Capítulo 3 La sorpresa

Lina decide hacerle una visita inesperada a Alex; ella se encontraba aburrida, ya que el restó estaba cerrado por motivo post-boda y no tenía nada que hacer. Su hija, Ayelen, se hallaba con sus abuelos y ni siquiera estaba Sole para pasar el día. Por lo que decide darle una sorpresa a su hombre y de paso, conocer la nueva y ya terminada oficina.

Después de anunciarse con la secretaria, en realidad de preguntar si se encontraba solo y usar a la pobre mujer de cómplice para entrar en la oficina sin que Alex supiese nada, hasta que ya fuese tarde, abre la puerta con cuidado y pasa, encontrando a un Alex sumido en la computadora. En cuanto entra, cierra la puerta tras ella y él levanta la mirada, sorprendido. Lina se encuentra con un largo tapado negro y unas botas rojas, las botas preferidas de Alex.

-¿Pasa algo? -indaga, por la inesperada visita.

-No -niega ella, dando pasos lentos hacia él.

-¿Segura? ¿No hay algún problema? -cuestiona, todavía sin comprender qué hacía Lina allí.

-No -niega, ya frente al escritorio.

-Bien -arrastra la palabra Alex-. Entonces, ¿qué haces aquí?

-Tenía ganas de verte -responde con voz seductora, observando como su hombre le sonríe.

-¿Qué se trae entre manos, señorita Rinaldi? -curiosea, acomodándose en su silla y entrelazando los dedos de las manos delante de él.

-La pregunta correcta seria, ¿qué traigo debajo del abrigo? -sonriendo y ladeando la cabeza.

Alex traga en seco y una manada de ideas «muchas que no se pueden nombrar» se le pasan la cabeza.

-Ok. ¿Qué trae debajo del abrigo, señorita Rinaldi? -pregunta siguiendo su juego.

-Buena pregunta, señor Betanckurt.

Sin decir más, empieza a desabrocharse el abrigo en silencio, bajo la atenta y curiosa mirada de Alex. Luego de desabrochar el último botón, deja caer el abrigo por su espalda, provocando que se desplome en el suelo.

Alex abre y cierra la boca en cuanto ve lo que hay debajo de ese maldito abrigo. No puede emitir palabra alguna y ya estaba empalmado; las manos empezaron a sudarle y se remueve en la silla, ya que su erección empezó a sofocarse debajo de sus pantalones.

Ella está sin una prenda; lo único que tapa su piel, es una enorme ave fénix resurgiendo desde las cenizas. Sus alas abiertas tapan sus pechos, el cuerpo del ave tapa su estómago extendiéndose hacia el sur, donde se visualizan las cenizas y un pequeño fuego «Lina sabe que a él le gusta su tatuaje del ave fénix en su espalda baja, entonces se hizo un body-painting sobre su dibujo para su hombre».

-¿Quieres matarme? -alcanza a exclamar Alex.

-Sería un crimen perfecto.

-Dios, Lina -suspira conforme se levanta de la silla-. Eres única -Camina hacia ella sin dejar de admirar su cuerpo pintado.

-¿Vas a darle otra vida a esta ave? -murmura ella sonriendo.

-Todas las vidas.

Al llegar, le toma la mano y hace que dé una vuelta para verla de atrás y su asombro fue doblemente inesperado al verle la espalda. Toda su espalda era la parte trasera del ave fénix; Alex no podía salir de su asombro, era demasiado para él, nunca, jamás, una mujer había hecho algo parecido para él, ni de lejos. Lina rompía el molde, tiraba todas sus expectativas por el vigésimo piso, nunca había conocido a una mujer con sus ideas inusuales y fuera de lo común, a veces se sentía que no era suficiente para ella y otras veces, ella lo hacía sentir el mejor hombre del mundo y definitivamente el más afortunado.

-¿Te gusta? -quiere saber la joven.

-¿Y a ti qué te parece? -dice señalando su erección. Lina se carcajea, se acerca más a él y comienza a desabrocharle la camisa-. Quiero creer que te pintó una mujer -Ella lo mira con diversión y termina tirándole la camisa al suelo-. Por favor, dime que fue una mujer -pide en casi una súplica.

-En realidad, no. Fue un hombre - Él cierra los ojos como un autómata-, pero le gustaste más tu -le susurra. Alex la observa sin comprender-. Le mostré una fotografía de ti y le pareciste muy guapo -le susurra la última palabra al oído.

Alex sonríe, aunque no muy convencido, pero ya no podía hacer nada, ella ya lo había hecho. La toma de un mechón de cabello y la obliga a presionar su boca con la suya, devorándola en un fuerte y apasionado beso; ella envuelve su cuello con sus brazos y él la pega contra su cuerpo. La eleva del suelo y la lleva a su escritorio tirando todo lo que se encuentra sobre este. Empieza a besar su cuerpo, comenzando por una de las alas del ave que se encontraba en su pecho izquierdo, tomando su pezón con su boca, que por el momento es el dibujo de un ala, luego comienza a bajar, pasando su lengua por cada borde del ave, recorriendo todo su cuerpo.

-Esta ave comienza a ser mi favorita -le susurra provocando que su piel se erice a rozarle con su aliento.

La besa de nuevo y una mano comienza a bajar hasta la humedad de la joven, luego se adentra con dos de sus dedos logrando que gima con vacilación. Lina se arquea conforme él le hace caricias en su interior con movimientos circulares. Cuando él quita sus dedos, Lina jadea en protesta, sin embargo, en segundos los reemplaza con su lengua; primero lengüetea para después succionar, muerde su duro botón para luego suavizarlo con su lengua, sopla y ella jadea su nombre. Alex hace fricción con su lengua hasta que la nota convulsionar por el orgasmo, la deja que se calme un poco, para después alzarla y llevarla contra la pared más cercana, apretándola contra esta y penetrándola sin previo aviso, arrancando gemidos de ambos.

Cada embestida era más profunda, provocando que Lina enloqueciera, mientras ella succiona su pene con sus músculos interno llevándolo a la perdición. Alex muerde su pezón causándole una mezcla de dolor-placer, besa su cuello logrando que la piel femenina se erice, muerde su labio inferior arrancándole jadeos, luego se lo succiona haciendo que sus labios fueran una extensión de los de él. Cuando siente que ella se tensa, arremete con más fuerza haciendo que Lina le clave las uñas en su espalda.

-Todavía no -exclama Alex-. Espérame.

Ella succiona con más fuerza su pene con sus músculos internos, con esa acción, Alex tira la cabeza hacia atrás cerrando los ojos, no quiere que acabe todavía, quiere tener más de ella.

-Alex...

-Ahora -enuncia, cuando no aguanta más.

Ella obedece y llegan juntos al sub espacio.

Perdiéndose el uno con el otro, temblando y jadeando se dejaron caer en un sofá que había a un lado de la habitación, con el ave fénix todo distorsionado por el sudor de ambos.

N/A

Buenas brujas traicioneras!!

Esta semana comenzamos a subir sin detenernos, al fin!!! En esta semana tendremos la historia termina y así comenzaremos con la siguiente. Espero que les guste y haya valido la pena esperar.

Ahora sí, Nessa desaparece!! ;)

            
            

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