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Narra Emma
Después de escuchar eso, no pude creerlo, de verdad lo hizo todo por arruinar mi vida, por el esfuerzo que he hecho toda mi vida.
-Ahora que ya sabes que te odio, tendrás lo peor de toda tu vida, el desprecio de tu esposo y hasta puede ser que la cárcel.
-No es posible que te considere mi amiga.
-Esos días fueron lo peor, estarte diciendo amiga, cuando por dentro quería matart*, pero ahora quiero que mueras en la cárcel, sabiendo que todo en tu vida fue una mentira y que todo lo que sufrirás fue gracias a mí.
No pude resistir y le di una cachetada, empezamos a pelear dentro de su cuarto, su primo, me tomo a la fuerza y me dio un beso, en ese momento escuche un sonido como si fuera una fotografía, me aleje y le di una cachetada, me golpeo en el vientre y me tomo del cabello, sacándome arrastras de allí, me aventaron mi bolsa y los documentos que traía.
Al salir de allí, tenia muchas lagrimas en mis ojos, aun era imposible creer que fue capaz de hacerlo, era mi amiga y ahora, tengo las pruebas suficientes para decirle a mi esposo, ahora no me tentare el corazón por ella, la delatare y que sea ella quien sufrirá las consecuencias.
Me dirigí a la oficina de mi esposo, pero ahora todos me miraban con odio y me volteaban la cara, hasta mi secretaria, se dio la vuelta sin saludarme, seguro ahora todos saben la verdad, bueno su supuesta verdad, dentro de minutos, ellos se pedirán perdón.
-Bruno, tenemos que hablar.
-No te quiero ver aquí Emma, lárgate de la empresa.
-No bruno, todo es una trampa para culparme, mira aquí tengo las pruebas. -Pero tomo los documentos y los rompió a la mitad, me quede sorprendida por lo que hizo.
-Que hiciste, son las pruebas de mi inocencia.
-No necesito mas mentiras, ahora dime, también me has estado engañando todo este maldit* tiempo. -Me mostro una foto de su celular, cuando el primo de mi amiga, me beso a la fuerza, ahora entiendo ese sonido que escuche.
-Es mentira... fue ella quien lo planeo.
-Ya basta, lárgate de aquí.
Me tomo del brazo y metió todos mis documentos a mi bolsa, hechos bola, me saco de la oficina y me aventó contra el piso.
-Escúchenme todos, esta es mi esposa y es una ladrona, no quiero volver a verla aquí dentro, ella ya tiene prohibido el paso, es una ladrona, una infiel y mentirosa.
Me quede en el piso llorando, mientras todos murmuraban y se reían de mí, como es posible que me haga esto.
Tomé mis cosas y salí corriendo de la empresa, me fui al banco nuevamente para solicitar las pruebas que mi esposo había roto, sin problema me las dieron.
Cuando volví a mi casa, para intentar volver a hablar con Bruno, para explicarle y mostrarle las evidencias, descubrí que mis maletas y mi ropa estaban en el jardín, allí estaba Bruno, mirándome con desprecio.
-Ni creas que entraras en mi casa, lárgate de aquí.
-No puedes hacer esto, esta es mi casa.
-Ya no más, te daré el divorcio y no quiero volver a verte nunca más aquí.
Tome mis cosas y me fui a un hotel, deje todo y me di una ducha, salí para ir a ver a mi hijo a su escuela, tengo que llegar antes, para poder explicarle todo y traérmelo al hotel.
Pero en cuanto llegue, había llegado el chofer de Bruno, lo esquive para llegar rápido al salón de mi hijo, allí estaba el sentado, me miro y me abrazo fuerte, sentí claramente como mi mundo de derrumbaba, pero con su abrazo, se que puedo salir de este engaño.
-Mami, que esta pasando, me llamo mi papi, para decirme que vendría por mí su chofer.
-Si hijo, pero hubo un cambio de planes, te vendrás conmigo a un hotel, de acuerdo.
-Un hotel, yo no quiero un hotel, quiero estar en mi casa, con mis cosas y juegos.
-No por ahora no podemos ir a casa, hasta que tú padre, me dé la oportunidad de explicarle unas cosas de adultos, pero tú te vienes conmigo.
En ese momento entro el chofer de Bruno, me miro con desprecio y odio, tomo a mi hijo del brazo y lo puso detrás de él.
-Usted no debería estar aquí, yo he venido por él para llevarlo a la casa.
-No, el vendrá conmigo, soy su madre.
-Lo siento, tengo reglas estrictas de que el vendrá conmigo.
-No lo permitiré, gritare para que todos me oigan que quieres quitarme a mi hijo.
-Sera mejor que no lo haga señora, ya que todos se darán cuenta de lo que hizo en la empresa, así que no creo que quiera que se enteren de esta manera, así que déjeme pasar y no me estorbe, sino me vere en la necesidad de darle un golpe... de verdad no quiero, pero su esposo fue muy claro que no la deje acercarse a su hijo.
-Bruno y todos se arrepentirán cuando se enteren de la verdad.
Salieron y la maestra me miro con curiosidad, no podía hablar, solo quería seguir llorando, como es posible que todo mi mundo se viene abajo, por la calumnia de esa mujer, mi amiga, se volvió mi peor enemiga.
Volví al hotel, pero no podía con tanto problema, sentía que le cuarto se cerraba y me quedaría encerrada, me quede llorando en mi habitación, sin saber que más podía hacer, quizá dentro de poco tiempo, llegara la policía por mí, al menos ellos si me van a escuchar y allí se darán cuenta que yo no soy la ladrona.
Al día siguiente volví a ir a la escuela de mi hijo, tengo que seguir intentando traérmelo al hotel, pero esta vez, lo vi jugando con sus amigos en su tiempo libre, me acerque a él... pero su reacción, fue la gota que derramo el vaso.
-Que haces aquí.
-Hijo, vine por ti, esta vez saldrás temprano de la escuela, nos iremos a casa y todo se va arreglar.
-Yo no iré con una ladrona, como eres capaz de robarle a mi padre, tu ya no eres mi madre, me das vergüenza.
-Tu no puedes creer eso, eres mi hijo, debes confiar en mí.
-No, dijo mi padre, que no te creyera nada y que no me fuera contigo así que déjame en paz.
-Tu vas a venir conmigo, porque eres mi hijo y te demostrare que soy inocente.
Lo tome del brazo y empezó a gritar que lo querían robar, empezó a llorar y todos sus amigos, voltearon a vernos, salieron varias maestras en su auxilio y me vieron con desprecio.
-Suéltelo señora, lo va a lastimar.
-Es mi hijo, jamás le haría daño, pero el viene conmigo.
-Señora, no sé que problemas tenga con su esposo, pero tenemos estrictamente prohibido, dejarle que se lleve a su hijo, es mas nos dijo que teníamos que llamar a la policía si se lo quería llevar.
-No, yo soy su madre, el es mi hijo, tiene que estar con su madre.
-Lo lamento, no llamare a la policía ni le diré a su esposo que estuvo aquí, pero tiene que arreglar las cosas con él, pero no puedo dejar que se lo lleve, por favor entiéndame.
Solté a mi hijo del brazo y él se fue corriendo a su salón, me destrozada el alma saber que él también me creía una ladrona.
Me regrese al hotel, tome unas botellas de vino y lo único que pude hacer es tomar y dejar que llegara la policía por mí, para que al menos ellos si me creyeran que era inocente, será la única forma en que Bruno me crea.