/0/16880/coverbig.jpg?v=c6c09a57a76c4b059be0821534be6bfa)
kathy
Tomo mi vehículo para ir a la empresa. Llego después de treinta minutos de conducción. Noto un alboroto inusual en la entrada de la empresa.
Bajo y mi padre corre a venir a verme, es la primera vez que lo veo tan agitado.
- Finalmente llegaste. ¿Por qué tienes tanto tiempo?
Está muy nervioso, ¿qué pasa?
- No te ves bien. ¿Tienes algún problema?
- No, todo está bien. Escucha atentamente lo que te voy a decir. Estamos en una situación bastante complicada, estoy obligado a vender la empresa, pero el comprador no quiere concluir hasta que usted esté allí.
- Entonces, ¿ibas a vender nuestro negocio sin informarme? Sabes que tengo el cuarenta y cinco por ciento de las acciones de la empresa. ¿Ibas a venderlo y quedarte con todo ese dinero?
- Pero, ¿de qué dinero estás hablando? Este dinero sólo se utilizará para pagar a mis acreedores, nada más.
-¿Y qué tengo que ganar yo con ello? Si la empresa está en quiebra, ¿eso significa que ya no podrán pagarme mis dividendos al final de cada mes? Entonces, ¿de qué quieres que viva?
- Ya que te vas a divorciar, pídele pensión alimenticia a tu marido.
- Sabes que no va a pagar nada, ya que su negocio también pasa por un mal momento.
- Entonces, no nos queda más remedio que aceptar las condiciones del comprador. Es el único que se dignó hacer una propuesta a pesar de la deplorable situación de la empresa.
- ¿Cómo consiguieron llevar la empresa a la quiebra? Eres un papá inútil. Si te hubiera ayudado tal vez no estaríamos en esta situación.
- ¿Puedes hablar bien? Tenías que venir de vez en cuando para ver el estado de tu negocio.
- Me prometiste algo, ya estoy aquí, dime lo que quiero saber.
- No, lo sabrás todo en cuanto hayas aceptado la propuesta del comprador.
- No me corresponde a mí aceptar nada, eres tú quien nos puso en esta situación.
- Y luego, te pide que estés presente, lo que equivale a decir que tiene una propuesta que hacernos a los dos.
- Ya no quiero seguir tus planes, papá. No soy una mercancía.
- No sé qué quiere ofrecerte, pero te aconsejo que aceptes si quieres tener algo de dinero.
- Vamos, odio el suspenso, acabemos con esto. Pero después quiero saberlo todo.
- Te prometo que.
Entramos al negocio. Al frente notamos guardias como diciéndonos que la persona que está en nuestro local es de la presidencia.
Tomamos el ascensor para llegar a la oficina de mi padre que está en el décimo piso.
- Hola señor señorita, la secretaria de nuestro invitado nos ha informado para informarle cuando estará allí con la señorita.
- Muy bien, entonces puedes informarles.
Ella levanta el teléfono y llama.
Entramos a la oficina de mi padre, debo decir que tengo bastante curiosidad por ver quién es. Él o ella bien podría venir a esperarnos, ¿cuánto les costó eso?
¿Tienes una buena botella? Tengo sed.
- Si tienes sed te pediré un café, pero nada de bebidas para ti.
- ¡Pero papá!
- No tiene sentido discutir conmigo, es un café o nada de nada.
-Ni siquiera sé qué hago aquí, si ni siquiera puedo tomar un trago.
Observo a la gente pasar afuera, parecen tan apresurados como si estuvieran persiguiendo el tiempo. Veo que vienen a aparcar cuatro coches, nada más que coches de marca. No hay uno con menos de cincuenta millones. Debe ser muy rico. De los vehículos salen guardias, uno viene a abrir la puerta, estoy ansioso por ver cómo es esta persona que solicita mi presencia. Ella necesariamente debe conocerme para exigir que esté presente.
Desde mi posición ya huelo este perfume de gran marca, es un hombre con gafas de sol. Es realmente elegante, tan refinado que desde lejos puedo verlo. He vivido toda mi vida en la opulencia, reconozco miles de millones cuando los veo. Este hombre es multimillonario, no hay duda. Escoltado por sus guardias, entra al edificio.
- Ya llegaron, papá.
Mi padre se levanta y está muy tenso. Él comienza a caminar. ¿Por qué está tan preocupado? ¿Está tan mal el negocio? Siento que está al borde del abismo.
Finalmente se abre la puerta de su oficina, entra un hombre acompañado de otro, la puerta se cierra, creo que los guardias están frente a la puerta. Creen que les vamos a robar o algo así.
- ¡Hola señor, señorita!
Esta voz, esta voz me recuerda algo, soñé tanto con él que hasta en la oficina de mi padre escucho su voz. Esa voz profunda y tranquila. Pero sé que es imposible, sé que está a mil millas de aquí. ¡Tengo muchas ganas de verlo!
- Extrañar ?
Me vuelvo a conocer a los dos hombres. Y ahí....mi corazón...deja de latir...creo que tengo visiones...yo..yo..y me desplomo....no...creo que estoy en un mal sueño. .