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El sol de Madrid quemaba mi piel, pero el escalofrío de la predicción de la tarotista se me clavó en los huesos: "Un amor que fue ruina, regresa. Traerá de nuevo el caos."
La profecía no tardó en cumplirse.
Mi exnovio, Mateo Vargas, por quien sacrifiqué mi sueño en Berlín, regresó a mi vida como un brillante cirujano, acompañado de una prometida, y con una frialdad que helaba la sangre.
Su desprecio, los cotilleos maliciosos y las burlas de su prometida me destrozaron, pero nada se comparó con el momento en que se negó a operar a mi padre moribundo, conduciéndome a la desesperación y su fatal desenlace.
Huí a Buenos Aires, solo para despertar de un accidente sin recuerdos, y con la horrible verdad de que él, el hombre que me había aniquilado, había aprovechado mi amnesia para casarse conmigo y construir una falsa vida perfecta.
Cuando mi memoria regresó, descubrí no solo este tormento, sino que yo llevaba su hijo.
Pero la verdad más impactante estaba por revelarse: su crueldad no era venganza, sino una defensa nacida de su propio trauma más profundo.
¿Cómo pude haber malinterpretado tanto al hombre que amé?
¿Podría el amor, nacido de una falsedad y manchado por el dolor, sobrevivir a la verdad más amarga?
Cuando el destino lo puso en el ojo de una tormenta de la que solo yo podía sacarlo, mi corazón roto se vio obligado a elegir entre el odio y una última oportunidad para el amor.