Capítulo 4 Desprecio

Los ojos de Julia brillaban intensamente mientras apretaba la mano de Grace. "¡Miren esto! ¡Sus ojos son idénticos a los míos cuando era niña!".

Con una emoción incontenible, se volvió hacia su esposo y le preguntó: "¿Tú también lo notaste, cariño?".

Rodger alternó su mirada entre su esposa y la chica; la dureza habitual en su expresión se desvaneció y fue reemplazada por una gentileza inusual. "No puedo negarlo. Ustedes realmente se parecen".

Quizás se trataba de una mera coincidencia, pero la semejanza entre Julia y Grace era asombrosa desde ciertos ángulos; ambas compartían ojos grandes ligeramente rasgados, narices con formas similares y mandíbulas que parecían sacadas del mismo molde.

Julia no pudo ocultar su alegría cuando comentó: "Cualquiera diría que somos madre e hija. ¡Tal vez fue el destino quien nos reunió!".

A veces, un solo encuentro bastaba para saber que alguien pertenecía a un lugar; desde el instante en que conoció a Grace, Julia sintió una afinidad y un vínculo especial.

Sin embargo, los demás en la habitación apenas podían creer en lo que acababan de escuchar; no existía ningún vínculo consanguíneo entre ambas, pero Julia ya trataba a esta chica como si fuera su propia hija.

Sin preocuparse por la opinión de los demás, Julia se concentró solo en Grace, hablándole con palabras gentiles: "¡Prometo amarte mucho! ¡Ahora eres mi hija adorada!".

Sentada cerca, Ethel frunció el ceño mientras observaba a Grace con una mirada crítica.

En su opinión, una chica con ropa tan sencilla y con un origen humilde destacaba entre los Holden, pero de manera negativa; ella había crecido en un orfanato y pasó de una familia a otra, perdiendo en el proceso la oportunidad de recibir una educación adecuada.

"Ya se realizó el trámite de adopción, así que ahora pertenece oficialmente a la familia Holden", dijo la anciana con un tono tan frío como el hielo. "Solo asegúrate de que alguien le enseñe cómo comportarse después de que se instale. Esta familia tiene estándares elevados y no acepta a cualquiera". Sus palabras estaban teñidas de un desprecio palpable.

A decir verdad, nunca estuvo de acuerdo con esta adopción; con Gianna prosperando, inscrita en una escuela prestigiosa, siempre destacándose en sus clases y con un gran talento para las artes, ¿qué sentido tenía traer a una extraña común y corriente?

A pesar de las objeciones de Ethel, Grace terminó integrándose a la familia Holden, y la anciana creía que era culpa de su nuera, quien seguramente hizo algo para nublar el juicio de Rodger. Al pensar en ello, la frustración hirvió en su pecho y su rostro se tornó sombrío.

"Abuela, por favor, no dejes que esto te afecte". Gianna se acercó y dio varias palmadas suaves sobre la espalda de Ethel. Su voz salió en un tono dulce mientras decía: "Grace es nueva aquí. La ayudaremos a aprender todo lo que necesita".

Luego se volvió hacia la chica y le dirigió una mirada que transmitía una burla silenciosa, con una leve sonrisa astuta.

Ver a Grace tan tranquila y a Julia adorándola hizo que su sangre hirviera de indignación.

Julia siempre la había consentido, comprándole cada artículo lujoso que le pedía y vistiéndola al último grito de la moda solo para verla sonreír; ahora que Grace había entrado en escena, Gianna sintió una punzada de celos. ¿Seguiría recibiendo la misma cantidad de amor o estaba a punto de perder su posición privilegiada?

"Grace, noto que no has dicho nada desde que llegaste. ¿Sucede algo malo, o...?". Gianna dejó que sus palabras quedaran suspendidas en el aire, soltando la fuerte insinuación de que la recién llegada ni siquiera sabía hablar.

Al percatarse de que Grace había guardado silencio todo este tiempo, todas las miradas se dirigieron hacia ella.

Mientras la miraba con desdén, Gianna se burló en sus adentros, pensando que Grace probablemente se sentía intimidada por la magnificencia que la rodeaba.

De repente, dejó de verla como una amenaza; parecía que sus temores de que usurpara su posición dentro de la familia fueron en vano.

Con una postura firme, Grace bajó la mirada de manera respetuosa y respondió: "Soy consciente de cuál es mi lugar. Sé que no debo interrumpir a los mayores cuando están hablando".

Ver la manera en que se desenvolvían estas personas se sentía como presenciar una obra de teatro, y ella no sentía encajar en esa dinámica familiar.

La sorpresa se extendió entre todos los presentes en la sala; ninguno esperaba una respuesta tan considerada de su parte, pensando de inmediato que esta chica no era tan común como asumieron en un principio.

La expresión de Gianna se agrió mientras se enfurecía en silencio. ¿Acaso esa fue una indirecta hacia ella?

En cuanto a Ethel, su semblante severo se suavizó un poco. "Vaya, parece que sí sabes cómo comportarte. Eso es bueno".

En ese momento, el mayordomo entró y anunció: "La cena está servida".

Poco después, toda la familia se acomodó en la mesa del comedor.

Julia se aseguró de que Grace se sentara justo a su lado; durante toda la comida su atención permaneció fija en su nueva hija, sirviéndole los platillos más deliciosos.

Al ver cómo la chica saboreaba cada bocado, la envidia de Gianna aumentó cuando se volvió hacia su propio plato; meses de dieta solo para mantenerse delgada la habían dejado hambrienta e irritable.

Ver a Grace comer con tanta despreocupación le carcomía los nervios, así que rápidamente cambió el rumbo de la conversación. "Grace, escuché que dejaste el bachillerato. ¿Qué planeas hacer? ¿Quieres continuar estudiando? Conozco gente en el Bachillerato Crestwood. Tal vez pueda ayudarte para que estudies allí".

Dicha escuela no contaba con una muy buena reputación; la mayoría de sus estudiantes carecían de motivación y ambición, conformándose con pasar las clases sin realizar ningún esfuerzo real.

Ella la mencionó solo para humillar a Grace y ponerla en su lugar.

Antes de que la chica pudiera responder, Rodger intervino: "No te preocupes, ya hice los arreglos correspondientes y la inscribí en el Bachillerato Briskvale. Comenzará la próxima semana".

Toda la familia se congeló ante sus palabras.

La sonrisa falsa de Gianna se esfumó y sus ojos se agrandaron con sorpresa. "¿Va a estudiar en el Bachillerato Briskvale?".

Esa escuela era legendaria, reservada únicamente para la élite del país; la mayoría de las familias solo podían soñar con enviar a sus hijos allí, entonces, ¿cómo era posible que aceptaran a alguien como Grace, cuyos antecedentes no eran nada notables?

Tratando de disimular sus celos, Gianna forzó una sonrisa y dijo: "Tío Rodger, Briskvale no admite a cualquiera. Se necesitan más que simples conexiones e influencias para ser aceptado. Grace incluso abandonó su escuela anterior. ¿De verdad crees que podrá estudiar allí?".