Amor Ciego: El Bombero Traicionado
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Capítulo 4

Gustavo despertó en una cama de hospital. La luz blanca del techo le lastimaba los ojos. Le dolía la cabeza terriblemente y sentía la piel tirante en la nuca. Se tocó y sintió las puntadas. Un médico entró y le explicó que había sufrido una conmoción cerebral y que necesitaba unos puntos de sutura, pero que estaría bien. Pasó la noche allí, en la soledad de la habitación, esperando una llamada o una visita que nunca llegó. Ana no llamó. No envió un mensaje. No dio señales de vida. Era como si él, de verdad, hubiera muerto para ella.

A la mañana siguiente, recibió una llamada, pero no era de Ana. Era del capitán de bomberos.

"Gustavo, ¿cómo estás? Me enteré de tu accidente. ¿Estás bien para trabajar?"

"Sí, capitán. Estoy bien. Fue solo un golpe. ¿Cómo está la situación en Santa Mónica?"

"Controlada, por ahora. La lluvia paró. Estamos en fase de recuperación de cuerpos y asegurando la zona. Te necesito aquí, pero solo si estás al cien por ciento" .

"Estoy en camino" , dijo Gustavo, sin dudar. La idea de volver a casa, a esa casa que ya no era suya, era insoportable. Su trabajo era lo único que le quedaba, su único refugio. Se vistió y salió del hospital, ignorando las recomendaciones del médico de guardar reposo.

Justo cuando iba a subirse a su coche, su teléfono sonó. Era Ana. Su corazón dio un salto estúpido, una reacción automática que odió.

"Gustavo" , dijo ella, con un tono frío y de negocios. "Espero que estés bien. Te llamo para decirte que necesito que saques tus cosas de la casa hoy mismo. Ricardo y Luisito necesitan más espacio y he decidido que se muden a nuestra habitación. Tú puedes quedarte en el cuarto de invitados, pero creo que sería incómodo para todos. Es mejor que te busques otro lugar" .

Gustavo se quedó en silencio, aferrando el teléfono con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos. No había un "¿cómo estás?" , un "me preocupé por ti" . Nada. Solo una orden de desalojo.

"No te preocupes, Ana" , respondió con una voz vacía. "No volveré a esa casa. Pero necesito mi computadora portátil. Está en el estudio" .

"Bien. La dejaré en la recepción de mi oficina. Puedes pasar por ella cuando quieras" . Y colgó.

Más tarde ese día, después de un turno agotador en la zona del desastre, Gustavo pasó por la oficina de Ana. La recepcionista le entregó la computadora sin decir una palabra. Gustavo la tomó y se fue a un café, el único lugar donde podía estar solo. Necesitaba unos archivos de trabajo. Encendió la computadora y, por costumbre, el navegador se abrió en la última página visitada: el perfil de una red social. Era el perfil de Ana.

La curiosidad fue más fuerte que él. Empezó a navegar por sus publicaciones. Eran todas fotos de ella en eventos benéficos, con políticos, con celebridades locales, siempre sonriendo, siempre proyectando esa imagen de mujer perfecta y caritativa. Pero entonces, vio un álbum de fotos privado que, por error, estaba desbloqueado. El título del álbum era "Mi verdadero amor" .

El corazón le empezó a latir con fuerza. Hizo clic. La primera foto era de Ana y Ricardo, abrazados en una playa, al atardecer. Se estaban besando. La fecha de la foto era de hacía más de un año. Siguió pasando las imágenes. Había docenas. Fotos de ellos en cenas románticas, en viajes de fin de semana, en la cama. Y luego, vio los videos. Videos de Luisito, desde que era un recién nacido. Videos de Ana cargándolo, dándole de comer, celebrando su primer cumpleaños junto a Ricardo. Todo documentado, todo oculto a sus espaldas.

La prueba de su engaño no era de meses, era de años. Luisito no era solo el hijo de su amante. Era el hijo que ella había tenido con él mientras estaba casada con Gustavo. La mentira era mucho más profunda, mucho más cruel de lo que había imaginado.

Pero el golpe final, el que lo demolió por completo, fue una publicación que Ana había compartido en un grupo privado. Era una foto de ella y Ricardo, sonriendo. El texto que la acompañaba decía: "Con el amor de mi vida, mi alma gemela, Ricardo. El hombre que me enseñó lo que es el amor verdadero después de años atrapada en un matrimonio sin pasión con un hombre simple y aburrido. Él es mi primer amor, mi único amor, y pronto, con la bendición de Dios, seremos una familia completa" .

"Un hombre simple y aburrido" . Esas palabras se le clavaron en la mente. Recordó todas las veces que había intentado ser romántico con ella. La vez que le llenó la casa de flores por su aniversario, y ella se quejó del desorden. La vez que le cocinó su cena favorita, y ella dijo que estaba a dieta. La vez que le escribió un poema, y ella ni siquiera lo leyó. Todas esas cosas que él había hecho por ella, todo ese amor que le había profesado, ella se lo había atribuido a otro hombre, mientras a él lo despreciaba en secreto.

Comprendió entonces la verdad más dolorosa de todas. Ana no era una mujer sin corazón. No era incapaz de amar. Simplemente, no lo amaba a él. Todo su amor, toda su ternura, toda su pasión, estaban reservados para Ricardo y para el hijo que tenían juntos. Para Gustavo, solo quedaba desprecio, frialdad e indiferencia. Él no era más que una fachada, un proveedor, un escalón que ella había usado para construir su vida perfecta.

Cerró la computadora. Ya no sentía rabia, ni siquiera tristeza. Solo un vacío inmenso y una extraña sensación de liberación. El hechizo se había roto. La venda había caído de sus ojos. Ya no había nada que perdonar ni nada que recuperar.

Abrió un procesador de textos y empezó a escribir. No una carta de reproche, ni de odio. Sino una despedida.

"Ana" , escribió. "Te deseo toda la felicidad del mundo con tu verdadera familia. Gracias por mostrarme quién eres realmente. Me has liberado. A partir de hoy, eres libre de mí, y yo, finalmente, soy libre de ti. No me busques. Adiós, Gustavo" .

Imprimió la carta, la metió en un sobre y la dejó en la misma recepción donde había recogido la computadora. Luego, se subió a su coche y condujo sin rumbo, alejándose de la ciudad, de su antigua vida y de la mujer que le había robado el corazón para luego pisotearlo.

                         

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