El escolta extraño
img img El escolta extraño img Capítulo 2 ¡Mi hermano está furioso!
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Capítulo 7 Negocios img
Capítulo 8 Enzo img
Capítulo 9 Noche de lujuria img
Capítulo 10 Regreso al club img
Capítulo 11 Fin de semana caliente img
Capítulo 12 Domingo de resaca img
Capítulo 13 La secretaria de Yakov img
Capítulo 14 Atentado img
Capítulo 15 Confundido img
Capítulo 16 Decisión difícil img
Capítulo 17 Transformación de Karl img
Capítulo 18 Locamente enamorado img
Capítulo 19 Confesión de Yakov img
Capítulo 20 Él está hipnotizado img
Capítulo 21 ¡Karen, eres mía! img
Capítulo 22 Serios aprietos img
Capítulo 23 Noche de pasión img
Capítulo 24 Pequeñas vacaciones img
Capítulo 25 Sospecha img
Capítulo 26 ¡Volver a amar! img
Capítulo 27 Dudas img
Capítulo 28 Desengaño img
Capítulo 29 Tristeza y dolor img
Capítulo 30 Una bendición en medio del dolor img
Capítulo 31 Escape img
Capítulo 32 Despechado img
Capítulo 33 ¡Hermosa bendición! img
Capítulo 34 ¡Al fin te encuentro! img
Capítulo 35 La custodia del bebé img
Capítulo 36 ¡Abrazar a mi bebé, otra vez! img
Capítulo 37 Malvada mujer img
Capítulo 38 Coronel Sebastián img
Capítulo 39 Perdonada img
Capítulo 40 Tristeza de Yakov img
Capítulo 41 Compromiso img
Capítulo 42 Románticos img
Capítulo 43 Secuestro de Yakov img
Capítulo 44 Encuentro con el mafioso img
Capítulo 45 Salvado y asombrado img
Capítulo 46 ¡Nos casamos! img
Capítulo 47 La boda img
Capítulo 48 Nuestra felicidad img
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Capítulo 2 ¡Mi hermano está furioso!

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A la mañana siguiente (viernes 2/12/16)

Desayuno con mi hermano Sebastián, ayer en la noche no me dijo nada sobre el tema, solo que hablaríamos hoy.

-¡¿Cómo es posible Karen, que ese hombre quiera hacerte esa maldad?! -expresa de pronto muy indignado y bastante molesto.

-Sabes que es porque está dolido y se está vengando de mí.

-¡Él no te ha podido pisotear y no lo harás esta vez, porque iré y le daré puñetazos hasta que no pueda!

-¡Por favor, hermano, no es necesaria la violencia, solo habla con él!

-¿Hablar? Por favor, no lo creo, Karen.

-Entonces, ¿qué vas a hacer Sebastián? A darle golpes otra vez.

-Si es necesario, sí.

-¡Por favor, no! ¡No quiero violencia...! ¡Y si no hay de otra, pues aceptaré el trabajo, hermano!

-Bien, eso lo veremos Karen. Ya vámonos.

Mi cuñada Katy lo detiene tomando su mano cuando se levanta del comedor.

-¡Mi amor, por favor, nada de violencia! ¡Cuídate, no quiero que te pase nada, bien!

-No te preocupes, no pasará nada que dos hombres no puedan resolver.

-¡Resolver, a golpes! ¡No me gusta para nada, que vuelva a ver ese hombre! -le dice con voz agitada.

Ella está bastante preocupada y afectada por la situación.

-Está bien, amor. -responde él con suavidad y ternura.

Katy posa su mirada en mí al otro lado de la mesa del comedor.

-Karen, talvez sea mejor que te alejes de ese hombre, y evitemos los problemas.

-Tienes razón cuñada, tal vez sea lo mejor.

Mi hermano y ella se despiden, se besan con ternura porque su amor es admirable. Ellos siempre se han amado muchísimo.

Minutos después, nos marchamos.

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Más tarde, llegamos y de inmediato mi hermano se dirige a toda prisa a su oficina.

Enseguida entra con actitud de enfrentar a este hombre, parece que tuvo amnesia y olvidó todo lo que hablamos sobre la "no violencia".

-¡Escúchame bien, Miguel! ¡Si crees que vas a hacerle la vida imposible a Karen, porque no te hace caso, estás equivocado!

-¡Escúchame tú a mí, Sebastián! ¡Es un trabajo muy importante y Karen es muy buena! ¡Tú lo sabes!

