Capítulo 5 El precio de la colaboración

A la mañana siguiente, Novalee dejó a Lyle con una amiga y se dirigió a la sede del Grupo Patel.

Al llegar, la recepcionista la acompañó hasta el ascensor y le indicó que subiera. Cuando salió del ascensor, un joven con anteojos la esperaba junto a la puerta. "Bienvenida, señorita Shaw. Soy Josue Price, el asistente especial del señor Patel. Él la está esperando. Sígame, por favor".

"¿El señor Patel?", preguntó Novalee, vacilante.

"Así es", confirmó Josue con una sonrisa. "El señor Millard Patel, el director general del Grupo Patel".

A Novalee la sorprendió que el propio Millard quisiera verla. Conocía de nombre al enigmático líder del Grupo Patel; circulaban incontables rumores sobre él, pero muy pocos habían visto su rostro.

Se decía que prefería operar desde las sombras, supervisando el crecimiento del grupo sin llamar la atención. Sus visitas a la empresa eran escasas y solía usar un ascensor privado, lo que le permitía mantener un bajo perfil.

Ese halo de misterio no hacía más que acrecentar la fascinación que el público sentía por él.

¿Acaso Millard supervisaba este proyecto personalmente?

Recién llegada al país, ¿estaba a punto de conocer a una figura tan importante y enigmática?

Mientras seguía a Josue hacia la oficina del director, una creciente expectación se apoderó de ella. En voz baja, Josue anunció al hombre sentado tras el escritorio: "Señor Patel, la señorita Shaw ha llegado".

Josue le dirigió una breve mirada a Novalee y añadió: "La dejo con él, señorita Shaw". Acto seguido, salió y cerró la puerta.

Una extraña inquietud se apoderó de Novalee mientras observaba al hombre sentado de espaldas a la puerta.

Parecía estar en medio de una llamada. Cuando terminó la llamada y se giró, Novalee finalmente pudo ver su rostro.

"¡Eres tú!", exclamó ella, con los ojos desorbitados por la sorpresa.

¿Cómo era posible?

El hombre que había besado la noche anterior en la fiesta de compromiso de Pattie, aquel que estaba en una silla de ruedas, ¡era Millard Patel!

Al percatarse de ello, su mirada se desvió hacia las piernas de Millard y se posó de nuevo en la silla de ruedas.

¿Tenía algún problema en las piernas?

¿Sería esa la razón por la que evitaba las apariciones públicas?

Millard también la observaba. Lucía imponente con un impecable traje blanco a la medida, desprovisto del encanto vulnerable que había mostrado la noche anterior.

A sus ojos, ella no parecía gran cosa.

La mirada de Millard la recorrió de pies a cabeza antes de detenerse en su rostro. "¿Usted es Novalee Shaw, de Luminary Pictures?", preguntó él con voz profunda y resonante.

Recuperando la compostura, Novalee asintió. "Sí, señor Patel. Soy Novalee Shaw, de la sucursal de Luminary Pictures en Orlea. He venido para discutir una futura colaboración con su prestigiosa empresa".

Con un tono neutro, Millard inquirió: "Señorita Shaw, usted es la nieta del fundador del Grupo Shaw, ¿cierto? El negocio principal del Grupo Shaw también es el cine y la televisión, ¿no es así? Colaborar con Luminary Pictures disminuiría nuestros tratos con el Grupo Shaw. Usted desapareció después de dar a luz hace seis años. Durante ese tiempo, su exesposo, Rowley Mitchell, y su media hermana, Pattie Webb, tomaron el control del Grupo Shaw. ¿Es por eso que está aquí?".

Novalee no había previsto encontrarse con Millard. Jamás imaginó que fuera el mismo hombre que había besado la noche anterior, y mucho menos que él ya la hubiera investigado y conociera sus verdaderas intenciones.

Bajo la mirada penetrante de Millard, sintió que le sería imposible ocultarle nada.

Recomponiéndose, respondió: "Señor Patel, ya no tengo ningún vínculo con el Grupo Shaw. Estoy a cargo de la sucursal de Luminary Pictures en Orlea y he venido únicamente para discutir nuestra colaboración".

Sin embargo, Millard continuó, ignorando su respuesta: "Señorita Shaw, aunque su intención sea contrarrestar al Grupo Shaw, eso a mí no me importa".

Él enarcó una ceja. "Puedo concederle esta asociación, incluso puedo convertir a Luminary Pictures en nuestro socio principal en la industria del cine y la televisión".

Los ojos de Novalee se crisparon ante su seguridad, pero él prosiguió: "Solo tengo una condición".

