sólo la hacía más elegante. Pero lo que Nicole más admiró fueron los diamantes esparcidos por todo el saludo, todos esparcidos por todos lados. La máscara era del mismo color que el vestido y contenía muchos diamantes blancos, igual que el vestido.Graham estaba ansioso por saber si a Nicole le gustaba el vestido, ella siempre fue muy estricta con lo que vestía. Si muchos conocieran las marcas más famosas de Estados Unidos, sabrían que el conjunto que llevaba era de Paige, una de las marcas de ropa más caras del mundo.

- Perfecto, funcionará.

La expresión de Nicole todavía era fría, pero había un brillo en sus ojos.

- ¿Servirá? – Graham se indignó y frunció el ceño.

Nicole soltó una sonrisa.

- Olvidé que eres sentimental.

Nicole sabía lo sentimental que era Graham e hizo todo lo que pudo para molestarlo.

- Retira tus palabras o alguien más usará ese vestido hoy.

- No te atreverías a hacer eso

-Ahh, me atrevería

Ambos se miraron y luego sonrieron, su amistad era extraña.

- Lo usaré hoy. ¿Cual es el valor?

- Ahora hablamos el mismo idioma.

Nicole amaba el dinero, pero Graham lo amaba aún más. Por eso se llevaban tan bien.

- 80 millones

- ¿Qué? yo soy tu amigo

- 70 millones

- 50 millones y no se habla más de eso.

A Graham no le gustó mucho, pero no había visto a su amigo en años así que prefirió simplemente estar de acuerdo.

En cuanto Lara, su secretaria, resolvió todo, regresaron al Hotel.

Nicole comenzó a arreglarse, decidió usar sus tacones negros con brillos, quería ser el centro de atención. La mujer enmascarada que todos recordarían.

- Presidente – Lara tocó la puerta antes de entrar y quedó fascinada por la belleza de su jefa.

Nicole luce deslumbrante, su cabello negro está ligeramente ondulado con un pasador de diamantes sujetando un lado, su vestido resalta todas sus curvas y sus labios están cubiertos de lápiz labial rojo opaco.- ¿Lara? - Nicole frunce el ceño.

- Tu limusina te está esperando

- ¿Cómo me llamo hoy, Lara?

-Anya Tang

Nicole asintió y fue a la recepción, todos allí quedaron fascinados. Como ella y Lara ya tenían puestas las máscaras, nadie las reconoció.

Nicole estaba sorprendentemente tranquila, incluso cuando la limusina se detuvo y vio la alfombra roja. Se comprueban sus nombres antes de entrar, al igual que las invitaciones.

Su conductor abrió la puerta tan pronto como Nicole puso el pie y los clics y las luces de la cámara comenzaron, pero fue solo cuando apareció la mujer que todos quedaron intrigados.

Los periodistas tenían curiosidad por saber quién era la mujer enmascarada, por su ropa todos sabían que era alguien importante, pero ¿quién?

- Señorita, ¿qué espera de este evento?

- Señorita, ¿podría quitarse la mascarilla unos segundos?

- Extrañar

Eso fue todo lo que Nicole escuchó, pero mantuvo su expresión neutral y su aura fría.

Tan pronto como entró vio el gran salón, la madera cubría todas las paredes, un candelabro de diamantes, un gran banquete.

Cuando se dio cuenta de que todos la estaban mirando, incluso pudo escuchar algunos comentarios.

- ¿Quién es ella?

- Nunca la he visto

- Lleva un vestido NQY.

Nicole pronto se dio cuenta de que necesitaba una copa, cuando vio al camarero fue a su encuentro y tomó una copa de champán, la noche sería larga.

No pasó mucho tiempo hasta que algunos hombres se acercaron a ella.

- Extrañar...?

Se acercó un hombre unos centímetros más alto que Nicole, tenía ojos tan azules como el mar.

- ¿Anya Tang, señor...?

-Ian AceroInmediatamente recordó a Ian, él siempre fue el más guapo de la clase, sus padres tienen varios hoteles alrededor del mundo.

- No creo que lo hayamos visto nunca, señorita Tang.

-Nunca lo vimos.

- ¿Y qué te trae por aquí? - mira directamente a tu boca

Ella sacude el vaso sintiéndose aburrida.

- Señor Steel, estoy buscando inversiones, acciones.

Ian sonrió, no tomó en serio lo que decía la joven, era demasiado joven para estar buscando inversiones. ¿Y cómo podría tener una empresa? No parecía tener más de 25 años.

- ¿Estás bromeando?

Ella lo miró fríamente, él vio una sombra en sus ojos y automáticamente tragó.

- Señor Steel, ¿está dudando de mí?

-Oh, no quise ofenderte.

- Señor, sé que sus padres tienen una cadena de hoteles repartidos por todo el mundo. Y creo que buscan empresas influyentes en todo Estados Unidos para subir los precios de sus acciones.

Ian estaba perplejo.

'¿Quién eres?' pensó el hombre

- Entonces, si me disculpan, voy a hablar con alguien que entiende el mundo de los negocios.

Su voz fría y su calma dejaron a Ian fascinado, no le importaba la ofensa dirigida hacia él, Ian solo necesitaba conocerla. Apenas lo pensó antes de llamar a su secretaria.

- Busca todo sobre Anya Tang

Sin esperar respuesta colgó.

Minutos después, Ian recibió una llamada.- Presidente – el hombre se aclaró la garganta – no existe Anya Tang.

- ¿Qué quieres decir con que no lo hay? - estaba furioso

- Quizás esté usando un nombre falso, presidente.

- DE ACUERDO.

Luego colgó. Encontraría una manera de enfrentarse a Anya, o como se llamara. La encuentra apoyada contra una pared cerca de la puerta que daba a la salida, sintió como si en cualquier momento ella fuera a salir corriendo de allí, debido a su expresión aburrida.

"Señorita Tang", dijo.

- Señor Estela

- Me gustaría conocerte más – le dio su mejor sonrisa.

- No soy una mujer para coquetear, Presidente – le dio la espalda y miró por encima del hombro – Soy una mujer para cerrar tratos.