-¡No me importa, ella no irás tan lejos solamente por un trabajo!

-¡Es imposible Sebastián, ella tendrá que ir obligatoriamente!

Ellos han empezado a gritar y señalarse con los dedos en modo desafiante.

Presencio la "conversación" en silencio, de pronto miro a mi hermano acercarse a su escritorio mientras él se queda sentado. Mi corazón se acelera, porque ya sé en qué termina esto.

-¡Escúchame pedazo de idiota! ¡Ella no irá! -grita acercándose más a mi jefe.

-¡No me amenaces, Sebastián! ¡Aléjate de mí!

-No, tendrá que desistir de eso de lo contrario yo...

-"Que". ¿Qué vas a hacer, Sebastián...? -pregunta, entonces se levanta de la silla.

De pronto mi hermano lo sostiene por el cuello y lo desafía con la mirada.

-¡Si es lo que quiere! -grita y de repente le da un golpe en la cara.

Ellos empiezan una pelea igual que la vez anterior. Cada uno se da varios manotazos y puñetazos saliendo hasta el pasillo mientras lo sigo con gran inquietud.

Se han aglomerado varias personas espectadoras de la pelea, y un gran escándalo a causa de la multitud acumulada.

Decido que esto se debe acabar para siempre, entonces me posiciono delante de ellos.

-¡Paren esto, por favor! ¡Ya, por favor! ¡Escuchen aceptaré ir! ¡Jefe, dígame que debo hacer!

De pronto tornan su mirada en mí, dejan la pelea a un lado e inmediatamente Sebastián suelta a mi jefe.

Enseguida se me acerca.

-¡Pero, Karen, como que aceptará ir!

-Sí, Sebastián deja de pelear porque esto se acabó... Iré.

Mi hermano se queda aturdido y desconcertado

Enseguida mi jefe se sitúa delante de mí con una sonrisa maliciosa.

-Vamos, Karen, te daré la documentación necesaria, y el nombre que usarás como hombre.

Miro a Sebastián para calmarlo un poco mientras Miguel camina hacia dentro.

-Tranquilo, luego hablaremos.

Él se queda inerte tratando de procesar las palabras firmes ante dichas por mí mientras yo continuo a entrar.

Accedo a la oficina con el jefe.

Estamos dentro en su escritorio, enseguida él me entrega un sobre que contienen los documentos con el nombre de un hombre.

-Mira bien el nombre Karen, para que no cometa errores... Será parecido al tuyo, tiene la letra k al principio. -me instruye.

Miro los documentos y el nombre dice Karl Sánchez. -Pero el apellido no lo cambió, jefe.

-No es necesario, Karen... Los apellidos son comunes... Y ahora, buscará la asesoría de alguien que te transforme en hombre... El lunes tienes que estar lista para él y su agenda de trabajo porque a través de la agencia ya te han conseguido el trabajo.

-Ósea, el domingo tengo que trasladarme hacia allá. -expreso con desgano y miro el carnet de identidad.

-Así es, Karen, y acuérdate que tienes que hacerle ver que eres un hombre, para que te acepte como su escolta.

-Está bien... Conozco a alguien que me transformará, pero dudo que dure mucho este engaño.

-Eso depende de ti, Karen.

-¿Y, por qué tengo que fingir ser un hombre? -indago porque tengo dudas.

-Ya te dije que él no quiere mujer para ser su escolta. Prescindió de los servicios de seguridad personal, por eso no pueden quedar mal porque son una empresa de mucho prestigio.

He decidido aceptar este destino sin pensar en nada más.

-Adiós, a pesar de todo, usted es mi jefe.

-Adiós, Karen... Ya no habrá más mortificación para mí, al menos por un tiempo.

-Es lo mejor jefe Miguel.

Nos despedimos y me alejo rápido de este lugar, huyendo de esa mirada turbia de él, llena de deseo y lascivia.

Al salir fuera miro que Sebastián me espera.

-Creí que te había ido, hermano.

-No me marché Karen, hasta saber si en verdad aceptará ese trabajo.

-Claro que sí, ya lo dije, que acepté.

-Siendo así. Te deseo lo mejor, hermana. Nos vemos en la noche.

Nos abrazamos fuerte, luego él se marcha.

Enseguida me marcho de allí hacia un estilista especialista en transformación de rostro, también compraré cosas de hombres, ropas, perfumes y demás cosas.

            
            

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