Más tarde, la fiesta se vuelve más ruidosa. Mateo ha estado bebiendo mucho.
Se acerca a mí de nuevo. Su aliento huele a jerez caro.
"Ven conmigo," me ordena en voz baja. "Tengo algo para ti."
Mi cuerpo se tensa. No hay amabilidad en su voz, solo una excitación extraña y oscura.
Me guía lejos del patio principal, a través de un pasillo silencioso hacia una parte de la casa que no conozco. Es una pequeña sala de proyecciones, con butacas de terciopelo y una gran pantalla en la pared.
Dentro, están sus amigos más cercanos. Unos diez hombres, todos ricos, todos con la misma mirada depredadora. Sofía está sentada en la primera fila, como en un trono.
El ambiente es pesado. Asfixiante.
"Siéntate," dice Mateo, señalando una silla solitaria en el centro, frente a la pantalla.
Obedezco. Mis manos tiemblan.
Mateo se para junto a la pantalla. Sonríe a su audiencia.
"Amigos míos, gracias por venir. Como saben, mi querida Sofía tiene un capricho. Quiere la guitarra 'La Llorona', una pieza histórica. Y yo siempre le doy lo que quiere."
Sofía sonríe, satisfecha.
"Pero una guitarra así requiere un gesto... especial. Así que he organizado una pequeña subasta privada para ustedes. Una oportunidad única."
Se vuelve y me mira. Su sonrisa es la de un demonio.
"El premio de esta noche... es ella."
Se hace un silencio. Luego, risas ahogadas.
Mi sangre se hiela. No puedo respirar. Miro a Mateo, suplicando con los ojos. Él disfruta de mi terror.
"Una noche con la nieta del gran 'El Fénix'," continúa, su voz llena de burla. "Un linaje tan noble, ahora a su disposición. Pero sé lo que están pensando. ¿Por qué pagar por una simple sirvienta?"
Se acerca a un proyector.
"Permítanme mostrarles la mercancía."
La pantalla cobra vida.