El Accidente que Revela Tu Corazón
img img El Accidente que Revela Tu Corazón img Capítulo 5
6
Capítulo 6 img
Capítulo 7 img
Capítulo 8 img
Capítulo 9 img
Capítulo 10 img
img
  /  1
img

Capítulo 5

Una risa amarga escapó de mis labios.

"¿Explicarte?", repetí, mi voz goteando un sarcasmo que no sabía que poseía. "¿Tengo que explicarte por qué me voy después de que me dejaste para morir en un auto en llamas? ¿De verdad eres tan cínico, Ricardo?"

Su rostro se contrajo de ira.

"¡No te dejé para morir! ¡Te envié ayuda!", gritó, avanzando hacia mí. "¡Siempre exageras todo, Sofía! ¡Siempre haces un drama de todo!"

Alejandro se interpuso entre nosotros, una barrera protectora.

"Ricardo, cálmate. No es el momento."

"¡Tú no te metas, Alejandro!", espetó Ricardo, señalándolo con el dedo. "¡Esto es entre mi prometida y yo!"

"Ex-prometida," lo corregí con frialdad. "Y él tiene todo el derecho de estar aquí. Ha sido más un prometido para mí en la última semana que tú en el último año."

La verdad de mis palabras pareció golpearlo.

Se quedó sin respuesta, su furia dando paso a una frustración infantil.

Camila, viendo que estaba perdiendo el control de la situación, intervino.

"Sofía, por favor," dijo con su voz melosa, acercándose a mí. "Ricardo está muy afectado. Lo de su... lo de su bebé lo ha destrozado. No seas tan dura con él. Él te ama."

La miré directamente a los ojos, sin parpadear.

"Tú," dije, mi voz baja y peligrosa. "No te atrevas a pronunciar la palabra 'amor' en mi presencia. No tienes ni idea de lo que significa."

Ricardo, enojado por mi ataque a Camila, me agarró del brazo.

"¡Ya basta, Sofía! ¡Discúlpate con ella!"

El contacto de su piel contra la mía me provocó una repulsión instantánea.

Con una fuerza que no sabía que tenía, me solté de su agarre de un tirón.

"¡No vuelvas a tocarme en tu vida!", grité, mi voz resonando en el apartamento casi vacío.

Luego, di un paso adelante, acortando la distancia entre nosotros hasta que estuvimos cara a cara.

"¿Quieres saber por qué me voy, Ricardo? ¿Quieres la verdad?", susurré, mi voz cargada de todo el dolor y la rabia que había contenido. "Me voy porque mientras yo sentía cómo la vida de nuestro hijo se me escapaba entre las piernas en una camilla de hospital, tú estabas en la cama con ella."

Señalé a Camila, que retrocedió como si la hubiera golpeado.

"Me voy porque tu traición no solo me rompió el corazón, sino que mató a nuestro bebé. ¿Entiendes eso? ¡Tú lo mataste!"

El silencio que siguió a mis palabras fue absoluto, pesado, sofocante.

Ricardo me miraba con los ojos desorbitados, su rostro perdiendo todo color.

Parecía que finalmente estaba comprendiendo la magnitud de sus acciones.

Pero Camila no iba a permitirlo.

"¡Mentirosa!", chilló, su máscara de dulzura cayendo para revelar un rostro lleno de veneno. "¡Estás diciendo eso solo para herirlo! ¡Para manipularlo! Siempre has estado celosa de mi vínculo con Ricardo, ¡celosa de que él tenga un hijo!"

Ricardo, como un títere, se giró hacia ella, buscando una excusa para no creer mi terrible verdad.

"¿Es... es eso cierto, Sofía?", preguntó, su voz un hilo. "¿Estás mintiendo?"

La pregunta fue la gota que colmó el vaso.

La última pieza de mi antiguo yo se hizo añicos, y en su lugar quedó una mujer de acero.

Caminé hacia la mesa de centro, tomé el papel donde había escrito la división de bienes y se lo puse en el pecho.

"Aquí tienes. Quédate con todo. Quédate con tus muebles, con tus mentiras y con ella," dije, mi voz tranquila y firme. "Espero que sean muy felices."

Él miró el papel, luego a mí, su rostro una mezcla de shock y negación.

"Sofía, espera..."

No esperé.

Me di la vuelta y caminé hacia la puerta sin mirar atrás.

Alejandro ya había puesto la última de mis cajas en su camioneta y me esperaba junto a la puerta abierta.

"No te preocupes por ella, Ricardo," escuché decir a Camila con desdén mientras cruzaba el umbral. "Es solo un berrinche. Volverá arrastrándose en un par de días, ya verás."

Esa fue la última vez que escuché su voz.

Salí al pasillo, hacia la luz del sol, dejando atrás el apartamento oscuro y lleno de fantasmas.

No me arrastraría de vuelta.

Nunca.

Mi nueva vida, lejos de ellos, acababa de comenzar.

---

                         

COPYRIGHT(©) 2022