Novalee sintió que aquel hombre tenía el control absoluto de la situación, lo que la incomodó profundamente. Su instinto le advertía que se mantuviera alejada de una figura tan peligrosa.

Pero entonces, el recuerdo de lo sucedido seis años atrás acudió a su mente. Apretó los puños con fuerza y luego los relajó lentamente. "¿Cuál es su condición, señor Patel?", preguntó ella.

Los ojos de Millard se clavaron en los suyos. Con un dedo, le hizo un gesto para que se acercara. "Venga aquí", ordenó. "Se lo diré".

Ella frunció el ceño. Su mirada se detuvo en la silla de ruedas por un instante antes de decidirse a caminar hacia él.

Cuando Novalee estaba a un paso de él, la silla de ruedas avanzó de repente y Millard extendió un brazo para jalarla hacia él.

"¡Ah!", exclamó ella al caer en sus brazos. El aliento cálido de él le nubló los pensamientos. Al alzar la vista, su mente se quedó en blanco por un momento.

Justo cuando iba a preguntarle qué pretendía, vio que él acercaba su rostro al de ella.

Instintivamente, hizo fuerza contra el pecho de él para alejarlo. "Señor Patel, ¿qué significa esto?", exigió ella.

Estaban tan cerca que podía percibir el aroma de su loción.

"Usted me debe una por lo de anoche, señorita Shaw", dijo él. "¿No piensa compensármelo?".

Se puso pálida. "Señor Patel, ya me disculpé por lo de anoche. Dadas las circunstancias, no tuve más remedio que besarlo. Si necesita algún tipo de compensación...".

"¿Disculpas? ¿Compensación?", dijo Millard, mirándola como a una presa acorralada. "¿Acaso cree que necesito su dinero?".

Ella apretó los labios. Como director general del Grupo Patel, a Millard ciertamente no le faltaba dinero.

"Entonces, señor Patel, ¿qué es lo que quiere?".

Él la soltó. Ella se puso de pie de inmediato, manteniéndose en guardia.

Millard no respondió directamente. En cambio, relató con aire indiferente: "Novalee Shaw, su nombre de nacimiento era Novalee Webb. Estuvo casada con Rowley Mitchell y es media hermana de Pattie Webb. Su madre biológica fue la hija del fundador del Grupo Shaw, y su padre, Hiram Webb, era de origen humilde. Él ya tenía una relación con otra mujer, pero lo ocultó y se casó con su madre únicamente por el beneficio económico que le reportaría el Grupo Shaw".

Novalee retrocedió un par de pasos y lo interrumpió: "¿Por qué ha investigado mi vida? ¿Es por lo que pasó anoche?".

Millard alzó la vista. "La fiesta de compromiso de anoche se convirtió en la comidilla de toda la ciudad, señorita Shaw. Fue obra suya, ¿no es así? Si yo les dijera a Rowley y a Pattie que usted orquestó todo y que ahora trabaja para Luminary Pictures, ¿se imagina las consecuencias? No conozco los detalles de su relación con Rowley, ni las razones de su regreso después de seis años. Sin embargo, el Grupo Shaw está prosperando bajo el mando de Rowley. Si él descubre su conexión con Luminary Pictures, podría resultarle muy difícil permanecer en Valmead, ¿no le parece?".

Los dedos de Novalee temblaron ligeramente.

Millard tenía razón. Aunque había vuelto a la ciudad, les había ocultado a Pattie y a Rowley su vínculo con Luminary Pictures.

Para ellos no era tarea fácil localizarla en una ciudad tan grande como Valmead.

Pero si Millard revelara su secreto...

Apretando la mandíbula, respondió: "No sé a qué se refiere, señor Patel".

Él la miró con una leve sonrisa y luego guio su silla de ruedas de vuelta al escritorio. "¿Ahora se hace la desentendida? Como le dije, puedo cooperar con usted en este proyecto, pero con una condición".

Le entregó un documento titulado "Contrato de Relación de Beneficio Mutuo".

El rostro de Novalee se encendió de ira y vergüenza. "¡Señor Patel, yo no soy esa clase de mujer!".

Su furia iba en aumento, pero se esforzó por mantener la compostura. "Señor Patel, veo que en realidad no le interesa colaborar con Luminary Pictures. Si su única intención es humillarme por lo de anoche, entonces me retiro".

Dicho esto, se dio la vuelta y salió de la oficina.

A solas en su oficina, Millard frunció el ceño, con una genuina confusión en la mirada. Hizo una llamada. "Rechazó la oferta. Dijo que la estaba insultando. Pero no la estaba insultando. Mi propuesta era sincera. ¿Por qué se sintió ofendida?".