Firma Robada, Deuda Pesada
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Capítulo 1

El sistema de la Agencia Tributaria era claro, una notificación roja parpadeaba en la pantalla de mi ordenador.

"Solicitud de ayuda para jóvenes agricultores denegada".

No podía ser. Llevaba meses preparando los papeles. Mi puesto como enólogo en una de las bodegas más prestigiosas de La Rioja me daba una ventaja, pero necesitaba esa ayuda para empezar mi propio viñedo.

Leí la razón de la denegación: "El solicitante ya figura como administrador único de la Cooperativa Vitivinícola 'La Unión Familiar'".

No tenía ni idea de qué era eso.

Busqué el nombre de la cooperativa. Apareció al instante. Y mi nombre, Santiago, junto al cargo de administrador único.

Sentí un frío recorrer mi espalda.

Busqué más a fondo. La cooperativa tenía una deuda. 40.000 euros con un proveedor de maquinaria agrícola.

Mi firma digital cualificada estaba en el contrato. Mi firma. La que usaba para trámites con la bodega, la que tenía validez legal en toda la Unión Europea.

El corazón se me aceleró. Solo una persona, aparte de mí, tenía acceso a mi ordenador y a mis claves.

Mi padre. Miguel.

Salí de la bodega como una exhalación y conduje hasta el pueblo. Encontré a mi padre en el bar, bebiendo un vino con sus amigos. Lo saqué fuera sin decir una palabra.

"¿Qué pasa, hijo? ¿Qué son estas formas?"

"La cooperativa", dije, con la voz temblando de rabia. "¿Qué es la Cooperativa 'La Unión Familiar'?"

Mi padre palideció. Apartó la mirada.

"Ah, eso... no es nada importante. Unos trámites".

"¿Trámites? ¡Figuro como administrador único y hay una deuda de 40.000 euros! ¡Han usado mi firma digital!"

Él seguía sin mirarme. Se encogió de hombros.

"Tu tío Javier necesitaba una firma para unos papeles, para poder vender la cosecha de la familia junta. Era para agilizar las cosas, para que nos pagaran antes".

"¿Y me pusiste a mí como administrador sin mi permiso?"

"Era más fácil. Tú tienes estudios, un buen nombre. Daba más confianza".

"¡Papá! ¿Sabes lo que significa ser administrador único? Soy responsable legal y financiero de todo. ¡De esa deuda de 40.000 euros! ¡Pueden embargarme mis bienes, mi sueldo! ¡Puede arruinar mi carrera!"

Esperaba una disculpa, algo de arrepentimiento. En su lugar, su cara se endureció.

"¡No me levantes la voz, que soy tu padre! ¿No confías en tu tío? Javier es el cabeza de familia, él nunca nos haría daño. Lo hizo por el bien de todos, por la unidad familiar".

"¡La unidad familiar no va a pagar esa deuda, la voy a pagar yo!"

"Eres un egoísta. Siempre pensando en ti. Tu tío se sacrifica por nosotros y tú solo le pones pegas".

Se dio la vuelta y volvió a entrar en el bar, dejándome solo en la calle, con la rabia y la incredulidad quemándome por dentro.

            
            

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