Capítulo 5 Virtuale spazio

Fabio la deja frente al estilista. Afuera está Tarcisio esperando por ella, cual perro fiel. Sube las escaleras. Entra, Jean Pierre la recibe.

–Bienvenue Madmoiselle!

–Gracias querido– responde ella, mientras lo saluda al estilo europeo.

–Vamos adentro para probarte ese hermoso traje que diseñé para ti.

Caminan hasta el salón principal. Él le muestra el vestido rojo que ha pensado y diseñado para ella.

Al verlo, ella se sorprende de lo elegante y delicado que se ve en aquel maniquí. Parece que Jean Pierre hubiese incluso escogido el más parecido a ella.

Se imagina dentro de ese vestido y no puede esperar más para probárselo.

Jean Pierre desviste el maniquí con extremo cuidado. Las piezas de alta costura o "haute couture" en francés son prendas de vestir a la medida, hechas a mano por los mejores artesanos y con material alta calidad, exclusivos e inusuales.

–Este vestido ha sido pensado para ti Madmoiselle– le dice Jean Pierre.

–Lo sé querido. Y es para mí un placer lucirlo esta noche.

Jean Pierre sonríe. Lleva el vestido en sus antebrazos colocado, evitando cualquier accidente que pudiera ocurrir. Ella entra al vestidor. Se desviste y avisa a Jean para que le pase el vestido.

Es un hermoso vestido largo confeccionado en tul bordado tiene modelado delantero único y falda con modelado gade y superposición irregular sobre el mismo tejido. La falda de tul estructurado con un armazón que permite aumentar el volumen del vestido. Con un descote pronunciado que llega a la parte baja de la espalda.

Diana sale para que Jean Pierre la ayude con el broche superior del cuello.

–Amada mía, ni la misma lady Di, podría verse tan hermosa como tú. Estás espectacular– comenta mientras aplaude eufórico por su obra.

–Creo que no necesita ajustes, ¿no te parece?

–Por supuesto que no, querida. Yo tomé tus medidas exactas. Fueron 200 horas diseñando este traje para ti. Valorado en más de 1000$ verdes.

Ella se observa en el espejo, realmente luce impecable en aquel traje.

–Ayúdame a desabrochar atrás para quitármelo.

Jean Pierre le desabrocha el traje y con sumo cuidado la ayuda a quitárselo

Lo coloca en una caja delicadamente doblado. La acompaña hasta la salida. Él hace señas a Tarcisio para que reciba el vestido y lo guarde.

Mientras Tarcisio guarda el vestido, Diana se despide de Jean Pierre.

–Toda la suerte del mundo para ti esta noche Madmoiselle.

–Suerte no, Jean Pierre, la suerte es para los perdedores. Se dice, ¡te deseo todo el éxito!

–Oh querida tú siempre tienes algo nuevo que enseñarme.

Diana baja las escaleras. Tarcisio le abre la puerta. Ella sube al carro y el va hasta su puesto.

–¿De acá hacia dónde, mi señora?

–Aún es un poco temprano para ir al Atelier. Mi cita es a las cuatro de la tarde.

–Usted me dice. ¿Si desea vamos a su casa y llevamos el vestido y luego volvemos?

–Sí, creo que es lo más razonable. Aunque creo que necesitaré un par de tacones nuevos para este vestido. Mejor vamos a la tienda de calzados.

Tarcisio asiente con la cabeza y sale rumbo al Centro Comercial.

Entra, sube hasta la tienda de calzado. Escoge unos rojos un poco más oscuros que el vestido. Y una bolsa de vestir, decorada en zirconia. Un brazalete de oro y unos aretes del mismo estilo para combinarse perfectamente.

Mira la hora, dentro de poco serán las cuatro. Paga con su tarjeta de crédito. Sale hasta el auto. Justo cinco minutos antes llegan al Atelier de Franco.

Baja del auto, entra al Atelier.

–¡Bienvenida querida!– la saluda con un beso en la mano.

Franco es uno de los estilistas venezolanos más reconocidos en el mundo, sus trabajos con las misses que han ganado los concursos más importantes del mundo, lo comprueban.

Diana entra. Franco manda a cerrar el Atelier para atender sólo a Diana. Mientras ella escoge el modelo de peinado, Franco se centra en dar instrucciones al maquillador y a las chicas que se encargarán de manicure y pedicure.

Es una tarde algo atareada, pero valdrá la pena para verse deslumbrante esa noche.

Descansa un poco, mientras llega la hora de alistarse y salir a el evento que consolidará por todo lo alto, su nueva plataforma.

Finalmente todo está dispuesto. Un mensaje de Marina, nunca falta para verificar que todo esté listo.

–Buenas noches, jefa, ya estoy en el salón de fiestas. Todo en orden.

Espera entonces un mensaje, pero si algo le disgusta a Diana, son las personas intensas y ansiosas.

Se sienta frente al tocador para colocarse los aretes de oro y fina pedrería original. Deslumbrante y elegante. Esa es una de sus características más distintivas.

Llama entonces a Herminia para que la ayude a colocarse el traje.

–Ayúdame a cerrar el broche, con mucho cuidado eso sí, es muy delicado y no quiero que tenga ni el más mínimo ajado.

Herminia cierra el broche.

–Señora, está usted realmente resplandeciente.

–¡Gracias Herminia! Es lo que esperaba.

Se levanta y sale de su habitación. Sube al elevador, baja hasta la sala principal, sale al jardín. Allí la espera como siempre Tarcisio.

Los ojos de aquel hombre brillan frente a la imponente y hermosa dama que desciende con paso elegante hasta la limusina Audi Q7 blanca.

Él abre la puerta para que suba al auto, cierra la puerta con sumo cuidado y se monta en la limusina para conducir hasta el salón de fiesta.

Pocos minutos después llegan. Marcos espera en la entrada, mientras Marina reúne a los invitados en el auditorium principal.

Marcos, coloca su antebrazo para llevar a Diana, ella lo mira, sonríe y camina hasta donde se encuentra Fabio, quien le ofrece si brazo caballerosamente. Marcos debe disimular por el desplante que Diana le ha hecho.

Entran al salón, hombres bien trajeados, mujeres con vestidos ostentosos y joyas, pero ninguna de ellas, opaca la belleza singular de Diana. Ella es simplemente quien engalana la noche con su presencia.