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Regresamos a casa, y la ayudé a mamá a subir hasta su habitación. Solo espero estar a la altura y poder cuidar bien de ella. Anoche, por un momento, mi corazón casi se detuvo. Verla en el suelo, lastimada, me dolió mucho. No entiendo cómo se resbaló.
2:00 P.M.
Mamá está dormida; seguramente está muy cansada. La lluvia solo empeora, está haciendo mucho frío. Leeré un poco y me iré a mi habitación a leer un libro.
9:00 P.M.
La noche de hoy es muy oscura. Mamá me llamó; quiere darse un baño. La llevé hasta la ducha. Momentos después, ella se duchó y me llamó. Había un problema: yo tenía que cerrar la regadera, y ella había dejado la toalla lejos de ella. Me pidió que entrara.
En ese momento me sonrojé. Ella cubría sus senos con sus brazos, pero no podía ocultar completamente su cuerpo mojado y tentador. Cerré la regadera y le pasé la toalla, intentando no mirar demasiado, pero era imposible no notar cada curva de su cuerpo. Después, la llevé hasta su habitación y la dejé en la cama. Con voz temblorosa, me pidió que buscara su ropa. Mis manos temblaban mientras elegía su ropa interior y su sujetador. Se los dejé en la cama y salí de su habitación, cerré la puerta y por un momento me quedé afuera, levanté la mirada y decidí irme a mi habitación. Pero cuando giré al final del pasillo, estaba ella.
Aquella mujer vestida de negro no se movía, solo me observaba. En ese momento, el reloj que estaba detrás de ella se detuvo. En ese momento, escuché que mamá me llamaba. Giré y abrí la puerta de su habitación. Al abrir la puerta y volver a ver el pasillo, aquella mujer caminó lentamente y entró a mi habitación.