Mi Muerte Falsa
img img Mi Muerte Falsa img Capítulo 2
3
Capítulo 4 img
Capítulo 5 img
Capítulo 6 img
Capítulo 7 img
Capítulo 8 img
Capítulo 9 img
Capítulo 10 img
Capítulo 11 img
Capítulo 12 img
Capítulo 13 img
Capítulo 14 img
Capítulo 15 img
Capítulo 16 img
Capítulo 17 img
Capítulo 18 img
Capítulo 19 img
Capítulo 20 img
Capítulo 21 img
Capítulo 22 img
Capítulo 23 img
Capítulo 24 img
Capítulo 25 img
Capítulo 26 img
img
  /  1
img

Capítulo 2

Mateo regresó a Santiago solo, el corazón hecho pedazos.

Isabella llegó tarde esa noche.

"Camila estaba destrozada, tuve que quedarme," dijo, sin mirarlo a los ojos.

Una mentira.

Mateo no dijo nada. La observó, buscando alguna señal, algún remordimiento.

No encontró nada más que una actuación convincente.

Días después, Isabella anunció:

"Mi amor, pasaré la noche en casa de Camila. Tenemos un proyecto urgente que terminar."

Otra vez Camila. Otra vez una excusa.

Mateo asintió, la procesión iba por dentro.

Esa noche, mientras intentaba trabajar en unos planos, sonó su teléfono.

Número desconocido.

Contestó.

Silencio al principio, luego ruidos.

Gemidos. La voz de Isabella.

"Soy solo tuya, mi amor... él no sospecha nada."

Y la risa de un hombre. Ricardo.

La llamada se cortó.

Mateo dejó caer el teléfono.

La confirmación era brutal, directa.

Ricardo lo había orquestado, no cabía duda. Quería que él supiera. Quería destruirlo.

Recordó.

Recordó cómo la defendió de la familia de su padrastro, los Montoya.

Don Alejandro Montoya, un magnate frío, la había adoptado, pero siempre la trató como una pieza más en su tablero.

Los parientes, como Javier Montoya, la menospreciaban. "Solo la hijastra," decían.

Mateo había sido su escudo, su apoyo.

Isabella le había jurado entre lágrimas, aferrada a él:

"Jamás te engañaré, Mateo. Eres mi refugio, mi todo."

Promesas rotas. Palabras vacías.

El dolor era tan intenso que casi no podía respirar.

Se levantó, caminó por el estudio.

No podía seguir así. No podía vivir esta farsa sabiendo lo que sabía.

La Isabella del futuro, la que lo protegió en la tormenta, había susurrado una confesión.

La Isabella del presente lo estaba destruyendo con cada mentira.

Tomó una decisión.

Si ella había planeado una "muerte" para estar con su amante, él también podía desaparecer.

Un accidente. Limpio. Definitivo.

Contactó a su madre, Elena Valdivia.

Ella vivía parte del año en España, una mujer fuerte, su ancla.

Le contó todo. La traición, el plan.

Elena lo escuchó en silencio, su voz firme al otro lado de la línea.

"Hijo, si eso es lo que necesitas para salvarte, te ayudaré."

Comenzaron a planear.

Un accidente fatal de montañismo en la Patagonia.

Irónico. Ella "murió" en el desierto del norte, él "moriría" en los hielos del sur.

Una venganza silenciosa. Un nuevo comienzo.

El desierto florecería al revés. Para él.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022